New Kingdom, Irlanda.
El pueblo estaba en huelga, se rumoreaba que se alojaba una mujer que había vendido su alma al infierno.
Desde hacía días que los aldeanos encontraban restos de animales muertos, la pudrición se había hecho del pueblo y sus alrededores. Los cultivos morían.
Todo se había asociado a una peste, fue pasado por alto hasta que desapareció el primer niño.
El cura del pueblo sembró panico entre ellos.
- ¡Brujería! - gritó -. Catalina Becley os ha desgraciado. Usará vuestros hijos para sacrificios al infierno.
La gente murmuraba.
- ¿Qué debemos hacer? Ya no estamos a salvo - gritó una mujer de la multitud.
- ¡LA QUEMAREMOS! DEBE VOLVER DE DONDE VINO, AL INFIERNO - el cura había hablado y se respetaba lo que el ordenaba.
La multitud impulsada por el cura del pueblo marchó a la morada de los Beckley.
Raptaron a Catalina, junto a ella había un bebé.
La gente se asombró.
Nadie había parido en el pueblo, y se reducía a una sola cosa.
Había tenido un hijo.
No estaba casada y no tenía un hombre a su lado.
- ¡ADULTERIO! - gritó una mujer.
- Es el hijo del oscuro - gritó alguien de la multitud.
- ¡Es solo un bebé! - gritó otra mujer.
- Vuestros hermanos no os dejéis engañar, ambos debéis morir -. El cura convenció a todos.
Llevaron a Catalina en una carroza, encerrada entre barrotes.
En el centro del pueblo los demás aldeanos habían armado una hoguera.
Quitaron toda su ropa, la ataron de pies y manos en un poste.
Los aldeanos la insultaban, escupían y arrojaban frutas podridas.
La humillaron, la golpearon, la insultaron.
El primero en encender el fuego fue el cura. Recitó unas palabras frente a Catalina.
- Que el cielo de vuestro Dios cierre sus puertas del cielo ante tal demonio. Que tu alma muera con el fuego al que perteneces, que los arcángeles te encadenen al infierno eternamente.
El fuego comenzó a arder bajo los pies de la joven.
La mujer gritaba, lloraba y suplicaba que la ayudaran. Su cuerpo se encendió.
El cura se acercó a la hoguera con un bebé en sus brazos.
Y lo arrojó al fuego ardiente.
Todos los presentes se asombraron de la decisión que él había tomado. Mujeres cerraron sus ojos y ahogaron lágrimas.
Algunas se habían marchado. Pero nadie se opuso.Un explosivo fuego azul cegó sus ojos, envolviendo al cura dentro de el.
Ardió en llamas.
- ¿Qué hemos hecho? - gritó una mujer.
Intentaron apagar el fuego, pero ya no había vuelta atrás, solo quedaron cenizas.
Los aldeanos arrepentidos juraron olvidar esa fatal noche, en fin de proteger su descendencia.
Pero ya todo estaba hecho.
La gravedad de sus actos pesaría sobre sus espaldas castigandolos por la eternidad.
El pueblo fue maldecido.
La primer bruja había muerto.
ESTÁS LEYENDO
Maleficae
Mystery / ThrillerRose ha pasado la mayor parte de su vida sola, hija de un alcohólico golpeador y una madre sometida a los golpes. Su única y mejor amiga Alice ha estado a su lado desde que tiene memoria. Su vida dará un vuelco cuando note que un desconocido no es...