Perdoname

393 31 8
                                    


Había pasado tan sólo 5 minutos desde que Uriel se habría marchado, Aristóteles aún se encontraba sentado a un lado de Cuauhtémoc peinando su cabello mientras lo acariciaba de manera cariñosa y sin ninguna clase de prisa, fue entonces cuando el cuerpo de Temo comenzar a dar síntomas de querer despertar, sus ojos se comenzaron a mover y su mano trataba de apretar la cobija que lo cubría, por un instante Aristóteles pudo ver como sus ojos se empezaron a abrir, al principio creyó que era sólo su imaginación, sus ganas de que al despertar pero fue hasta que lo escuchó que entonces sabía que era real

A....r........i Ari

Escuchó el mayor al pequeño hablar mientras aún mantenía sus ojos cerrados, fue entonces cuando dirigió su mano hacia su mejilla y levantado un poco su rostro

Aquí estoy mi amor que estoy contigo despierta por favor

Cuauhtémoc no abrió sus ojos, ante esto Aristóteles se decepcionó pero contra su propia sorpresa el más pequeño levantó su mano para ahora él posarla sobre la mejilla de Aristóteles, acción que hizo estremecer a la muerte pero no de una manera mala, sino de manera llena de paz y alegría

Cierra los ojos Aristóteles pidió Temo mientras el nombrado fruncía el seño a no saber qué era lo que él quería hacer, pero entonces recordó que en algunas ocasiones Cuauhtémoc le dijo que a veces los Ángeles temen a su propia energía cuando no la han utilizado por mucho tiempo y hay veces que daña a las personas que no son ángeles, no en sí el poder más bien la luz que de ellos emerge

Ante la petición Aristóteles cerró sus ojos con fuerza mientras aún mantenía su mano sobre la mejilla de Cuauhtémoc y Cuauhtémoc su mano sobre la mejilla de Aristóteles. Fue entonces cuando el ángel en un instante abrió los ojos mientras que al mismo tiempo toda su energía se presentaba iluminando toda la habitación y la casa al mismo tiempo

Samuel se encontraba en su trono mientras Carlos se encontraba dando su informe de unos cuantos disturbios que se habían presentado en el cielo, ambos estaban demasiado concentrados en su trabajo pero no paso desapercibido para ninguno de los dos cuando todo el poder y la esencia de Cuauhtémoc se liberaron, ambos se miraron con sorpresa y una sonrisa apareció en el rostro de ellos, reprimieron su intención y sus ganas de visitarlo, decidieron mantenerse al margen sabían ambos que Aristóteles merecía un poco de privacidad con su marido, habían pasado mucho tiempo separados y primero era la familia, Cuauhtémoc tendría mucho que descubrir ahora que despertará tenía una familia quién iba primero

Para Marian tampoco paso desapercibido su energía, al instante supo que Cuauhtémoc había despertado su intención fue salir corriendo al instante y lo hizo pero se vio sorprendida cuando al final del corredor se encontró con Uriel

Vas a algún lado Marian----Pregunto el chico en la esquina de la puerta

Uriel, que haces aquí

Tenía algo importante que hacer y tú, a donde vas

Cuauhtémoc despertó, debo ir a checarlo -----Explico la chica de manera natural

Lo sé, estaba en su casa cuando despertó

Estabas en su casa

Claro, Cuauhtémoc y yo tenemos una historia muy antigua, nos conocemos desde hace siglos

No lo sabía

Pequeños detalles que no todas las personas conocían-----Hablo el chico restándole importancia ----Pero dime Marian, porque debes ir a revisarlo tu

Soy su sanadora

Eso es curioso, según lo que me comento Samuel ya no lo eres

Pequeños detalles que no todos conocen, Samuel me regreso a mi puesto----Le contra ataco la chica

Siglos a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora