¿Acaso esa fue la despedida?
No pudiste decírmelo.
De verdad me hubiese gustado saberlo, así lo habría disfrutado más.
Porque esa fue la última vez que nos quisimos tanto, que nos entregamos con todo el amor que teníamos el uno al otro.
O por lo menos de mi parte así fue...
En serio de saber que esa sería la última vez, te hubiera hecho jurar que no me destrozaras el corazón.
Que me amarías completamente sin tapujos.
Que estarías para mí en todo momento.
Esa noche todos mis sentimientos estaban a flote, esa experiencia que tuvimos jamás la olvidaré.
Ojalá las horas de esa noche hubiesen sido eternas, que el tiempo pasase tan lento para poder disfrutarlo.
Decidiste salir de mi vida. Y no sabías que en esos momentos estaba mal, acababa de tener un encuentro con mi yo de antes. Que la tristeza me envolvió como si de una manta se tratara.
Tú no sabías, porque solo tenías un pensamiento.
Dejarme.
En qué momento pasaste de estar enamorado de mi a sentir absolutamente nada.
En qué momento dejaste de quererme.
En qué momento tus palabras dejaron de tener sentido y solo escribías por escribir.
En qué momento esos sentimientos se esfumaron.
Jamás te paraste a pensar como me sentía, como tus palabras me lastimaban y me alejaban de ti.
Cómo mi corazón volvía a cerrarse para que no pudieras lastimarlo más.
Joder que me enoja tanto no haberlo sabido antes.
Si ya estabas decidido a dejarme no me hubieras mentido.
Sabías perfectamente que ese tipo de gente la odio. Odio que me mientan y tú lo hiciste. Es algo que no puedo perdonar.
Fue nuestro último te quiero.
Fue nuestro último abrazo.
Fue nuestra última sonrisa.
Fueron las últimas caricias.
Fue el último beso.
Fue la última mirada de amor que nos dedicamos.
Fue la última vez que escuchamos una canción.
Fue una despedida.
Fue la última vez...
