Capitulo 1

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– ¿Cuál de estos crees que es mejor? – Miro con el ceño fruncido la pared de la nueva habitación de Jonathan. Solo puedo ver cuatro manchones de pintura azul exactamente iguales –No puedo decidirme entre el azul cielo y azul pastel ¿Tu qué opinas? –

–Para mí todos se parecen, escoge el que quieras– hace una mueca.

–Podrías mostrar un poco más de interés– me riñe. La ignoro.

–Tengo trabajo, estaré en el despacho– abandono la habitación y recorro el pasillo de vuelva al despacho, mi nuevo santuario, libre de madres entrometidas y de recuerdos de esposas que prefieren marcharse tres semanas al extranjero que pasar tiempo con su hijo y su esposo. Lleno una copa antes de tomar asiento detrás del escritorio, necesito un momento para respirar y retomar un poco de fuerza.

Me siento agotado, Jonathan pasa la mayor parte de la noche despierto llorando y agradezco que sea mi madre la que lidie mayormente con eso, probablemente me hubiese vuelto loco yo solo. Sintiéndome un poco más relajado comienzo con todo el trabajo que tengo pendiente y logro avanzar gran parte de este antes de la cena.

– ¿Has pensado que harás con el departamento en el Sioux? – hay que ver lo pesada que puede llegar a ser mi madre.

–Quizá lo conserve– me encojo de hombros tratando de quitarle importancia.

– ¿Para qué tener dos departamentos en el centro, uno a dos cuadras del otro? – interviene esta vez mi padre. Y quiero gritarles que no se entrometan donde no los llaman pero me contengo.

–Lo venderé entonces– contesto sin más.

–Me parece bien, este es mucho más grande y adecuado para un niño. El otro parecía más un departamento de soltero– lo compre porque en ese momento estaba solo.

– ¿Crees que puedas cuidarlo mañana por la mañana? Tengo un desayuno de trabajo y no puedo volver a posponerlo–

–Claro que si cariño– me dedica una sonrisa tierna –Tú y yo nos quedaremos mañana en casa resguardándonos del calor ¿verdad que si? – Jonathan chilla extasiado.

–Parece más tranquilo– comento al verlo un poco más risueño.

–Es por el medicamento– me explica –Tiene sensibles las encías y eso lo irrita– quien diría que sería tan complicado este asunto de los dientes de leche. Observo la hora en mi móvil. Ocho y cuarto.

–Terminare algunos de los pendientes que tengo, terminare antes de la hora de dormir de Jonathan– mi madre le quita importancia con un gesto de mano.

– No te preocupes, yo me encargo de eso– la miro con adoración. Esta mujer es mi salvadora. De vuelta en mi cuartel general me concentro de lleno en terminar de revisar la hoja de cálculo que deje pendiente. El trabajo desde casa me está pasando factura y agradezco que Alejandro me apoye desde la oficina. Tal vez sea hora de que le suba el sueldo a ese hombre, durante estas semanas no ha hecho más que apoyarme.

Me aseguro de haber revisado todos los correos electrónicos y haber respondido a todos antes de apagar el ordenador, me froto los ojos tratando de relajar la vista cansada y observo la hora en el reloj notando que me he pasado media hora más del tiempo acordado. Mi madre debía haber acostado ya a Jonathan.

Otro constante generador de su llanto, mi madre dice que al estar acostumbrado a dormir acompañado de Alexis le cuesta más dormir solo en su propia cuna en su propia habitación. Puedo entenderlo, yo también me siento un poco solo aunque estoy rodeado de gente.

–Te vez realmente mal–Casi tanto como me siento. Suelto ruidosamente el aire.

–No he dormido bien– me excuso.

–Igual que casi todas las personas en este departamento– sonrió. Tiene toda la razón, mi hijo tiene excelentes pulmones –Haz terminado el trabajo pendiente ¿Qué esperas para subir a descansar?–

–La verdad es que ni siquiera yo lo sé– me sorprendo a mí mismo diciendo eso en voz alta –Necesito estar verdaderamente agotado para poder conciliar el sueño–

–Entonces haz un poco de ejercicio, toma una ducha y ve a dormir– tan sabio como siempre.

–Creo que disfrutare la vista un poco más– me giro hacia los ventanales que van desde el suelo hasta el techo y disfruto de la vista que nos otorgan de Seattle. Es una magnifica vista a decir verdad, edificios de distintos tamaños y claramente puedo distinguir la aguja espacial a solo un par de cuadras de nosotros, miro hacia abajo y distingo las luces de los autos que van de un lado a otro.

– ¿Qué has sabido de ella? – todo mi cuerpo se tensa de inmediato. Dejo de pensar en cualquier otra cosa y mi mente se traslada de inmediato a ella. A la última vez que la vi en las oficinas del tribunal y en su precioso rostro surcado de lágrimas, en cómo me miraba con odio y en lo mucho que me dolió que me mirara de esa forma.

–Sigue en Inglaterra– digo sin más.

– ¿Con Stanton? – asiento, soy incapaz de hablar sin tener que gruñir.

–Aun no sabes porque...– lo corto a media frase.

–A quién le importa, prefirió lagares con el sin decir nada. – monto en cólera.

–Tal vez tiene sus razones– siempre intenta excusarla.

–Deja de justificarla– le riño.

–Y tú deja de culparla de todo– buena esa papá. Me has dejado bien callado.

– ¿Y qué quieres que haga? La felicito por haberse ido, le envió flores–

–Deja de suponer cosas...– intento interrumpirlo pero me detiene – tu madre y yo sabemos perfectamente lo que estás pensando y se cómo pueden verse la cosas, pero no creemos que Alexis sea capaz de abandonar a Jonathan por ese hombre, debe tener sus razones para haberse ido tan repentinamente–

–Quieres decirme algo, parece que sabes mucho más que yo– me mira con mal genio.

–Deja de victimizarte, si quieres respuestas simplemente llámala y pídeselas, si no te las da encuentra otra forma. –

– ¿Cómo cuál? La sigo ciegamente de nuevo hasta el fin del mundo. Que le den, si prefiere estar con un anciano puede quedarse con él. – suelta una carcajada carente de humor.

–Cuando se rompa tu burbuja y sepas la razón por la que sea que está haciendo esto te recordare que dijiste eso– por mi puedes hacer lo que te venga en gana. No pienso ir corriendo de nuevo de tras de ella. –Espero que no te moleste que pasemos la noche aquí– solo cuando no me sermoneas.

–Por supuesto que no– me sirve la compañía.

–Descansa hijo– no creo que pueda –buenas noches– me da una palmada en la espalda antes de alejarse y yo vuelvo la vista al enfrente intentando vaciar de nuevo mi mente.

¿Qué diablos estás haciendo Alexis?

⚫⚪⚫

Estamos de vuelta!!!

Espero les gusten..... MARATÓN DE CUATRO CAPÍTULOS COMO COMPENSACIÓN❤

Les agradezco por apoyar el libro y díganme que opinan💕

Perdón por tardar tanto en subirlos pero tengo problemas con mi computadora💔subire el siguiente apenas lo escriba❤❤

VOLVIENDO A TI  | |  Trilogía mía para siempre IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora