don't tell noona ;「 jookyun 」

✧◦ Uno

Changkyun puso los ojos en blanco mientras escuchaba las quejas sinsentido de su hermana mayor, quien iba y venía caminando de una punta a la otra por la sala enumerando una interminable lista de posibles calamidades futuras, al mismo tiempo que él procuraba juntar la poca paciencia que le quedaba para no gritarle a Sangmi que se callara y dejara de decir tonterías. Entendía los nervios de la chica ante lo que estaba por suceder, pero no compartía su preocupación ni por asomo, todo lo que salía de la boca de su hermana simplemente le parecía tonto. En realidad, pensaba que ella estaba exagerando demasiado, ¡una simple cena familiar no podía ser tan mala como Sangmi pensaba!

–...y seguro que mamá querrá enseñarle fotos viejas y me avergonzará frente a él –suspiraba Sangmi–, y luego papá le contará la anécdota de nuestro viaje a Jeju y yo estaré tan avergonzada que no podré ni siquiera mirarlo a los ojos nunca más y...

–¡Noona! –exclamó finalmente, harto de los balbuceos de la chica, tratando de llamarle la atención–. ¡Escúchate, suenas como la abuela cuando el abuelo pierde las medicinas!

–¡Changkyun!

–Tienes que calmarte, noona –prosiguió, ignorando el regaño y la mirada asesina de ella–. ¿Desde cuándo un chico te pone así de nerviosa? ¡Eres Im Sangmi!

–¡Es que él en serio me gusta, Changkyunie! –lloriqueó la mayor–. ¡Y es tan raro que se haya fijado en mí que todavía no lo entiendo! No quiero que se espante y deje de hablarme ahora que logré interesarle...

–¿Interesarle? ¡Es tu novio hace casi un mes! –le recordó, pero ella no parecía estar escuchando–. Ah, noona, ven aquí.

Negando con la cabeza, tomó a su hermana suavemente por los hombros para pararse frente a ella y dedicarle una de sus mejores y más tiernas sonrisas, esa que le marcaba dos pequeños hoyuelos sobre los labios (y Sangmi siempre decía que era adorable). Luego miró seriamente a Sangmi, presionando sobre sus hombros hasta que tuvo la atención de la chica fija en él.

–He dicho que eres Im Sangmi –insistió–. Ningún chico rechazaría nunca a Im Sangmi, ¿escuchas? Si se aleja de ti es porque es un bastardo y no te merece, noona.

–Sólo lo dices para que deje de quejarme –bufó ella–. Tú no lo conoces, Kyunie... él es magnífico...

–Y tú también lo eres –respondió, obstinado–. ¡Mírate! Tienes ojos y nariz bonitos, tu pelo también es bonito, y tu piel ni se diga. Noona es tan bonita –canturreó, bromeando con la canción de SHINee que siempre solía cantarle a su hermana, logrando sacarle una sonrisa–. A no ser que sea estúpido, ese hyung debe saber que eres la mejor de todas, ¡por algo es tu novio! Así que ve a ponerte un vestido y algún collar de esos que usas siempre para que ese hyung vea lo bonita que eres.

–¿Lo dices en serio?

–¡Claro! ¿Cuándo te he mentido yo?

Sangmi sonrió con autenticidad esta vez y se relajó considerablemente, como si las palabras de Changkyun fuesen un calmante, y se separó de él después de revolverle el cabello con cariño.

–Gracias, Kyunie -pronunció ella, pellizcándole la mejilla–. Eres en verdad un cielo.

–Lo sé noona, lo sé –bromeó, haciendo un corazón con los dedos–. Apúrate, según tú ya estaba por llegar.

–Sí, sí, tienes razón –dijo Sangmi, encaminándose a su cuarto–. Tendrás que abrirle tú porque mamá está cocinando y papá fue a comprar un pastel, sé bueno como siempre con él, ¿si? Seguro que le caerás bien, tú le caes bien a todo el mundo... Bueno, iré a cambiarme.