¡LUCY!

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Ya había perdido la cuenta de cuanto había caminado,no crei que quedaría tan lejos,de haber sido así hubiera ido en auto y no caminando.

De repente estaba en medio de un bosque,la noche se comenzaba a manifestar y junto a ella,la bella y enorme luna se vislumbraba en el cielo estrellado.

Estaba oficialmente perdida.

No veía nada ni sabía para donde dirigirme,mis pies ya no me obedecían del cansancio que tenía,así que solo caí rendida al suelo con una respiración agitada.

Me quedé observando la luna que tanto me cautiva,era hasta hipnótico,así como las estrellas,que si le prestaba atención,formaban un camino.
Sí,un camino.
Sin tener mucha cordura mientras veía el cielo,seguía las estrellas,sin rumbo.

Hasta que cai en un pozo de no más de 5 metros,oscuro,incluso mas que la noche,ahora si que estaba realmente perdida.

Arrodillada y dolorida entre el musgo y el barro,escuché pasos.

Miré hacia arriba,de donde había caído,pero ya no había escapatoria,el lugar era distinto,se tornó más frío que antes y había un aroma que distinguía perfecto: Azufre

Escuché aplausos,provenientes de la oscuridad y me sobresalté ahogando un suspiro.

-Pero miren quién está aquí- escuche la voz de un hombre,bastante atractiva.

Intenté buscarlo en las sombras pero era inútil.

-¿Quién eres?- dije firme y sin miedo mientras me paraba como podía.

-Pero mírate que débil estás,la humanidad te ha cambiado y debo decir..no para bien- se escuchó desde el otro extremo del lugar.

-¿De que hablas? Por favor,necesito saber que hago acá. ¿Quién eres?- Lo busqué con la mirada como una frenética.

-Considerame,un viejo amigo. ¿Ya te olvidaste de mi?- Rió

-No sé quien eres- dije ya enojada.

-Bueno,ya me aburriste-dijo mientras salía de la oscuridad un hombre,el más bello que había visto alguna vez,parecía creado por los mismísimos dioses del olimpo,era una belleza cautivadora,pelo rubio,parecía oro,sus ojos,un color celeste hielo,como los míos, y vestía un traje negro que le quedaba a la perfección. -¿Todavía no te acuerdas?- dijo posando en frente mío.

-No- balbuceé.

-Bien bien,ven aquí- extendió sus brazos como para que los tomara.-Ven,no te haré daño- Suspiró cansado.

Asentí y tomé sus manos. Tenia sus ojos tan cerca y su vista tan penetrante que pensé que me cortarían. De repente y sin cerrar sus ojos,esbozó una pequeña sonrisa que me produjo escalofríos,no era una sonrisa cálida,era una sonrisa que daba miedo.

De la nada,sopló hacia mi cara y antes de que pudiera quejarme ya no estaba en ese lugar oscuro,era otro lugar que me generaba desolación pero sentimiento de haber estado allí.
De repente me vi,sentada en un enorme sillón de piedra,pero no era exactamente yo,era bellísima,mi pelo negro largo y mis ojos no habían cambiado,pero en mi cabeza podían verse unos cuernos,largos,esbeltos,imponentes.
Estaba descalza,o eso pude notar,además,tenía un vestido largo,rojo.
Pero no estaba sola,a mi lado estaba él,el hombre rubio que estaba en esa cueva,ambos reíamos,como si fuéramos amigos de toda la vida y estuviéramos disfrutando una buena película.

Sin anticipación,salí del trance,casi cayendo hacia atrás.

-No puede ser- dije

-Sí-

-¡Lucy!- le grité para luego abalanzarme encima de él.

-¿Pero que haces?- Me quiso despegar del abrazo.

-Te he extrañado muchisimo- le dije.

-¿Ya te acordaste?-preguntó un poco incómodo por el abrazo.

-No,creo..no lo sé,solo sé que..teníamos buena relación-

Lucy solo se dio vuelta indignado.

-Pero claro que no recuerdas nada-parecia enojado.

-Esta bien pero explícame entonces.-intente calmarlo.

-Es que tu tienes que hacerlo Astartea,te necesitamos aquí.-me tomó de los hombros como para hacerme reaccionar.

-¿Por qué me dices Astartea? ¿Aquí dónde?-

-POR QUE ESE ES TU MALDITO NOMBRE- gritó tan fuerte que me hizo estremecer,me provocó tanto miedo que no pude decir nada,ya no era ese hombre amable del principio.-Bien- continuó mientras respiraba profundo.-Empecemos por el principio.-

𝔄 𝔰 𝔱 𝔞 𝔯 𝔱 𝔢 𝔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora