Ya había alcanzado el nivel quince. Seguro que cuando llegase a Airwind, Mike llevaría esperándole dos o tres horas y la llamaría torpe y lenta, y estaría recriminándoselo durante el resto de la noche. Mike se ponía insoportable cuando jugaba.
Pero le estaba costando subir de nivel; algo que le resultaba bastante extraño. Tenía mucha experiencia en este tipo de videojuegos y nunca había tardado más de dos horas en llegar a nivel veinte, incluso al treinta. Por lo que pudo experimentar, Entreguerras era un juego diferente. Con razón habían ofrecido una recompensa: si costaba tanto subir los primeros niveles, no podía imaginar cuánto tiempo le llevaría llegar a nivel cien.
Paró a comer para recuperar puntos de vida tras haber matado el último pajarraco que requería una de las misiones que estaba llevando a cabo. Haynek había seleccionado como clase una especie de guerrera que podía invocar no-muertos y sacarlos de sus tumbas para ayudarse en cada ataque. No sabía si había escogido bien su personaje: aunque los elfos no eran una raza nueva en los juegos de rol, así como los guerreros eran una de las clases más populares, no tenía muy claro que aquella nueva clase casara mucho con su raza. Pero le gustaba experimentar.
Había optado por ser una elfa de la muerte, una especie de zombie guerrero extraño. Aún así, pese a no sentirse cómoda, decidió seguir subiendo de nivel; no podía perder el tiempo.
-¡Ey! Perdona…
Haynek estaba sumida en sus pensamientos. Ni siquiera se dio cuenta de que alguien le estaba hablando.
-¿Hola? ¿Podrías ayudarme? ¿Sabrías decirme dónde está este npc?
Miró a su derecha y vio a un elfo, al parecer un cazador –llevaba un arco y un carcaj de flechas colgados a la espalda-, alto, con el pelo verde y recogido en una coleta. Le llamaron la atención sus enormes y alargadas orejas a pesar de que las suyas eran prácticamente iguales.
-Hola… -enfocó la vista y vio su norme sobre su cabeza-, Light. ¿Qué npc buscas?
-Busco a Yasira.
-Está entre esas dos montañas, en ese camino de allí. Asciende un poco y lo encontrarás.
-Gracias. Llevo media hora buscándolo –su voz era suave, como la de todos los personajes elfos-. El mapa no me marca su ubicación y ando un poco perdido.
-Yo también tengo el mismo problema. El mapa no funciona bien y he encontrado algún bug que reportaré a los maestros de juego en cuanto encuentre una taberna. Pero supongo que puede perdonarse un pequeño fallo con semejante recompensa... –dijo más para sí misma que para el elfo.
-La recompensa… -Lighter la observó, frunciendo el ceño- Encantado, Haynek. Debo marcharme.
Haynek lo miró y antes de que se alejara, preguntó:
-Light, ¿qué nivel eres?
-Catorce –respondió él, acercándose.
-¿Te apetece que leveemos juntos? Así nos será más fácil. Ya llevo mucho tiempo de retraso.
-¿Retraso?
-He quedado con Mik… con mi novio en Airwind al nivel veinte.
-Me parece una buena idea.
Lucharon codo con codo, ayudándose mutuamente a subir de nivel. Aun haciendo todas las misiones que les quedaban juntos, tardaron otras dos horas en alcanzar el nivel veinte. Personalmente, a Kiara no le gustaba matar jabalíes, ni humanos, ni buscar plantas; lo consideraba una pérdida de tiempo. Pero eran los requisitos que pedían la mayoría de las misiones de los niveles iniciales, y no podía hacer nada contra ello. Pensó que con la pasta que habían ganado los de IEIGames podrían haberse currado algo más interesante; no obstante, alejó esos pensamientos y se concentró en dar todo de sí para acabar cuanto antes sus misiones.
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Entreguerras
FantasyDe entre todos los videojuegos de la década, Entreguerras destaca por la gran diferencia que tiene con otros videojuegos. La empresa IEIGames ha ganado millones de dólares gracias a él, y muchos gamers se disputan una copia. Pero ¿te atreverías a su...