capitulo VII

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  —Sophie, Josh nos comentó que eres una muy buena escritora. ¿Es esto cierto? —interrogó Kevin.
  Ya llevábamos un rato hablando de cómo nos conocimos Josh y yo, y había escuchado la historia de amor de Sam y Kevin, quienes se habían conocido en una fiesta de un amigo que ambos tienen en común, y en dónde Kevin quedó totalmente cautivado por Sam y su vestido azul.
  —No debería ser yo la que juzgue eso. En realidad escribir para mí es un pasatiempo, pero es verdad que no se me da nada mal —dije, y coji un trozo de lazagña, estaba deliciosa.
  —Bueno, pues me gustaría alguna vez leer algo de lo que escribes. En mi editorial ofrecemos un curso para jóvenes escritores, ya sabes, que recién empiezan en el mundo de la escritura y esto les sirve para guiarlos un poco. Podría darte un lugar allí, si gustas, por supuesto. Y tal vez ya para cuando termines podrías trabajar para mí.
  Quedé boquiabierta. No me esperaba para nada esta propuesta tan generosa. Me emocioné, y cuando le iba a dar las gracias Josh se levantó con brutalidad. Tiró el tenedor en su plato logrando causar un gran estruendo. Me sobresalté, al igual que Sam.
  —¡Josh!¿¡Qué rayos te sucede!?— exclamó Sam.
  —Ya no tengo hambre. Necesito aire.
  Se fue por la puerta de la cocina, desapareciendo de nuestra vista. Y yo quedé allí, sentada, totalmente asombrada y sorprendida con su actitud. No sabía a qué se debía.
  —Sophie, cariño, lo siento. Él no es así, no sé qué le sucedió para haber reaccionado de esa forma. Voy a hablar con él —dijo Sam, levantándose de la mesa. La detuve.
  —Si no le molesta, me gustaría ir y ver que todo está bien —dije, avergonzada.
  Sam asintió, y me informó del camino hacia el patio trasero, a donde Josh se había dirigido.
  Abrí la puerta y Josh estaba sentado en una amaca, con su cabeza entre sus manos. Me paré frente a él y me miró.
  —Lo siento, Soph, lo siento tanto. No quería reaccionar así, pero él es tan... —bufó y dejó la frase suspendida en el aire.
  —Pensé que te llevabas bien con Kevin, habías dicho que caía bien a todo el mundo, o algo así — dije extrañada.
  Josh miró hacia otro lado.
  —Lo dije, pero jamás dije que era un buen hombre — dijo.
  Me acerqué a él, tomé su cara entre mis manos y lo miré a los ojos. Esos ojos hermosos, con sus pupilas tan dilatadas como nunca antes le había visto.
  —No puedo odiarlo sin que me haya hecho algo, pero prometo no hacer cosas que se traten de él o me relacionen con él si eso te molesta.
  Me miró y sonrió. Posó sus manos en mi trasero y me acercó a él. Lo observé más de cerca aún, notando la fina capa de sudor que cubría su frente, a pesar de que habían unos quince grados de temperatura. No tuve que agachar mucho mi cabeza para llegar a su boca, era muy alto. Nos besamos, lento y tierno, disfrutando del momento.
  —Te quiero. Te quiero demasiado —dijo entre beso y beso.
  —Te quiero, Josh.

 
  Entramos a la casa luego de un rato de besos y risas. Su mamá había juntado la mesa, todo estaba limpio, ella estaba en el sofá marrón del living con el control remoto en su manos, y Keeping up with the Kardashians en la televisión. No había señal de Kevin por ningún lado.
  Se dió la vuelta cuando sintió nuestros pasos, y miró a Josh analizándolo.
  —¿Estás bien? —le preguntó.
  Josh fue a sentarse a su lado, yo me quedé allí parada.
  —Sí, lo siento, no sé qué me pasó, creo que es el estrés del fútbol y la secundaria que me pone así, lo lamento, mamá.
  Sam lo miró y luego lo abrazó.
  —Cariño, si Kev no te agrada lo entenderé, es difícil para nosotros dejar entrar a alguien en nuestras vidas después de todo lo que pasamos, pero él está hace tres años en nuestra vida, y así como tú tienes una Sophie, que está allí para ti y te saca una sonrisa con tan sólo verla, yo tengo un Kevin, que me ayuda en momentos en los que no puedo sostenerme por mí misma. Y si él no te agrada entonces puedo decirle que no venga por aquí tan seguido, pero me encantaría que tú lo aceptaras, pensé que la etapa de rechazo había pasado en el primer año de nuestras relación. Al parecer no, pero quiero que se lleven bien. Por mí —dijo Sam.
  Josh agachó la mirada, derrotado.
  —No, mamá, quiero que seas feliz, y si él te hace feliz entonces lo aceptaré. Además, jamás dije que Kevin no me agradara—le respondió a la defensiva.
  —Eres mi hijo, te conozco.
  Josh bufó.
  —No se va a volver a repetir lo de hoy, ni situaciones parecidas. Lo prometo.
  Yo estaba allí, mirando todo y disfrutando de lo emotivo del momento. Josh mentía, escondía sus sentimientos para que su madre fuese feliz, porque su madre había pasado por mucho y él no quería ocasionar más desgracias a su vida. Lo admiraba. En ese momento lo admiré tanto y deseaba poder ser algún día tan fuerte como él. Lo admiraba sí, pero no sabía que detrás de esa fortaleza habían cosas oscuras que yo ni sospechaba en el momento, y que acabaron por debilitarnos poco a poco.

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⏰ Última actualización: Nov 17, 2019 ⏰

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Josh, the dark side of adolescenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora