Prove Me Wrong

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Dedicado a VioletteMoore y basado en su one shot llamado " Baila conmigo hasta el final del amor". Un hermoso Bruce/Talia que recomiendo lean antes de esta historia si desean entender algunos puntos de la misma. Sin más preámbulos los abandono a su suerte

Inspirado en la canción de Tyler Joseph : " Prove me wrong"

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El día había llegado, ese que todos esperaban con ansias. Los amigos y familiares parecían felices por la pareja, ignorando los murmullos de varios periodistas y sus propias dudas internas pues nadie esperaba realmente que ambos fuesen capaces de llegar hasta este punto. Llevaban incontables años orbitando uno alrededor del otro, encontrándose en una pasión fugaz que los demás se esforzaban inútilmente en catalogar como " amor".

No era la primera vez que los dueños de la noche anunciaban su compromiso, y todos los presentes estaban seguros de que no sería la última. Este juego volvía a retomar su curso abandonado hace tantos años ya, cuando la noticia de la inminente boda llegó a través de los ancianos labios del abuelo de la familia. Labios disidentes que habían recibido órdenes de mantenerse cerrados a cal y canto.

Habían pasado más de seis años desde aquello y él nunca pudo perdonar a su padre por tal indulgencia.

Nunca logró comprender la razón por la que su padre rechazó a una reina como lo es su madre por una gata callejera. Y nunca lo entendería.

Talia era una mujer fuerte, capaz, letal, hermosa, elegante y dedicada. Una líder nata. Una gobernante destronada que en algún momento de su vida se dejó vencer por esa maldita gata pues pensó en la felicidad de su detective antes que en la propia. ¿Y qué hizo su padre ante esto? Nada. La abandonó a su suerte como si de un saco de carne se tratara, la dejó sangrando, con una espada encajada en su espalda y sin saber si estaba muerta o no. Pero una parte de Talia si pereció ese fatídico día, cuando su amado la dejó por otra aún después del sacrificio y sufrimiento por el que ella se vio obligada a pasar.

Le destruyó el orgullo y el corazón.

Talia se prometió a sí misma nunca más darle otra oportunidad al murciélago.

¿Para qué hacerlo?

¿Para que la volviera a abandonar rota y con el alma sangrante?

Ella sintió sus ojos escocer cada vez que recordaba el momento.

Pero ninguna lágrima abandonaría su dolido rostro.

Talia AL Ghul nunca lloraba.

Mucho menos por un hombre que no la merecía.

Pero Damian también era un Al Ghul de sangre.

Y los Al Ghul nunca perdonaban.

Así que él nunca perdonó a su padre, no cuando hacía sufrir a aquella que le dio la vida. Muchos pensaban que era un amor enfermo el que madre e hijo compartían, pero de amores prohibidos ellos no sabían más de lo que conocían de su propia vida. Talia lo torturaba, lo heria, lo asesinaba, lo hacía sufrir incontables penurias siendo él apenas un niño. Pero el cariño y orgullo que se tenían eran mucho más fuertes que todo eso.

Damian amaba a su madre, la respetaba y admiraba incluso más que a su propio padre. Pero él también había crecido cercano a su familia durante todos estos años, y es por el respeto que les profesaba que se encontraba allí ahora, observando resignado el espectáculo ante sus ojos. Aquel en el que una gata sucia disfrazada con sedas en un intento de disimular su callejera naturaleza bailaba con el hombre que le había dado y quitado tanto a su propio hijo.

Muéstrame que estoy equivocado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora