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—¡Potter; Harry!

Mientras Harry se adelantaba, los murmullos se extendieron súbitamente como fuegos artificiales.

—¿Ha dicho Potter?

—¿Ese Harry Potter?

Lo último que Harry vio, antes de que el sombrero le tapara los ojos, fue el comedor lleno de gente que trataba de verlo bien. Al momento siguiente, miraba el oscuro interior del sombrero y entonces...

La reacción del Sombrero fue... Extraña, por decirlo de alguna manera, primero dobló su punta como si no comprendiera muy bien lo que veía, para después erguirse repentinamente, como si una idea súbita le hubiese llegado.

- ...Puff... - Susurró el Sombrero con un extraño temblor en su voz.

- ¿Que dijiste Sombrero? - Preguntó Dumbledore con curiosidad - No se escucharon tus palabras de forma clara.

- ¡Hufflepuff! - Anunció el Sombrero alzando su voz, la mesa de los tejones empezó a aplaudir llena de euforia, normalmente eran ignorados, por mas que se esforzaran e incluso ganaran la Copa De Las Casas fueron olvidados rápidamente, relegados a un segundo plano, por eso era un momento feliz el tener a una persona destacada entre sus estudiantes.

- Hola Potter - Saludó Neville tímidamente al ver que el chico de Ojos Verdes se sentaba junto a él - Tambien con los tejones, que sorpresa ¿Verdad?.

- Llámame Harry y realmente me parece genial, la casa de la lealtad y el trabajo duro, no me molesta para nada ser reconocido con esas características - Dijo Harry devolviéndole la sonrisa a Draco, quien lo saludó desde la mesa de las serpientes - Pero tú... No pareces muy cómodo con tu selección.

- Si... Bueno, no es que me moleste ser un tejón - Respondió Neville sonrojándose al notar que su conversación era escuchada por los demás miembros de la casa amarilla y negro - Pero mi abuela no estará feliz con esto, ella quería que fuera a Gryffindor, tal y como mis padres.

- Eso es tonto, al igual que yo, tu no fuiste criado por tus padre y aunque hubieses crecido con ellos no hay garantías de que fueras iguales a ellos - Comentó el de Ojos Verdes frunciendo el ceño con algo de molestia que no parecía encajar con sus dulces facciones - Nosotros somos nuestro propio ser, no pueden obligarnos a ser otra persona.

- ¿En verdad lo crees? - Dijo el joven Longbottom sintiéndose inmensamente feliz por las palabras de Harry, sentía que al fin alguien podía entenderlo - Pero... No puedo decirle eso a la abuela.

- Pues dile que... A pesar de que no fuiste un Gryffindor, eso no quita el hecho de que eres leal a los tuyos y que pelearías por las personas que quieres - Dijo Harry ganándose de inmediato el apoyo de sus compañeros de Hufflepuff con sus sabias palabras - Tu abuela se sentirá orgullosa de saber que trabajaras duro para conseguir lo que quieres y que no andarás lanzan dote tontamente a batallas en las que podrías salir lastimado.

- Supongo que podría decirle algo de eso en una carta - Murmuró Neville jugando con sus dedos nerviosamente - Gracias Harry, eres muy listo para tu edad.

- La inteligencia, el conocimiento y la sabiduría son tres cosas parecidas pero a la vez muy diferentes Neville - Dijo el Ojiverde de forma sorprendentemente madura, para después sonreír con las mejillas sonrojadas - O al menos eso leí una vez.

- ¡Bienvenidos sean todos! - Saludó el director felizmente, la selección había terminado mientras Harry hablaba con su nuevo amigo y ahora Dumbledore comenzaba su discurso - Este año espero que vengan con mucha disposición para rellenar de conocimiento esas cabecitas que seguramente se vaciaron durante las vacaciones.

Él Hufflepuff PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora