Sabado, 27 de Julio, Guinea Ecuatorial
El gran día tan esperado había llegado, los anfitriones de la gala, pasaron varias horas para terminar de acomodar la gran sala de uno de los hoteles más importantes de Federico Adjibi a su gusto.
Después de dos horas arreglándose, Carla se observó en el espejo de cuerpo entero, que colgaba en la habitación que se les había sido asignada como cuarto matrimonial. La silueta en frente de ella reflejaba a una mujer verdaderamente hermosa, el vestido encajaba sobre sus curvas como un guante. Era de terciopelo perlado con brillos. La parte superior era delicada. Solo dos hilos delgados la sostenían. El escote era completo. No enseñaba de más, era sencillo, utilizando un brasiers sin mangas. A la altura de la cintura la tela apretada se unía en una línea horizontal con la falda larga hasta el suelo. Era del mismo material, pero más liviano, permitiendo que la tela se moviera al compás con su silueta y no permaneciera rígida.Para su cabello y maquillaje, Carolina mando llamar a uno de los mejores de la ciudad, quien hizo un buen trabajo transformándola. Las ondas castañas de su melena estaban recogidas armónicamente en un moño griego. Sus pestañas lucían más grandes y abundantes, sus ojos, suavemente maquillados, se veían más grandes, llamarían la atención junto con sus labios embarrados en un suave tono coral. No quería sonar pretenciosa en su propia mente, pero realmente tenía la autoestima suficientemente alta como para decir que se veía como una reina, el collar de perlas sencillo y los aretes bien colgados junto con los tacones, fue lo último que se puso.
—Estoy lista_ hablo mirándose al espejo_ — ¿tú qué opinas corazón?
—Tus vestidos han quedado como un saco de patatas al lado de esto_ Claudia la observaba desde su portátil que recostaba encima de la cama, habían realizado un video chat para que su mejor amiga la diera su opinión personal_—De verdad, estas exquisita. Serás la reina de la noche… Esas perras querrán matarte y, sobre todo la bruja de Anabel._ las dos amigas sonrieron._ —A todo esto, ¿Cómo lleváis lo de convivir juntas después de tanto tiempo?
Carla se sentó en la cama frente al ordenador en una pose elegante, para no arrugar el vestido, mientras soltaba un suspiro. _— En pocas palabras, lo llevamos horrible, no me soporta y yo igual a ella_ volvió a suspirar_ —y tú, ¿cuándo vienes?_ sonrió_— Te extraño a ti y, a tus fechorías.
—Eres mi jefa, ¿recuerdas?, y tengo bastante trabajo desde que no estás aquí_ Claudia hizo un puchero_—Eras mi salvación y te has ido… pero bueno, en dos semanas estaré allí.
—Bale, pero no me culpes por ser tan lenta con los informes. Estabas tan acostumbrada a que siempre este allí…
El sonido de unos nudillos tocando la puerta del cuarto interrumpió el discurso que Carla estaba a punto de dar a su mejor amiga.
—Amor, tenemos que irnos ya, te espero abajo._ la voz de Víctor sonó tras la puerta.
—Enseguida bajo cariño_ Carla observo de nuevo el portátil y se encontró con la sonrisa burlona de su amiga.
—Enseguida bajo cariño_ imito Claudia con voz burlona_- hui, la noche promete.
—Ya para el caro bruja_ Carla le saco la lengua a su amiga en una actitud infantil. Se sentía cómoda con ella y era la única que conocía realmente como era en el fondo._ —hablamos luego, te quiero mucho.
—Yo mucho más diosa griega, chao.
Carla se levantó de la cama, cogió su monedero y salió del cuarto matrimonial. Víctor estaba hablando por teléfono al final de las escaleras, ¡Vaya, está impresionante!, pensó mientras bajaba los escalones, llevaba una camisa blanca que le marcaba a la perfección y pantalones sastre, negros y, el saco lo tenía colgando del hombro, él no se percató de la llegada de su esposa hasta que esta llego a los últimos escalones; sus miradas se encontraron, dejando a un Víctor sin aliento anonadado por la belleza de su amada. Se quedó inmóvil, mirándola, sus ojos negros resplandecientes, hambrientos. Carla noto como todo su cuerpo se ruborizó y sonrió victoriosa, no hacía falta que el la dijera algo, pues solo con esa mirada ya la había dicho todo lo que pensaba y ninguna era para nada inocente. Mientras, Víctor se estaba planteando si de verdad quería ir a esa gala.
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Enredo
RomanceCarla Andeme, esta casada con uno de los hombres más influyentes en el sector tecnológico en Madrid, tiene una familia perfecta y un hijo al que aman. Todo cambia cuando va a visitar a sus padres a Malabo, y conoce a Nicolas, un hombre que se esta...