5/May/2021
Son las cuatro de la tarde y el segundero del reloj avanza sin piedad. Ha sido un día agotador, pero saber que en unos minutos estaré en mi cama me llena de felicidad. Subir al autobús de vuelta a casa es mi momento favorito; me encanta porque puedo perderme en mis pensamientos y tejer historias que desearía vivir. Aunque solo sean eso, fantasías. Desde que era pequeña, he sentido una fuerte inclinación por escribir poemas y crear mundos ficticios en mi mente, que solo mi abuelo solía leer. Es curioso, ya que en mi familia no tienen interés por la literatura. ¿Podría ser que fui adoptada? Quizás heredé ese gusto de mis ancestros. Mis padres eran fanáticos del anime, y gracias a ellos tengo el segundo nombre más horrible del mundo. El primero lo posee mi mejor amiga: Sango KiKyo.
El sol sigue incandescente; aun así, me encanta el panorama de la ciudad: el ruido de los carros, el cielo que se ve precioso con ese sol imponente. Falta poco para que se ponga su pijama oscuro, se adorne con el brillo de las estrellas y los grillos comiencen a traer serenata a la lluvia. Es invierno y, en las madrugadas, caen gotas de lluvia que refrescan y, de alguna forma, se llevan mi pesadez.
Llegué a mi destino. El chofer se detendrá en la próxima parada y no solo tengo que bajarme del autobús, sino también de la nube de fantasía en la que estaba envuelta. Bien, mañana será otro día, algo nuevo nos espera.
Me encuentro sumergida en un efusivo abrazo con Rony, uno de esos en los que puedes escuchar los latidos de su corazón, creando una melodía junto a los sonidos de la noche. En el completo silencio, no puedo evitar sentir una extraña sensación de agobio. No me atrevo a decir una sola palabra para no arruinar el momento. Por alguna razón, quiero grabarlo en mi memoria de esta manera, así que respiro su aroma como si pudiera quedar impregnado en mis fosas nasales para siempre. Me estrecha con delicadeza entre sus brazos y yo siento la necesidad de abrazarlo con fuerza, como si deseara unir nuestros cuerpos y no separarnos nunca, como si de esa forma nada podría arrebatarlo de mi lado. ¿Por qué tengo miedo?
Sé que estoy enamorada de él...
Enamorada por primera vez.
Sin previo aviso, Rony interrumpe nuestro abrazo, me sujeta por la cintura y me sube a un pequeño muro del jardín. Es muy alto, lo suficiente para hacerme parecer un hobbit a su lado. Le sonrío porque sé lo que pretende; sus ojos grises quedan a la altura de los míos. Me besa y hace que mi noche sea perfecta.
—Saori —susurra al oído con calidez.
—Dime, mi amor —respondo efusiva.
—Mi amor —repite él suavemente, arrancándome una sonrisa, —te extrañé como un loco todo este tiempo.
—Rony, solo fue un fin de semana -digo con tono burlón, tratando de ocultar que estuve contando las horas y los minutos para volver a verlo.
Me dedicó una cálida sonrisa. —Hace tiempo descubrí algo, ¿sabes? —Con sus dedos coloca un mechón de cabello detrás de mi oreja. —Quiero que seas la madre de mis hijos. Te...
Cuando estaba a punto de continuar, una voz chillona interrumpió abruptamente.
─Ni hijos ni nada ─exclamó Sango, mi mejor amiga.
─¿Por qué no? Yo sí quiero tenerlos ─refuté, sin comprender su repentina negatividad.
─¡Está muerto! ─soltó ella sin rodeos ─¡acéptalo ya!
Vi cómo la expresión de Rony se ensombrecía; el brillo que solía tener en sus ojos se había apagado. Nunca entendí el significado de la frase "El mundo se me vino encima" hasta ese momento.
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The Unlucky girl
RomanceEl pequeño y complicado mundo de esta chica, ¿cómo era su nombre? ¿Zanahoria? ¿Zahoria? Oh, esperen, es Saori. En el caótico universo de Saori, parece que la fortuna la ha olvidado. Sus probabilidades de éxito son como encontrar una aguja en un paja...