Na Jaemin era un chico tranquilo y agradable, le gustaba la sensación de la brisa fría golpeando su rostro mientras su nariz se teñía de rojo por el clima, amaba los días soleados pero frescos y en especial los atardeceres pues algo en ellos le recordaba a su madre, quien solía señalarle cómo la luz dorada coloreaba el cielo.
A menudo, Jaemin buscaba refugio en el bosque cercano, un lugar que consideraba su santuario al que acudía siempre cargando su cámara con él, dispuesto a capturar imágenes de lo que el mundo natural tenía para ofrecerle: flores salvajes, animales que se cruzaban en su camino, o la forma en que la luz del sol atravesaba las hojas pues le gustaba pegar estas fotos en las paredes de su habitación, construyendo su propio rincón lleno de recuerdos.
Entre sus actividades y lugares favoritos había un sitio en particular que le gustaba visitar: un hermosos río en el cual habia una roca grande junto a el, ahí podía sentarse durante horas, observando el agua fluir con calma, escuchando el susurro de las corrientes y los pequeños saltos de los peces en su recorrido. Para Jaemin, esos momentos eran perfectos, era su mundo, un lugar donde solo existía él y nadie más, un mundo donde nadie podía entrar, a menos que dejara un impacto significativo en él.
Jaemin tenía un par de amigos cercanos, como Renjun, un chico chino al que quería como a un hermano, y Park Jisung, cuya presencia lo hacía sentir diferente. Jisung era todo lo que Jaemin no era: extrovertido, carismático y lleno de energía. Para Jaemin, Jisung era perfecto, llevaba años enamorado de él en secreto, construyendo un amor silencioso que nunca se atrevió a confesar pues temía ser rechazado, así que se aferraba a su fantasía, donde su amor era correspondido.
Era una tarde como cualquier otra Jaemin estaba en su roca junto al río, disfrutando del atardecer y del sonido relajante del agua, el sol descendía lentamente, bañando todo en tonos cálidos, con los ojos entrecerrados, casi quedándose dormido, se permitió relajarse por completo.
Entonces, un estruendo lo sacó de su tranquilidad, un rayo cayó del cielo, impactando directamente en el río, el agua se agitó violentamente, salpicando a Jaemin y llenándolo de una mezcla de sorpresa y temor.
"¿Qué demonios?" pensó, sentándose de golpe y mirando alrededor, justo cuando trataba de entender lo que había pasado, algo captó su atención: un destello en el cielo, algo, o mejor dicho, alguien, caía desde una altura inimaginable.
El cuerpo impactó en el río con una fuerza que hizo que las aguas se iluminaran de un azul intenso, Jaemin se quedó paralizado, incapaz de apartar la vista. El agua seguía brillando, y pequeños rayos de electricidad danzaban en la superficie.
Contra todo instinto de supervivencia, Jaemin decidió acercarse, se asomó al río, y lo que vio lo dejó sin aliento: al fondo, rodeado de luz y rayos, había un chico, su cuerpo brillaba intensamente, y sus cabellos azul eléctrico parecían moverse con el agua.
Sin pensar demasiado, Jaemin se lanzó al río, nadó con todas sus fuerzas hasta el fondo, sintiendo la electricidad punzante alrededor del cuerpo, lo sujetó y, con esfuerzo, lo llevó a la orilla dejando a aquel extraño en el pasto totalmente exhausto.
Apenas tuvo tiempo de recuperar el aliento antes de notar algo extraño, el cabello azul del chico comenzó a perder color, volviéndose rubio poco a poco, sus ropas, aunque rasgadas, se secaron como si nunca hubieran estado mojadas. Jaemin no podía creer lo que veía.
El rostro del chico era hermoso, casi sobrenatural. "¿Es un ángel?" pensó, mientras sus ojos recorrían cada detalle, lo que más le llamó la atención fue su piel: brillante, como las escamas de un pez, movido por la curiosidad, Jaemin tocó su mejilla, provocando una descarga eléctrica que lo hizo saltar hacia atrás exclamando dolor y llevándose una mano al pecho, mientras se recuperaba del susto, vio cómo las escamas en la piel de aquel chico desaparecían lentamente, dejando una piel humana completamente normal.
El extraño comenzó a moverse, dejando escapar un gemido que hizo que Jaemin saliera corriendo y se escondiera detrás de un árbol cercano, desde ahí, observó y escuchó con atencion cómo el chico se quejaba con dolor y se incorporaba en su lugar dejandolo así ver unas heridas profundas en su abdomen, pronto, aquel extraño puso sus manos sobre sus heridas, emitiendo una luz azul que las curaba al instante, en cuestión de segundos, las profundas cortadas habían desaparecido, dejando apenas cicatrices tenues.
Jaemin estaba atonito, los ojos de aquel extraño brillaron intensamente antes de que se levantara con dificultad y se adentrara en el bosque, Na Jaemin no salió de su escondite hasta estar seguro de que el extraño estaba lejos y totalmente desconcertado empezó a caminar en la direccion contraría.
De regreso a casa, no podía dejar de pensar en lo que había visto, cerró la puerta de su habitación de golpe, ignorando las preguntas de su padre. "¿Qué fue eso?" se repetía una y otra vez, tratando de encontrar una explicación lógica.
Recordaba cada detalle: el cabello que cambiaba de color, las escamas, los rayos, las heridas que se curaban con un simple toque. ¿Un ángel? ¿Un viajero del tiempo? ¿Un reptiliano? Las posibilidades eran infinitas, y ninguna tenía sentido.
Mirando al techo, murmuró para sí mismo: "¿Quién eres? ¿Qué eres?"
Sabía que lo que había presenciado no era normal. Ese chico, quienquiera que fuera, no podía ser humano, había caído del cielo, iluminado como un cometa, con habilidades que desafiaban toda lógica, pero lo que más perturbaba a Jaemin no era lo que había visto, sino el inexplicable deseo de volver a encontrarlo.
"dios, dios" estaba temeroso y cerraba los ojos con fuerza, algo le decía que ese encuentro era solo el comienzo de algo mucho más grande.
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• Kingdom •/ NoMin (EN EDICIÓN)
FanfictionLee tendrá que verse en apuros cuando Jaemin quien es un simple humano alegre pero algo paranoico le ve caer de los cielos herido, Lee Jeno no tendrá más opción que buscar la forma de deshacerse del humano Na Jaemin que ha sido testigo de su existen...