Thinkin About You

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Un mes después.

El aire era gélido pero el sol era abrasador. Las mejillas de Mafuyu se ponían rojas por el frío y el sol. Él levantó una mano para cubrirse la mientras buscaba en los rostros de las personas el de Yuki. Pero ninguna mata de pelo rubia aparecía entre la multitud.

Hiiragi saca su teléfono y marca el número notoriamente molesto.

—¿Dónde coño estás? —pausa—. No me vengas con eso, llevamos buscándote por treinta minutos. Dijiste que estabas afuera de la plaza y nosotros también. No te vemos.... ¿Cómo que abajo? —Hiiragi suspiró y le tendió el teléfono a Mafuyu—. Habla con él.

—¿Hola?

—Estoy abajo del edificio, Mafuyu. Llévalos.

Colgó. El castaño casi le pudo dar un golpe al suelo con su bota. Yuki estaba en el estacionamiento.

—¿Y? —preguntó el más alto de los tres. Un chico de cabello negro llamado Yagi—. ¿Dónde está?

Mafuyu hizo que Hiiragi y Yagi lo siguieran a las profundidades del edificio. Mafuyu iba caminando a pisotones, sabía lo que vería apenas se adentraran más abajo. Ahí estaría Yuki, frente al auto de su madre, con una sonrisa traviesa y el look robado de Kurt Cobain.

Mafuyu estuvo equivocado en una de sus predicciones; No era el auto de su madre ni por mucho. Lo primero que vieron los tres fue un Mustang 68 convertible de un color rojo brillante. Parecía digno de una postal, pero más el modelo recargado el auto, con un pie enfrente del otro, las manos en los bolsillos y goma de mascar en su boca.

—¡Hombre! —exclamó Hiiragi.

—¿Cómo rayos? —tartamudeó Yagi.

—Me dieron mi última mesada de cumpleaños —explica el rubio—. Estuve ahorrando tanto para rentar este nene el día de hoy.

—Pero, hombre. ¡Que no tienes carnet!

—No importa, manejo bien. Mafuyu me ha visto conducir todos los días.

—¿Para qué?

—¡Nos iremos de excursión!

—¿Sabes lo que haces? —pregunta Mafuyu.

—¿Qué? ¿Preguntas eso y has visto a Yuki conducir? No me siento seguro.

—Además tienes catorce.

—¡Quince! —corrige Yuki a Hiiragi—. No me subestimen, saben de lo que soy capaz, ¿No? —Mafuyu asintió de inmediato. Los demás lo hicieron después de pensarlo. Yuki no dejo de sonreír y le dió un puntapié a la llanta delantera con su bota—. No ahorré todo el año y llené el tanque para que se echaran atrás ahora.

—¿Y a dónde vamos?

—¡A las estrellas!

Dicho esto, Yuki retrocedió abriendo la puerta del copiloto. Mafuyu entró primero saltando los primeros sillones, estando de lado de Yuki. Yuki le sonrió agradecido. Luego Yagi se sentó atrás con Mafuyu diciendo "ya no hay remedio". Hiiragi se lo pensó unos segundos, pero al final fue el copiloto del cumpleañero.

Yuki lanzó su puño al aire como signo de victoria y se sacó las llaves del pantalón. Mafuyu pudo ver el llavero de The Who dando vueltas en su mano. Yuki se sacó las gafas del bolsillo trasero y se las puso mientras entraba como piloto.

—¿Sabes cómo demonios funciona este auto? ¿Es más viejo que el tu mamá?

—¿Cómo crees que pude traerlo sano y salvo hasta acá? —Yuki le sonrió a Hiiragi aun mascando su chicle de menta.

El Que Se Fue |Given (ONE-SHOT)Where stories live. Discover now