Secretos (Terminada 👌)

no me busques

Samael
Desperte y lo primero que vi fue que Alise no estaba conmigo, recuerdo como me pidió que me quedara con ella a dormir, pero despierto y no está, es Navidad así que debe estar en la parte de abajo me puse pantalones y salí de la habitación, hasta toparme con Marcus, este se inclino a mi, ¿Ahora que le pasa?...

Marcus: quiero hacer un trato contigo...

-pero...¿Que pasa Marcus?, ¿Que vio Tesha?

Su rostro prácticamente se desmoronó en una cara de preocupación y tristeza

Marcus: mi esposa y yo vimos, lo no deseable para ninguno de los dos

-bueno pues habla...

Le exigì, Tesha al ser en parte lobo tiene una habilidad especial, como yo cuando anda en celo, debe ser muy confuso el saber el futuro de alguien más, mientras sientes el sentimiento más hermoso del mundo, y al parecer lo que vio no fue nada bueno...hablamos y de lo que me habló no me lo podía creer, admiraba a Marcus por implementar su habilidad de celo en el trabajo sabiendo medirse y controlarse, en cambio yo no puedo ocultarlo, mire enojado a Marcus  este solo miraba a otro lado muy asustado no puedo creer que para proteger a mi familia tendré que usarla

Marcus

El 25  de diciembre, tuve una de la cenas más tristes, pero a la vez alegres, solo que con algunas bajas y de esas bajas la más importante, Tesha y yo nos casamos después de que la familia a la que defendíamos creímos que habían muerto, hasta que un destello de esperanza nos iluminó, en la cena hablamos de tantas cosas, se sentían las ausencias pero el calor y el amor nunca faltó, me acerque al pino de Navidad, a mi espalda unos brazos delgados me rodean y me aprietan

-mh ¿Que crees que haces?

Tesha:cumpliendo nuestros votos, te protejo la espalda

-mi amor, no sabes cuánto te amo

Tesha: si se cuánto pero sería algo absurdo decirlo

Me di la vuelta para abrazarla y topar nuestras frentes mirándonos a los ojos , sangre de mi sangre, mi luna creciente sangrienta, su cabello rojo me enamora y su sonrisa tan encantadora, no se qué haría si me faltará

Tesha: oí a Son y Mun huir al oeste cerca de Dubai...

-sabes que esos mellizos están locos

Tesha: lo se, lo se, pero...son parte de la manda, como tú y yo nosotros nos quedamos a proteger los huevos de oro pero no podemos hacerlo solos, necesitamos refuerzos, no podemos tener más bajas además ellos son como dos serpientes una venenosa y el otro extrangulador, son un buen  equipo que al menos podrían ayudarnos

Los mellizos Son y Mun son unos malditos lunáticos, digamos que ya e trabajado con ellos, ser cordes no es lo suyo logran hasañas grandes solo porque son hermanos, prácticamente son unos malditos amantes de las explociones, es una pesadilla estar con ellos, ya a pasado mucho desde que no los veo ellos se fueron después del accidente de la familia de Nuriel, muchos despues de ese día se separaron, como Bladimir él era un putón de primera, cada semana tenía a una chica nueva, Sara era quien le hacía segunda, Beear era un amante de la cerveza para el una fiesta sin licor no era fiesta, Terri digamos que era el listillo de todos nosotros, Roman, el iva y venía el era como un ave para nosotros nadie sabía cuándo entraba o salia y siempre tenía la vista puesta en su objetivo jamás fallaba, aún recuerdo cuando Beear, Rapha, Bladimir,Román y Sara competían para ver quién podía beber más cerveza siempre ganaba Sara y en segundo era Beear, Samael era demaciado pequeño así que es normal que no lo recuerde, un secreto que sabía de Terri es que era gey solo eso de el nada se supo se escondía bien en la sombras y de alguna manera sabía todo lo que hacíamos y decíamos y por eso se ganó mi respeto, la nueva generación jamás sabrá lo que es ser un clan, tal vez si harán sus grupitos pero nada comparado a lo que hacíamos, contrabandistas, delincuentes, para algunos héroes, me senté en la orilla de la cama, me puse a pensar y Sasha tiene razón la mayoría de la manada se largo solo quedamos nosotros dos, delgadas manos pasan por todo mi abdomen empezando desde mi espalda y un beso en la mejilla me sacan de mi pensar, entre beso y beso la acosté, su cabello rojo extendido por por toda la cama, mis labios no podía parar de exigir su sabor, hasta que ella tomo una bocanada de aire y abrió sus ojos de golpe me levanté con ella sin quitarle los ojos de encima, sabía que algo había visto y no era nada bueno