Y estaba ahí Alma, sentada en el reloj monumental de Pachuca, viendo a la gente pasar, convivir y posiblemente siendo feliz. Se preguntaba cómo fue que llegó hasta ahí, hasta ese punto de su vida, los pensamientos le comenzaron a invadir la mente, comenzó a recordar su relación con Mario y todo lo que sucedió en ella, sus ojos de color café se le llenaban de lágrimas al recordar. La primera vez que lo vio en la prepa pensó que era tan guapo y perfecto, al instante le comenzaron a sudar las manos y sentir como su respiración se incrementaba más y más al verlo pasar ,se conocieron por amigos en común que tenían,al presentarlos por un primo de Alma, estaban sumamente nerviosos, con una gran sonrisa de oreja a oreja e inevitablemente sintieron una conexión, su relación fue tan espontánea, de pronto se comenzaron a llevar tan bien que ya no podían dejar de hablar y convivir, y transcurridos algunas semanas comenzó su relación, recordaba como todo era miel sobre hojuelas, sin embargo habían terminado muchas veces que ya habían perdido la cuenta, por distintas razones, con el paso del tiempo todo había cambiado, los celos eran constantemente, incontables veces trataron de cambiar para salir adelante, todo había sido en vano.
Un amigo la despertó de los pensamientos sobre el comienzo de su noviazgo con Mario, tenía tiempo sin verlo y la primera impresión fue de sorpresa estaba tan feliz, sus ojos brillaron al instante al verlo, su semblante cambió y estaba tan sorprendida de verlo, su amigo realmente transmitía la felicidad que sentía, estaba tan asombrado por verla, al momento comenzaron a hablar de cómo le había ido a cada quien, sobre la escuela y de repente, llegó Mario:
-Alma, necesitamos hablar a solas-, dijo Mario, en un tono frío y serio, con una ira impresionante en sus ojos color miel, tan profundos, sus gestos faciales eran tan dificil de descifrar.
-¿Qué pasa?- contestó un poco confundida por los gestos de Mario pero en un tono amable y cariñosa él , dejando de un lado a su amigo, levantándose y dirigiéndose hacia su novio.
-¿Qué es lo que te ocurre, Alma? Sabía que estábamos mal pero no tanto para que llegues al grado de engañarme- dijo Mario gritando y jaloneando bruscamente a Alma de tal manera que de igual forma le jalo su cabello largo y ondulado. Se notaba claramente como le clavaba los dedos en su cuerpo delgado, dejando marcas rojizas por donde sus manos pasaban, en el cuello, los brazos, la cintura.
-¿A qué te refieres? Estoy con mi amigo, no lo conocías porque nos dejamos de ver mucho tiempo, él sabe que somos pareja, no tienes que gritar que te estoy engañando cuando ni siquiera sabes que está pasando, así que cálmate – dijo Alma confundida y espantada por la reacción de Mario y tratando de librarse de sus manos que cada vez la lastimaban más y más.
-No me importa si lo conozco o no, ¡Vámonos, Alma!, sí no te vas conmigo, me voy a desquitar con él ¿Eso quieres? pobrecillo no sabe con quién se está metiendo no sabe la suerte que le espera si no haces lo que te digo, ahora es la última vez que te lo digo¡VAMONOS! o que ¿no entiendes? eres una tonta ,vámonos Ahora mismo-, dijo Mario en un tono autoritario y con una gran ira en los ojos, mirando a Alma sin siquiera dejar que vea a su amigo, parecía que tenía un poder en ella que no la dejaba moverse o decir una palabra.
-No, no me voy contigo, deja de gritarme y de insultarme, ¿Te satisface esto? toda la gente nos está viendo, ¿No te da pena?, dijimos que cambiaríamos para que esto funcionara y tú lo haces más complicado Mario, ¡entiende! tú actitud está mal, deja de comportarte así, y tú no me mandas, así que déjame en paz- Dijo Alma gritandole a Mario, con nerviosismo y temor por su reacción pero sintiéndose bien por decirlo lo que piensa y no dejarse de él.
-¿Pena? Pena debería de darte a ti por no darte tu lugar, por no respetarme ni respetar nuestra relación , tú estás mal y no me quieras culpar de tus tonterías, así que haz lo que te digo, ¿entiendes?, no te estoy preguntando si te vas, te lo estoy ordenando, no voy a dejar que me veas la cara con ese tipo , menos enfrente de tanta gente -Dijo Mario en un tono más agresivo, jalandola con mucha fuerza sin siquiera importar si la lastimaba.
Alma ya no sabía qué hacer, estaba tan espantada, no podía creer que a sus 17 años pasara por algo así, su amigo en un momento trato de acercarse a ella, tratando de defenderla, ella con un gesto evitó que lo hiciera y él decidió dejarla pero antes le dijo a Mario en un tono lleno de irá y coraje, que tuviera mucho cuidado con como la tratara pues ella no estaba sola y que realmente no sabía por qué alma no terminaba con esa relación si era demasiado buena para él, su amigo se marchó tan desconcertado, sentía como por su cuerpo recorría un sentido de angustia, no podía creer lo que estaba pasando y por su mente se cruzaron muchos pensamientos que aparentemente no tenían ni respuesta ni sentido alguno.
Toda la gente alrededor observaba con ojos de desprecio, aquella pelea y murmuraban un sin fin de suposiciones sobre que alma había sido la culpable de provocar a estos hombres, ella realmente estaba muy apenada sentía todas las miradas apuntando a su cuerpo juzgandola sin razón alguna pero lejos de ello sentía que esa humillación se la merecía si tan solo hubiese hecho las cosas diferentes tal vez Mario no tendría esos ataques de celos, de pronto sintió como sus ojos se inundaban de lágrimas y lo único que se le ocurrió por su mente fue salir corriendo sin rumbo fijo sin darse cuenta que para su novio las cosas no estaban arregladas.
Vagamente con la mente en blanco y tan desconectada de lo que sucedía a su alrededor llegó a su casa, alma es hija de padres de profesión docente, aunque su entorno familiar no era tan favorable o al menos así lo sentía ella pues su madre Ana una mujer alta de alrededor de 40 años de edad, delgada, cabello y ojos color café oscuro de carácter y temperamento fuerte que pareciera no tener sentimientos siempre la regaña por que piensa que no va afrontar las decisiones que elija y cree que el futuro de su hija fuera comprometedor si no tuviese esa relación, por otro lado su padre Alberto es un poco más comprensivo pues él cree que todas las experiencias forjan el carácter, él es un hombre muy alto, de tez clara y de complexión robusta, cabello color negro y ojos color miel.
Aun así alma no les tiene la suficiente confianza pues piensa que si les cuenta algunos de sus problemas solo la juzgarían y no sentiría el apoyo que en esos momentos necesitaba. Vio a su madre recostada en el sofá y de inmediato su mente comenzó a maquinar alguna excusa para que su madre no sospechara que había llorado.
-Alma, que horas son estas de llegar estuve todo este tiempo tratando de localizarte, de seguro que estabas con Mario sabes perfectamente que no me gusta que pierdas el tiempo con ese tipo que no tiene nada que ofrecerte- le dijo Ana exaltada con una mirada tan penetrante que era imposible decir mentiras
-Madre, por favor no sigas realmente he tenido un día muy difícil y la verdad no me di cuenta tengo el teléfono en silencio, solo quiero descansar está bien- contestó Alma en forma triste tratando de no romper en llanto
-De acuerdo pero ahora explícame porque tienes los ojos llorosos, ¿acaso él te hizo algo?, te lo dije, él no te conviene
Alma en ese momento supo que no le podía decir absolutamente nada a su mamá pues solo empeoraría las cosas.
-Claro que Mario no me hizo llorar estoy así porque tuve un mal día con mi amigo, a mí no me está pasando absolutamente nada no sé por qué dices eso madre- le dijo Alma a Ana tratando de evitar su mirada para dirigirse a su habitación.
Cerró su puerta con llave para evitar ser molestada, se recostó en su cama, y comenzó a revisar su teléfono entonces se dio cuenta que tenía más de quince llamadas y mensajes de Mario.
Sentía que el corazón se le salía del pecho, en esta ocasión era un dolor de sufrimiento intolerante, que entre más recordaba aquella escena las lágrimas caían, así como una cascada, con fuerza y con rapidez inundando cada sentimiento. Alma no sabía si sentirse culpable u ofendida, estaba tan confundida por el amor a Mario, tenía ganas de tomar el celular y acabar de una vez con esa relación, entonces se preguntó así misma ¿valdrá la pena ya dejar todo esto? ¿Estaré bien sin él? ¿Estaré tranquila al verlo con alguien más que no sea yo?.. Y miles de preguntas vagaban por su mente.
El cuarto de Alma hacía más sensible el sentimiento por Mario pues a su alrededor tenía detalles y fotografías que la hacían dudar cada vez más, al ver las fotos recordó lo bien que se llevaban cuando solían salir sin problema, como se divertían siendo los dos, entonces Alma decidió abrir los mensajes, ya más tranquila comenzó a leer…
“Alma necesito que me escuches, no fue mi intención ponerme de esa manera pero yo también tengo sentimientos y me duele verte con alguien más, me enoja que me vean la cara”
“Alma contesta”
“Necesito verte, platiquemos, te necesito a ti”
“Recuerda que somos uno solo, solo ten presente eso”
Escribió Mario…
Alma no contestó los mensajes y sin sentir se fue quedando profundamente dormida atrapada en esos sueños de los que no quisieras despertar.
Mario vivía en un ambiente totalmente diferente al de Alma. Su papá Juan era muy alto y robusto, tenía una expresión facial de temor, su mamá Camila era de estatura baja, cabello largo y muy hermosa, tan hermosa como un bello jardín de flores. Pero su relación no era sana, pues Juan cada vez que le veía platicar a Camila con el vecino o cuando ella checaba sus redes sociales para el señor Juan ya era una ofrecida y solo la miraba con una furia y celos que ni él mismo podía controlar. Un día al llegar la noche Camila le pidió a Mario que ayudará a subir una foto a su perfil de Facebook.
-Mario, ayúdame a subir esta imagen y a etiquetar a mis amigos- dijo Camila con voz suave.
-Claro que si mamá, se hace así- dando explicación de como hacerlo.
-Dime a quien quieres que etiquetemos- dijo Mario.
En lo que realizaban tal actividad llega el papá de Mario, Camila se quedó helada pues sabía que a Juan no le gustaba que anduviera metida en esas “tonterías”.
-¿Qué hacen?- ¿A caso tu mamá te está ayudando con la tarea?- diciendo con una voz sarcástica y burlona.
Camila y Mario se quedaron callados y solo cerraron la computadora. Al llegar la noche Camila sirvió de cenar y llamó a su familia a la mesa, todos comían tranquilamente, pero Juan comenzó a regañar a Mario.
-¿Qué te he dicho de estar enseñándole esas cosas a tu mamá? Las mujeres son mañosas y solo se les tiene que tener en casa haciendo las labores domésticas- dijo Juan enfurecido y con una mirada penetrante.
- Si papá no volverá a pasar ya verás- dijo Mario con la mirada atenta a él.
Mario se levantó y sin voltear a ver a su madre se retiró a su cuarto, al abrir su chat se dió cuenta que Alma había respondido.
Pasadas las horas se empezó a sentir un frío muy fuerte, el aire estaba golpeando duro las ventanas de la habitación de Alma, lo que provocó que se despertara.¡cierra esa ventana hija te vas a congelar! dijo Alberto -ya ves cómo se pone el clima aquí en Pachuca y tu muy primaveral- decía mientras cerraba la ventana.
-Ay papá no seas exagerado- dijo con nunca voz muy sensible.
-Alma, ¿qué te pasa hija mía?-
-Nada importante, solo un mal día- contestó Alma.
-Recuerda que soy tu padre, puedes decirme lo que sea, siempre estaré para apoyarte en las buenas y en las malas, así que ven-, la tomó de la mano y le dio un fuerte abrazo, lo que provocó que Alma cayera en llanto y le contara la situación que tenía con Mario y por qué se sentía así de mal.
