Siglos a tu lado

Anguel Guardian

Fue un regalo----Contesto ante la atenta mirada de Aristóteles---- hace muchos siglos cuando él me salvó me obsequia un poco de su esencia dijo que algún día yo podría pagar mi deuda, que algún día el la necesitaría de vuelta y creo que ha llegado la hora----explicó el chico mientras la energía flotaba en el aire al instante intentó tocar el niño pero sorpresivamente el campo de energía se levantó

Wow eso fue sorprendente----contestó Samuel

Al tener la esencia de Cuauhtémoc en mi, parece ser que el pequeño me reconoció no vio peligro en mí pero ahora que la esencia ha salido de mi cuerpo creo que es normal que levantara el campo, no me reconoce y tal vez piense que lo lastimare

Puedes ayudar a que el despierte---- preguntó Aristóteles mientras observa el esencia que se mantenía flotando arriba del cuerpo de Cuauhtémoc

Sí puedo hacerlo, pero el pequeño no se puede quedar aquí la esencia se mantiene flotando porque no sabe a qué cuerpo entrar, después de todo el niño tiene también u poco de su misma esencia, es hijo de Cuauhtémoc y puede confundirse lo puede lastimar el aun es muy pequeño para soportar una energía tan fuerte

Yo puedo encargarme de Cristian----contesto Samuel mientras se acercaba al pequeño quién al mirarlo sonrío y su campo desapareció----lo llevaré a casa de Daniel, Laura lo cuidara mientras tanto cuánto tiempo necesitas

2 horas con 2 horas serán suficientes

En dos horas vendrá Laura a entregarlo----le contesto a Aristóteles mientras él solo asentía con la cabeza

Una vez que los tres quedaron solos en la habitación Aristóteles aún mantenía su vista en la esencia, él tenía muchas dudas en la cabeza desde un principio sabía lo viejo que era Temo, sabía que era muy antiguo y tenía muchos secretos, Cuauhtémoc era un profundo mar de secretos de los cuales tal vez nunca llegaría conocerlos todos pero eso lo hacía especial

Puedo notar tus dudas si ni siquiera preguntarte, hay muchas preguntas que rondan tu cabeza, algunas más claras que otras pero puedes preguntar, trataré de contestar lo que atormenta tu cabeza siempre y cuando pueda hacerlo----Hablo el chico ante la sorpresiva mirada de la muerte

Cualquier persona que viera la esencia que tenías, diría que la robaste pero tú mismo dijiste que fue un obsequio y no tengo porqué no creer en eso, la esencia de Ángel no es algo que tú puedas robar es algo que el Ángel debe otorgar y eso lo aprendí de Cuauhtémoc pero porque te la dio

Conozco a Cuauhtémoc desde hace muchos siglos, el me salvó la vida digamos que salvo mi alma, gracias a él estoy donde estoy o de lo contrario ni siquiera sería un ángel, cuando regresé al cielo le pregunté qué cuál era su deseo más grande, qué podría cumplir lo que me pidiera, cómo podría yo pagar mi deuda, el entonces me dio un poco de su esencia me dijo que la cuidara, que la mantuviera oculta, qué tal vez algún día el la necesitaría y que cuando eso pasara yo se la debería devolver y que con eso pagaría mi deuda

Y cuál es tu deuda, cuál es la deuda que le debes a mi marido---pregunto la muerte mientras observaba como el arcángel manipulaba la esencia y la comenzaba a esparcir en el cuerpo, mientras está poco a poco comenzaba a entrar al cuerpo del chico era un proceso lento pero claramente se notaba como su cuerpo lo absorbía

Yo nací siendo mortal en 1234 era hijo de un terrateniente, mi madre había sido vendida a mi padre como esclava pero mi padre se enamoró de ella, así que compró su libertad y se casó con ella yo fui el primogénito de su familia 2 años después llegó mi hermano, fallecí en 1257 a manos de mi propio hermano, quien lo asesinó para robarme la fortuna de la familia y la mujer que yo amaba, cuando yo llegué al cielo San Pedro no me permitió subir al cielo ni bajar al infierno me dijo que yo era un ángel que había nacido siendo mortal, que mi deber era subir al cielo pero que había odio en mi corazón y que para hacerlo yo tenía que decidir qué era lo que quería hacer, si subir al cielo o bajar al infierno a mi lado derecho se posó el demonio Dark y el arcángel Cuauhtémoc ambos me acompañaron por toda mi transición