No quería abrir los ojos. Era lunes, día maldito para todos, pero no para ella. De hecho los lunes la salvaron un par de veces de la violencia de su papá, pero aún así hoy prefería quedarse.
Con el dolor permanente en su estómago, se levantó como pudo. Se colocó ropa que su mamá le había dado hace tiempo pero que le seguía quedando porque a penas podía comer. Rogaba que su papá estuviera dormido para ella poder sacar un poco de comida.
Antes de colocarse el poleron, vendo sus cosillas para mantener lo que sea que le dolía en su lugar. Arreglo su cabello y se coloco uno de los labiales que solía ser de su mamá.
Sus brazos se movían lentamente y sin fuerza alrededor de su cabeza tratando de verse mejor, pero sin éxito. Ya rendida, hizo una trenza para su cabello bastante largo y salió de la habitación. Aunque se veía cansada, flaca y enojada, era bonita. Ella mantenía su corazón frío y su rostro serio al frente de las personas pero aún así la miraban encantados. Heredó la belleza de su mamá y la frialdad de su papá.
Bajó las escaleras sin hacer el más mínimo ruido, ya era una profesional en ello. Fue a la cocina de su gigante casa y sacó un pedazo de pan. Observó a su alrededor y vio que su papá había comprado mucha comida por lo que instintivamente supo que le fue bien ayer en las apuestas. No sabe cómo, pero su papá era un maestro en ellas, siempre acertaba.
Sacó dos pedazos esperando que no los haya contado esta vez y salió de 'casa'. Caminó por el mismo camino de siempre con una sonrisa por primera vez en mucho tiempo. Tenía dos pedazos de pan para saciar su hambre. Aunque su papá era básicamente rico, no le daba un peso para nada. Tenía que trabajar en una cafetería por medio tiempo para hacer algo de dinero y pagar cosas que necesitaba. Iba todos los días a la cafetería y chateaba con su amigo jungkook. Ya quería verlo. Se encontraba viendo el hermoso lago mientras se devoraba el ultimo pan.
El viento soplaba ferozmente y quería algo como una chaqueta que la cubriera, pero no tenía una. Empezó a pensar en que en realidad no necesitaba una. Necesitaba a su mamá de vuelta. No le importaba pasar frío, sólo quería su cariño y calor que sus brazos le proporcionaban. No sabe cómo está caminando. La pierna le cojeaba levemente y casi era insoportable el dolor que sentía en su estómago por todas las veces que su papá le pateó ayer.
Dolor físico no era nada para ella. Le dolía mucho más no tener a su mamá a su lado. Aunque ella decidió abandonarlos, no la culpa. Como la va a culpar de querer dejar a ese hombre que casi la asesina una noche. Si, pudo haberse llevado a su hija, pero si la odia, no tiene nada.
Se obligó a sí misma a aceptar su decisión y a no odiarla porque si lo hacía, no tenía nada bueno en su vida. Lo unico que tiene es su recuerdo y el cariño hacia ella.
Siguió caminando con sus ojos en el lago y la mente en las nubes.
Baekhyun y kai montaron sus motocicletas y el resto de los chicos se quedaron, no querían ir a la escuela.
"que apostaremos hoy? " dijo bae a kai con una sonrisa pícara.
"en el camino te diré" sonrió de vuelta.
A estos dos les encantaban las apuestas. Eran competitivos entre ellos hasta el punto de llegar a ser violentos, pero se amaban. Habían vivido juntos desde que tenían memoria. Los padres de baekhyun sólo pudieron tenerlo a el, pero siempre quisieron muchos hijos, así que adoptaron. Ambos de sus padres eran doctores así que con todo el dinero que tenían adoptaron a kai, sehun, suho, chanyeol y Chen. Se mudaron este fin de semana a esta nueva ciudad y estaban más que emocionados por ir a la nueva escuela. Eran unas mariposas sociales esos dos.
Pasaban por el puente cuando el ojo de kai vio a una chica sola viendo hacia el lago. Se veía desnutrida, sin embargo estaba comiendo. Lo desaliñado de su forma de vestir, el pelo atado torpemente en una trenza lo hicieron sonreír.
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LA APUESTA // Baekhyun //
De TodoSu papá era capaz de cosas horribles, pero nunca creyó que la pondría como un premio en una apuesta. Tampoco creyó que su compañero de clases la ganaría.