𝑷𝒂𝒔𝒕

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La clase de matemáticas se estaba volviendo un cero a la izquierda para Na Jaemin, no podía dejar de pensar en aquella bestia que había aparecido frente a él la otra noche, era aterradora pero hermosa.

Tampoco podía dejar de pensar en cómo aquel inmenso ser fue sumiso a su tacto.

Pero aún más importante, no podía dejar de pensar en el nombre que salió de sus propios labios.

- Wu Xiang.

Dijo aquel nombre en un apenas audible susurro, el mismo nombre que le hizo sentir escalofríos sin poder evitar abrir los ojos de más y levantar su cabeza de golpe, llamando la atención de su maestro.

- Na Jaemin quizá quiera explicarnos la próxima fórmula.

- No me siento muy bien profesor, ¿podría ir al baño?. - ignorando cualquier mirada que pudiera estar juzgándole con burla en ese momento, se levantó de su asiento y se dirigió a la salida sin esperar una respuesta por parte de su profesor, lo cual al parecer fue una mala idea.

Tan solo si se hubiera quedado a escuchar la respuesta de su profesor no habría tenido que chocar contra el rubio extraño quien venia acosandolo desde hace unos días, quien a su vez le había tomado del brazo y lo había apegado a su pecho evitando que cayera.

Perplejo por la cercanía Jaemin ni siquiera pudo articular palabra alguna cuando Jeno mantuvo su mirada sobre sus ojos.

- Na, ten más cuidado, ¿que tal si no logro atraparte?, pudiste lastimarte.

La expresión de preocupación en el rostro del contrario le tenia sorprendido, ¿por qué Lee Jeno se preocupaba por él?.

El hecho de que justo se hubiera topado con él después de todo su debate mental y de que aquel nombre fuera recordado le tenía perplejo, había algo muy extraño en ese chico.

Por otro lado, no era una casualidad que Lee estuviera justo ahí en ese momento, era muy obvio, había escuchado su llamado, en realidad pensó que podría estarle sucediendo algo, así que había ido a verificar que Na estuviera en su clase y por lo visto, así era.

Jeno ni siquiera se había tomado el tiempo para ponerse a pensar que había escuchado su nombre salir de sus labios estando a una gran distancia, la única explicación que había de que lo haya escuchado es la fusión la cual al parecer ahora era preocupante.

Jaemin se separó de él abruptamente, con la respiración agitada, sentía que le faltaba el aire y unas horribles náuseas comenzaban a hacerse presentes, sin más, Na intentó correr al baño pero le fue imposible pues sus piernas le dejaron de responder al mismo tiempo que su vista empezó a nublarse y, a punto de desplomarse los brazos de Jeno le sostuvieron.

Alarmado, exclamaba el nombre de Na mientras daba ligeras palmadas sobre sus mejillas, el miedo había empezado a crecer en Lee quien al no ver respuesta subió a Jaemin sobre su espalda y fue lo más rápido que sus piernas le permitieron para llevar a Na a la enfermería casi tropezando al entrar al lugar.

Lee quiso irse en cuanto la enfermera terminó su trabajo, en cuento se dio cuenta de cuán lejos estaba llegando, él no tenia porque preocuparse por Na Jaemin, no era más que un simple mortal al que se había unido por accidente. Esas eran las palabras que Jeno repasaba una y otra vez en su cabeza, sin embargo, al intentar alejarse de aquel dulce chico de cabellera rosa, su suave mano le detuvo.

Su vista no tardó en recaer en Na Jaemin, quien aún tenía los ojos cerrados pero se podía ver como estos se movían bajo sus párpados, estaba teniendo una pesadilla.

El corazón de Jeno palpitó fuertemente, una nueva preocupación nació en su interior y su otra mano fue a parar sobre la cabeza del chico de cabellera rosa quien al sentir el tacto dio un pequeño salto en su lugar aún sin abrir los ojos.

Pronto Lee estaba acariciando el entrecejo de Jaemin suavemente, intentando calmarle lográndolo casi al instante.

Totalmente perdido en su propio ser, sin la conciencia de sus actos, tomaba a Jaemin de la mano mientras le veía sin poder apartar la mirada, observándole con amor, sin notar lo calientes y rojizas que estaban sus mejillas.

- Nana. - dijo en un susurro que sonó más como un suspiro de alivio, como si hubiera estado reteniendo ese lindo apodo con él durante mucho tiempo.

Unos repentinos y ligeros golpes en la puerta le hicieron despertar de su trance sin si quiera tomarse la molestia de saber quien llamaba, su mirada fue directamente a sus manos, las mismas que se encargó de separar con el rostro aún ligeramente manchado por ese color carmesí que había aparecido en sus mejillas.

Lee observó su mano ahora solitaria, no podía creer que el vacío que sentía constantemente por un momento se había esfumado en cuanto tocó la mano de Na Jaemin.

Finalmente la puerta se abrió al no recibir respuesta, dejando a la vista a la enfermera que anteriormente atendió a Jaemin.

- Ya puedes retirarte a tus clases, gracias por cuidar de él mientras llamaba a sus padres, él debe estar muy agradecido por tener un gran amigo como tú. - decía la joven adulta con una sonrisa sincera.

Lee no hizo más que finalizar esa "charla" con una sonrisa y una leve reverencia.

Finalmente fuera de la habitación la realidad le golpeó fríamente, ¿cómo es que escucho a Na Jaemin llamarle?, ¿por qué WuXiang utilizó ese apodo con él?.

A su mente llegaron las imágenes de aquel pasado que no le pertenecía por completo, el pasado de Qian WuXiang, el pasado de aquella joven bestia que decidió dejarlo todo por el ser que más amo en su vida y también por quien decidió volver y desafortunadamente en el heredero Lee quien se negaba a aceptar que aquella fusión en las montañas no fue más que una casualidad.

Una realidad que Jeno estaba asustado por afrontar pero que su cabeza ya estaba tomando muy en cuenta.

• Kingdom •/  NoMin (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora