59. Π∆

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I just wanna fly in the sky..

So far of there..

I feel like nobody, but this are not a special thing...

I'm so sorry if I didn't love you...

Anybody will be well 'cause the die are always chasing us...


Se podía escuchar como una linda voz resonaba por algunas paredes de la humilde casa, al igual que el ruido que hacía el agua al caer en la ducha. Aquellos sonidos entremezclados parecían no querer escapar de aquellos recónditos lugares, sino de querer permanecer allí y que mucha gente pudiese oírlos y poder presenciar su belleza.

Al cabo de treinta minutos, Minnia cerró la llave del agua para salir del cuarto de baño y dirigirse a su habitación después con intención de vestirse.

If "I love you". That is a promise, if you get me, that is a honest... If you think I was thought 'bout you, you're a little bit crazy... —seguía tarareando ella mientras que con una mano en la toalla que llevaba envuelta en su cuerpo buscaba con su mano restante la ropa que se colocaría en ese momento. Al salir de aquella habitación, no se dió cuenta de que una persona que, a pesar que estaba llevando puestos unos auriculares, la estuvo escuchando con atención desde que ingresó en la ducha, al igual que todos los días.

Todos los días, a la misma hora, Minnia siempre se duchaba, y a la vez de eso, cantaba. Su voz es como la de un pequeño ángel que ha caído del cielo; armoniosa, a compás, delicada... Y yo, como ya era de costumbre, me dedicaba durante esa media hora a escucharla, poder presenciar aquellas pequeñas estrofas que la menor era capaz de soltar con poco esfuerzo.

Mientras que yo estaba pensando en cómo sus palabras podrían cambiar la forma de pensar de más de uno y una, ella hacía movimientos raros en mi dirección para captar mi atención, cosa que consiguió un rato después.

— Oye, ¿te importa irte de mi cuarto? Necesito cambiarme —me preguntó con una linda sonrisa mientras que yo la miraba desde mi asiento aún y paseé mi mirada por su "ropa", es verdad, pensé, aún sigue con la toalla puesta.

Claro, perdona —me levanté de mi asiento junto con mi móvil y mis cascos, los que hacían que no sospechase de que la estaba escuchando cuando cantaba y me fui de esa sala, al igual que muchas tardes.

— Gracias —me contestó ella mientras que cerraba la puerta de la sala, haciendo menos audibles los cantos de la pequeña.

•♪•


¿Otra vez aquí? —me preguntó Minnia al día siguiente cuando terminó de bañarse—. ¿Ya se volvió una costumbre, eh, Mark? —dijo con una sonrisa burlona mientras que me tiraba una de las prendas que había quitado de su armario.

— Sólo venía a decirte que la cena ya está lista —me excusé con una sonrisa dibujada en mi rostro al ver el suyo con felicidad.

— Dile a mamá que no voy a cenar hoy, he de estudiar —me respondió con una mueca en su rostro mientras que cogía algunas de sus prendas y se encerraba en el baño.

— Hey, debes de comer también. No queiro que te desmayes mañana cuando hagas deporte en el centro —le contrarresté preocupado. Ella al día siguiente tenía una prueba muy difícil de deporte y debería alimentarse bien para estar preparada.

— No me pasará nada, te lo prometo —me dijo con una voz pesada, se notaba que ya estaba cansada de esa conversación, pero como nunca me hace caso debo decírselo para al menos advertirla.

El Amor [un poco de todo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora