Día 1 Infancia

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— ¡Denki!— gritó Kirishima de 8 años de edad, corriendo con la mano alzada hacia su amigo rubio.

— ¡Kirishima!— lo saludo con una sonrisa igual de grande el joven rubio, chocando sus manos cuando estuvieron juntos.

— ¡Vendrás a pedir dulces mañana!— más que una pregunta era una afirmación y un hecho — ¿Ya tienes tu disfraz?—

— ¡Claro que si, Kirishima! ¡Y es un gran disfraz! ¿Qué hay de ti? —

— Ya lo tengo todo listo, es un disfraz asombroso —

— Ganaremos muchos dulces este año también —

Oh, el Halloween era la época favorita de todo Niño, había dulces por montón en cada casa a la que fueran. Y además no había nada más divertido que disfrazarse.

Era una época Tan esperada que no era de extrañar que al llegar al salón todos estuvieran hablando de lo mismo.

— Espero este año conseguirlo — dijo la pequeña Mina a sus amigas.

— Ay Mina — suspiró Jirou — ¿Tanto lo deseas?—

— ¡Si!—

— ¿De qué están hablando chicas?— preguntó Denki cuando pasó junto a las chicas para ir a su lugar.

— ¡Del regaliz doble del amor!— dijo Mina muy emocionada — ¡Ya sabes Denki, ese regaliz que tiene dos colores! —

— Si, si lo conozco pero no entiendo que tiene de interesante —

— ¡Denki!— dijo Mina de manera dramática — ¡Es que si te lo dan en Halloween y lo atas al dedo meñique de esa persona tan especial para ti, significa que estarán juntos por siempre!—

— Vamos Mina, eso es solo una superstición — dijo Yaomomo.

— ¡No lo es!—

— Por cierto Mina-chan — Intervino Tsuyu — ¿Decidiste tu disfraz?—

— ¡Claro que si! ¡Seré un astronauta! ¿Y tú Tsuyu-chan? —

— Una princesa —

— Wowow te verás hermosa, Tsuyu-chan — dijo Uraraka — Yo seré una bruja —

Y así, las niñas empezaron a hablar sobre sus disfraces y de más cosas que a Denki no le interesaban.

— ¿Porque las chicas son tan raras?— se quejó el rubio apoyando la cabeza sobre su escritorio.

— No lo sé, parecen aliens ¿verdad?— dijo Eijirou riendo.

— Estoy seguro que ellas vienen de una galaxia muy lejana —

— ¡Todos a sus lugares!— dijo el profesor Aizawa entrando al salón — Muy bien, saquen su tarea —

— ¡T-T-T-Tarea!— tartamudearon el rubio y el azabache mirándose entre ellos.

«Olvidamos hacer la tarea» 

A su alrededor se escucharon algunas risas y también hubo algunas miradas de preocupación sobre ellos (por parte de Yaomomo, Iida y Modoriya) aunque nada de eso era comparado con la mirada de reprobación del maestro.

— Castigados — dijeron Aizawa, Kaminari y Kirishima (aunque claro estos últimos lo hicieron en voz baja y con pesar)

[•••]

Juntos una vez más sin recreo. No era algo nuevo para ellos al menos una o dos veces a la semana se la pasaban castigados.

El castigo consistía en hacer la tarea durante la hora del recreo bajo la atenta mirada de su profesor.

Cuando la entregaron y el profesor la revisaba Denki y Eijirou comieron su almuerzo debido a que todavía tenían tiempo.

— Kirishima ¿en que estás pensando?— preguntó Denki al ver que su amigo jugaba con la comida.

— Pienso en el futuro. Pienso en que mañana (Ósea futuro) me disfrazaré de dragón y saldré a pedir dulces contigo —

— ¿Te disfrazaras de Dragón?— preguntó Denki comiendo su pan de melón.

— Si, un dragón rojo — sonrió con todos los dientes y alzó los palillos sosteniendo una salchicha en forma de pulpo — ¡Raww!— gruñó. Denki aprovechó y se comió la salchicha — ¡Me las pagarás Kaminari Denki!— dijo molesto.

— ¡Wahhh que dragón Tan aterrador!— hace como que saca una espada — Yo el caballero Kaminari Denki no te tiene miedo —

— ¿No?— y sin más Kirishima se lanzó a su amigo — Este dragón rojo conoce tu punto débil, Denki —

— N-No, espera dragón rojo...— pero no le tuvo piedad y atacó la panza de Denki haciéndole cosquillas.

— Jajajaja para... Para Kiri... Jajajajajja —

— No quiero Jajajaja — reía malvadamente o eso intenta pues su risa no podía sonar amenazadora.

Por eso, los castigos no les importaban, si los pasaban juntos todo sería divertido.

[•••]

Al día siguiente por la noche, Denki esperaba a Kirishima fuera de su casa.

— ¡Denki, te ves genial!— dijo Eijirou admirando el disfraz de diablo de su amigo, una camisa rojo vivo con cuello en V color negro, unos lindos cuernos sobre su cabeza y un pantalón negro, además de que en su espalda había unas alas negras.

— ¡Tu también te ves impresiónate!— el disfraz de Kirishima consistía en un par de botas marrón, un short color rojo algo roto donde se sujetaba una larga cola roja también usaba un chaleco tinto y en su espalda un par de alas grandes y rojas y un par de guantes rojos que simulaban unas garras. Además de que usaba unos cuernos color rojos.

— ¡Somos amigos de cuernos!— sonríen ambos señalándose mutuamente — ¡Vamos por esos dulces!—

— ¡Que no quede ninguna casa sin visitar!— dijo Kirishima empezando a correr por la calle.

— ¡Espérame!—

[•••]

Visitaron todas las casas que pudieron, encontrándose a varios de sus compañeros en el camino con quienes reían y competían para ver quien obtenía más dulces.

Una noche mágica llena de risas y sobre todo ¡dulces!

Denki y Eijirou, con sus bolsas llenas de dulces se sentaron en una banca del parque.

— ¡Yujuuu! ¡Tenemos muchos dulces!— dijo Kaminari mirando ambas bolsas de dulces.

— ¡Si! ¡Se nos picarán los dientes por comerlos todos!— afirmó Kirishima.

— ¡Hay que empezar! —

— ¿Con qué empezamos? —

— ¿Chocolates?—

— ¡No! ¡Mejor las gomitas!—

— ¡Y luego los chocolates!—

— ¡Espera! ¡Mira te dieron un regaliz doble!—

— Es verdad— Kaminari tomó el regaliz — Mina dijo que había una superstición con estos — lo sacó, un hermoso regaliz trenzado con el color negro y amarillo — Algo sobre atarlo a los meñiques —

— ¿Quieres intentarlo?— Kaminari asintió mirando el regaliz — ¿A quien lo atarás?—

— A ti — el rubio tomó la mano del azabache e hizo con el regaliz un pequeño nudo en su meñique — Así estaremos juntos por siempre — dijo después de amarrarlo a su propio meñique.

— Ay, Denki — sonríe enternecido Kirishima y besa su mejilla — Estaremos juntos siempre —

Un gran sonrojo apareció en las mejillas de Kaminari, estaba seguro era muy notorio pese a la oscuridad de la noche.

— ¡Mira!— Kirishima señaló el cielo nocturno donde atravesaban miles de estrellas fugaces — ¡Increíble!—

Y sentados uno junto al otro, unidos aún por el regaliz miraron las estrellas surcando el cielo.

KiriKami week 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora