NCT ONE SHOTS

YUTA

"Yakuza"

En la vida de Pennie solo existía en su cabeza dos cosas importantes; dulces y mangas. A pesar de estar casi tocando la edad de los dieciocho, la fuerte influencia del anime y ser la consentida de una familia con solo un heredero no le permitieron madurar. Sus padres siempre estaban dispuestos a comprarle hasta la figurita de acción más ridículamente costosa y su gran afición por los mangas shoujo solo hicieron que inconsientemente y con el paso del tiempo copiara las actitudes de aquellas protagonistas de voz chillona y aspecto infantil. Sin embargo por más insoportable que llegará a parecer Pennie, realmente es una persona muy querida y popular en su escuela, o al menos así lo fué hasta que en su último curso sus padres decidieran cambiarla de escuela.

El instituto femenino al que Pennie asistía desde preescolar ya no era más que un gasto innecesario en la familia Nakata. Después del injusto despido del señor Nakata en dónde el tenía participé como CEO, el sueldo que ganaba la señora Nakata no abarcaba para mantener todas las necesidades a las que se habían acostumbrado. Al menos si querían mantener su enorme casa y seguir disfrutando de las deliciosas frutas exóticas se tendría que hacer sacrificios, y con sacrificios se refería a que Pennie tendría que pasar su último año como colegiala en una escuela pública y mixta. Para Pennie realmente no le importo demasiado el cambio más allá que no vería en clase a sus viejas amigas. El único inconveniente era la presencia masculina en la escuela, desde infante solamente convivía con mujeres y a parte de las muy escasas visitas de sus primos, no tenía contacto alguno con hombres.

La llegada de Pennie al nuevo instituto no fué una noticia grande, nadie sabía de sus orígenes así que fácilmente podía pasar desapercibida al contrario de su vieja escuela en dónde todas las chicas la conocía. Su estancia en el instituto mixto podría definirse como normal a excepción de una sola cosa; Nakamoto Yuta, aquel chico de cabello largo y teñido de un rojo bastante llamativo siempre la observaba e incluso a pesar de no pertenecer a la misma clase la seguía "disimuladamente". Mentiría si decía no sentirse asustada. Su poca cercanía a los chicos hacía que las miradas de Yuta la hicieran sentir intimidada, y ni hablar de esos arapos de barrio con los que siempre se presentaba a clase.

(...)

Recién comenzaba el día y Pennie estaba más que ¿Desconcertada? No tenía las palabras correctas para definir lo que sentía en el momento. Este día es el octavo en que recibía dulces en su taquilla, y no era solo un dulce, hablamos de varios y de su favoritos específicamente. Desde chocolates hasta divertidas gominolas de colores. Cualquier otra muchacha estaría más que enamorada por el gesto, pero hay que recordar que hablamos de Pennie, una chica asustadiza que jamás en su vida había tenido un pretendiente, el tema del pretendiente no la tenía perturbada, sino el hecho que un chico sabía la contraseña de su taquilla y conocía sus dulces favoritos, para Pennie aquello no lo consideraba dentro de lo normal.

- Oh, Pennie-chan es tan afortunada- chilló una de sus amigas, Nanami, quien al final le terminaba robando varios de los dulces- mo~ yo también quiero un admirador secreto.

Pennie simplemente arrugó tiernamente la nariz ante el comentario- ¿Tener un admirador secreto es bueno?- se preguntó para si misma. Admitía que recibir dulces gratis le complacía pero no sabía que tan bueno pudiera significar que un desconocido abriera y cerrara a su gusto la taquilla que días atrás había sido desalojada de productos costosos que pudieran ser robados.

A solo unos cuantos metros Nakamoto se encontraba recargado en el muro cómodamente, su rostro no articulaba expresión alguna o reflejaba emociones. Yuta observaba a Pennie desde ese panorama desde que está había salido de su clase, por supuesto que Pennie estaba al tanto de la presencia del chico pero trató de olvidarse de el haciendo un intento de conversación con sus amigas, ya tenía mucho tiempo intentándo esa táctica y aunque no siempre funcionaba al menos no tenía todos sus pensamientos en el intimidante chico.