Capítulo 24.

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[...]

Kyungsoo acariciaba de arriba hacia abajo con sus delicadas manos todo el torso de Jongin, mientras éste apretaba sus glúteos desnudos para frotar sus miembros y sacar suaves gemidos del menor.

Quizás es demasiado decir que Jongin y Kyungsoo habían iniciado el año con un pie derecho y la estaban pasando increíblemente perfecto. Con muchas palabras bonitas, miles de citas, millones de caricias y constantes besos.

Sin dejar pasar por alto aquellos simples susurros de te amo que hacían ruborizar a ambos. Kyungsoo se fascinaba viendo a Jongin sonrojado.

Sentados en la tina del baño del pelinegro, con el castaño seduciéndolo, y él rozando con intensidad sus sexos, parecía que el ambiente empezaba a tornarse caliente.

Ambos desnudos, cubiertos solamente por el agua que empezaba a quedarse sin burbujas, no parecía que tenían deseos de salir.

Las manos de Jongin ascendían por la espalda del menor y sus labios besaban con humedad su cuello, dejando marcas de propiedad en éste.

Kyungsoo, mientras gemía en el oído del mayor, no sabía si aquello era demasiado tierno –por la forma en que lo tocaba– o era demasiado excitante.
Aunque es más seguro que ambos.

Cuando Jongin se apartó de su cuello y se dedicó a contemplarlo, casi se queda sin aliento. Kyungsoo tenía su cabello mojado hacia atrás, con todo su delicado cuerpo empapado, mejillas furiosamente rojas y sus ojos cerrados mientras se sumía de placer.

Kyungsoo recostó su cabeza en su hombro, sonriendo como si supiese que lo está viendo. Abren sus ojos y ambos se contemplan entre sí.

–Te amo, Jongin.

El corazón del mayor empieza a latir con fuerza y Kyungsoo se da cuenta de ello.
Sonríe tímidamente y vuelve a enterrar su cabeza entre el mentón y su hombro.

–Pero yo te amo más.

El menor muerde su labio inferior, evitando soltar una risita boba que siempre le sale cuando su novio por completo lo sonroja.

Jongin siempre sabe cómo enamorarlo todos los días, incluso puede sentir tranquilidad con solamente tener su presencia.

Empieza a mordisquear su cuello, pasando también su lengua en algunas zonas y luego vuelve a besarlo con sus carnosos labios. Jongin gruñe y puede sentir como su piel se eriza ante sus besos y ante un Kyungsoo sensual.

–Mierda... –maldice con dificultad.

El menor ha empezado a restregarse contra él, pero ésta vez frota sus nalgas en la dura erección del mayor y éste aprieta el agarre de su cadera, pues empieza a ver la lujuria en sus ojos y el roce de la entrada de Kyungsoo con su miembro le hace agua la boca.

El castaño no puede resistirlo más, busca sus labios para unirlos con los suyos y se mezclan en un beso húmedo que hace palpitar el mismo miembro del pelinegro.

La lengua de Jongin está saboreándolo con tanta determinación que podría quedarse así todo el tiempo del mundo.
Kyungsoo empieza a jadear sobre sus labios, sintiendo una ola de escalofríos cuando Jongin toca su miembro.

Pero aquella preciosa melodía fue interrumpida por el timbre de la casa, incluso llegó a cortar aquel momento de intimidad pura para ambos.

Como no había nadie en ella, excepto por ellos, Kyungsoo tenía que pararse y ver quién era. Jongin soltó un gruñido cuando él se apartó de su lado, pero Kyungsoo, brindándole un beso tierno, pudo calmar su repentina incomodidad.

𝐏𝐎𝐒𝐄𝐒𝐈𝐕𝐎. [Kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora