Creektober

Llave / Magia

Las flores derramaban con suavidad sus coloridos pétalos de diferentes colores y formas caían lentamente en la tierra, algunos navegaban hasta perderse en el pequeño estanque, dicho lugar era el centro de juegos de un pequeño de tan solo 8 años, su inocencia tanto como su imaginación lo acompañan creando mil y una historias mientras corre por todos lados cargando con el, un pequeño auto color rojo.

Solo se puede escuchar los sonidos que hace con su boca, "run run", una anciana de piel aterciopelada lo mira mientras una evidente sonrisa esboza de su rostro, pareciera orgullosa, y como no estarlo se trata de su único nieto varón, cada sonrisa de este le seria como un tesoro.

El menor disfruta estar en este jardín mas que en cualquier otro lugar, le gusta el como este sitio pareciera un cuento bello de hadas como los que su madre le cuenta, un espacio hermoso, un sitio ideal en que todo brilla como si solo fuera para el, ha recorrido cada espacio que le es permitido, su abuela no le permite pasar el limite que marca la cerca color blanco, una hermosa enredadera con coloridas flores la cubren, mas de una vez a querido ver que hay tras esta cerca pero casi siempre su abuela se lo impide.

Como todos los días mientras su abuela se distrae Craig corre simulando estar en una carrera con su pequeño auto, el viento movía su oscuro cabello, daba saltos en el agua salpicando el agua por todas partes, esta tan cerca de su meta, estira lo mas que puede sus piernas para acercarse lo mas rápido posible, consiguió la llave de su abuela para poder abrir ese cerrojo, sentía que estaba soñando cuando metió la llave color bronce y giro de esta manera abrió la pequeña puerta que escondía lo que mas curiosidad le causaba, que podría encontrarse ahí.

Sus ojos brillaron al ver los enormes arboles que radiaban con la luz del sol, el olor le era exorbitante, vegetación que desconocía estaba a su alcance, parecía un hermoso lugar donde cualquier cosa ocurriría, estaba lleno de magia, la magia que solo la curiosidad de un niño podría desarrollar.

Desde ese día Craig no podía esperar para seguir explorando ese nuevo lugar que había descubierto, conocía cada parte del lugar, sabia que en el árbol mas grande se encontraba un hueco en el que una familia de esponjosas ardillas vivía, las observaba cada día, tenían una aventura diferente, nunca necesito de alguien para poder jugar e imaginar.

Este día seria diferente, estaba siguiendo alas ardillas con la mirada, corrían y revoloteaban, adoraba recostarse en campo de flores y mirar el cielo, mientras las pequeñas aves cantaban y silbaban, pero algo rompió su paz, un sollozo, estaba verdaderamente curioso, siguió el sonido y observo ante el un muro de bambú, de entre las rendijas se asomo, ahí estaba el origen de ese llanto, una pequeña hada de cabellos blancos, su piel era tan blanca que podría decir que se parecía alas figurillas que su abuela guardaba en la vitrina de su sala.

Vestía una enorme camiseta verde olivo, parecía estar descalzo, todo en el parecía ser bello, incluso sus ojos que eran de un bello azul, pero pareciera que dentro de estos había magia pues un destello dorado sobre salia, pero había tristeza en sus ojos, los cuales desbordaban lagrimas, parecían el estanque de su abuela cuando llovía a cantaros.

Se acerco lentamente, sin hacer tanto ruido, esperaba que el hada no huyera, le tomo de los hombros y lo abrazo sorpresivamente haciendo que el triste rostro se quedara estático en shock.

- No se que allá pasado pero mi abuela dice que un abrazo siempre funciona en estos casos.

Subio sus manos hasta la hermosa cabellera y la acaricio, sintió como el pequeño cuerpo temblaba y lo apretujo con mas fuerza.

- Llora hasta que ya no puedas mas, yo estaré aquí para hacerte sentir mejor.

Acaricio la piel del pequeño, parecía tan fría, tan delicada que no supo exactamente qué era lo que abrazaba, sólo entendió de algún modo que necesitaba un poco de consuelo.