Después de una buena platica entre padre e hija se escuchó una voz desde la cocina, ¡¡la cena esta lista, ya pueden bajar a comer!! dijo Ana.
Alma le pidió de favor a Alberto que no le contara nada a su mama, ya que ella no la entendería, pues nunca está para apoyarla, solo la juzga y tal vez hasta tomaría otras medidas respecto a la situación.
A lo que su padre con un guiño asintió que no diría nada.
Mientras Alberto bajaba las escaleras, Alma tomo su celular para poder enviar un mensaje a Mario, ya que su actitud era diferente después de platicar con su papá.
“Mario, necesitamos hablar sobre nuestra situación, creo que tengo una buena solución a nuestros problemas”
“está bien, solo dime la hora, el lugar y ahí estaré puntual”
-¿Qué te parece si en el reloj después de la escuela?- Dijo Alma.
-Perfecto bonita nos vemos allí- contestó Mario.
Y así lograron tener el primer acuerdo, después de mucho tiempo.
Al día siguiente Alma sentía muchos nervios, no sabía cuál sería la actitud de Mario después de contarle que había platicado con su papa y los consejos que este le había dado. Y así pasaron las horas y el momento de verse había llegado, Mario se veía apuesto, traía un pantalón negro y la sudadera que Alma le había regalado días antes.
-hola bonita- dijo Mario -aquí estoy como habíamos acordado-
-Qué bueno Mario me da gusto que hayas aceptado venir-
-y bien, a qué se debe tanto drama- contesta Mario.
-Mira Mario no es drama, solo es la situación por la que estamos pasando, la verdad no me agrada la forma en que a veces me tratas, te quiero mucho pero de igual manera me quiero y me respeto y pienso que esto último tú no lo tienes hacia mí, tus celos ya están a otro nivel, incluso en ocasiones hasta miedo te tengo- dijo Alma con una voz muy segura de sí misma.
-ya lo sé- contestó Mario y te quiero pedir disculpas por mi comportamiento sé que no es el mejor, pero en casa pasan situaciones que no sé cómo manejarlas, ya conoces la situación que pasa con mis padres.
- créeme que lo sé- interrumpió Alma –ayer hable con mi papá sobre nuestra situación y pues me dijo que era algo normal por el círculo social en que nos rodeamos, en este caso por la actitud machista de tu papá tu estas tomando estos patrones, así que se ofreció a pagarnos el tratamiento en pareja en las instalaciones de IPSI, dicen que hay muy buenos psicólogos y como dijo mi papá es solo si queremos hacer que funcione nuestra relación.
-no lo sé, la verdad eso de los psicólogos no es para mí- contestó Mario con un tono altanero.
-bueno Mario es la opción que yo te puedo dar para salvar nuestra relación pero con tu negativa, me demuestras que no te interesa nuestra relación, mi padre nos ofreció ayudarnos-
-¡¡ Pero el que tiene que meterse, que se ocupe de su vida!!- Contestó molesto Mario
-¡¡Es mi padre y me lo respetas, si él fuera otro no me hubiera dicho que luchemos por nuestra relación!!- Contestó levantando la voz Alma.
¡¡Sabes que, como quieras, pero yo con el psicólogo, no tengo nada que hacer!!
-Lo siento Mario, te quiero pero si no hay interés en ti por salvar esta relación, no tenemos más que hacer, voy aceptar la ayuda que papá me ofreció y tratare de Salir adelante, porque me quiero y me amo.
Y así con un semblante cabizbajo Alma dio la media vuelta y se fue sin mirar atrás decidida de si misma, dejando a Mario sentado sin más que decir.Créditos:
Erika Hernández Pérez
Dania Rojo Fuentes
Emma García Isidro
Eduardo Labra Martínez
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LO QUE NO NOS DICEN DEL AMOR
Romansa¡Hola amigos! Seguramente alguna vez alguno de ustedes ha pasado por una situación similar a la historia de Alma... Una chica profundamente enamorada afrontando problemas, miedos e inseguridades que desequilibran una vida aparentemente feliz.