[LIBRO V]
▸Se ve a la Luna elevarse. Hay problemas en el camino; terremotos y relámpagos azotan estos tiempos
Un consejo amigable: no salgas ésta noche. Los lobos merodean la ciudad.
Con la Luna en lo alto, un amigo te traicionará. El enemigo tocar...
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➻ Capítulo 30:
"Love you, goodbye."
El silencio era palpable. Las Instalaciones estaban sumidas en una profunda y casi desesperante quietud. Sólo el tenue repiqueteo de las llamas de la chimenea, consumiendo los leños se oía con total claridad. Todas las luces, a excepción del patio principal, se hallaban apagadas y cada habitación tenía su puerta cerrada con las cortinas corridas, brindando cierta privacidad.
No había pegado un ojo en toda la noche y era seguro decir que tampoco lo había intentado. Había vagado por el parque bajo el amparo de la oscuridad, consumiéndose en su penar y en los recuerdos que venían a atormentarlo.
Pero de alguna forma se las había arreglado para regresar en algún punto del amanecer; el agotamiento lo había vencido. Lo que su hermano había hecho no tenía reparo y sólo quedaba regresar. Había tomado una botella del bar de camino a su habitación pero no había tenido la voluntad necesaria para abrirla, por lo que simplemente la dejó en el tocador cuando finalmente llegó.
En silencio y con movimientos pesados, se deshizo de su chaqueta, dejándola caer sin cuidado en el borde de la cama mientras lentamente se iba deshaciendo de sus zapatos. Estaba agotado y le dolía la cabeza. Nunca en toda su vida había tenido tantas ganas de acostarse.
Se sentó en un extremo de la cama, enjaulando su cabeza entre sus manos. Por más que intentaba e intentaba no pensar en todo lo ocurrido, no podía. Sentía que cada vez que cerraba los ojos, la aterrada expresión de Marcel se le aparecía y en sus ojos se veía el reproche de haberlo dejado morir. Klaus ahogó un gemido, cubriéndose el rostro con las manos.
Sintió un cosquilleó por detrás y como el colchón se hundía levemente a sus espaldas.
― Ahora no quiero hablar ― murmuró, sobándose la nariz, pero el cosquilleo no cesó. ― Thalía ― dijo con voz gruesa y ronca, ― lo digo enserio. ― pero al voltear simplemente se encontró con el sosegado y adormilado rostro de Hope; tenía parte del patrón de la almohada marcado en la mejilla mientras que el poquito pelo castaño estaba despeinado. ― Hey...eres tú. ― Klaus miró por encima de ella; Thalía estaba hecha un ovillo en su lado de la cama, durmiendo tan profundamente que ni siquiera lo había escuchado.
― Pa...pi ― pronunció Hope, intentando mantener el equilibrio sobre el inestable colchón. Klaus le sonrió de lado y la tomó entre sus brazos, haciéndola sentar sobre sus piernas. Pronto, Hope se acomodó como de costumbre, descansando su cabeza contra su pecho; Klaus encontró curioso que su pequeña manito se hubiese posado justo encima de su corazón, aferrándose a la tela de su camisa
― ¿Qué otra vida te hubiera esperado sí otro hombre hubiese sido tú padre? ― constantemente se mentalizaba que no era el indicado para merecer el titulo de padre; desde el momento de su concepción, Hope ya había contado con un ejercito de enemigos que sin conocerla, querían acabar con su vida por el simple hecho de portar el apellido Mikaelson. Klaus le besó la cabeza, arrullándola contra su pecho.
