✷pain ̖́‧ ❛shw+ykh┉··

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Beso.

De verdad lo estaba besando.

Oh mierda.

Pasaron segundos ahogados antes de que Kihyun comenzará a forcejear.

HyunWoo podía dejar horribles marcas violetas en su cuerpo, repartir chupones de forma agridulce e incluso jugar con sus pezones a gusto hasta dejarlos rojos y dolientes.

Pero nunca, nunca había llegado a algo tan íntimo como un beso.

Comenzó a temer por lo que pasaría después.

—Kihyun; A-aléjate.—Logró empujarlo y retrocer unos pasos, seguía impactado ¿por qué lo hizo?—

El Alfa rió escandaloso, se le volvió a acercar lentamente.

—Hyunwoo; ¿Alejarme? Pero si antes llorabas por compañía cerdo.—Respiraba lento caminando hacía Yoo volviéndolo a dejar sin salida— Kihyun ¿recuerdas nuestra promesa?

❛ Mejores amigos,,✧❜

—Kihyun; Yo.. lo recuerdo.—Por supuesto que lo recuerda es uno de los momentos más preciados guardados en su memoria—

—Hyunwoo; Bien, entonces ¿por qué estás moviendo el culo con otro Alfa? ¡te diviertes!.—Impactó su puño contra la pared, las imágenes que guardaba en su mente de Kihyun y ese chicho le eran repulsivas— me abandonaste Kihyun

Ese susurro, fue doloroso de oír.

No.

—Kihyun; ¡Te equivocas!

El Omega yacía sin escape, quería decirle todo a Hyunwoo que no quería irse de su lado no había sido su culpa el irse.

Pero sentía una pesadez en el ambiente que lo ahogaba y no le permitía verlo a los ojos ¿por qué puede sentir eso y no el aroma de Hyunwoo?.

Son gruño.

—Hyunwoo; Veme a los ojos cuando te hablo mierda.—Alzó su mentón con fuerza recibiendo un quejido lastimero de Yoo— Quiero dejar las cosas muy en claro

Acercó más su rostro con autoridad, maldición Kihyun no había crecido nada, se veía tan pequeño, tan vulnerable, tan lindo.

Si. Yoo Kihyun es de su territorio joder, no va a permitir que ningún perro infeliz tocará lo que le pertenecía.

Lo ataría a él si era necesario.

❛ Eres mío ❜

Sus alientos chocaban aún más cerca.

Lo volvió a besar, Kihyun decidió no protestar.

Odiaba lo que acurría, odiaba el haberse enamorado otra vez del Alfa, odiaba que se aferrara a sus caderas tan posesivo que lo derretía.