Capitulo 2: Común

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Gabriel a simple vista no era feo, tampoco era atractivo era lo que podría decirse común...
Gabriel nunca había destacado en nada, nunca, jamás si algún día te hubieras topado con el lo hubieras olvidado en segundos era, estándar, no había ni marca, ni lunar, ni alguna característica suya que lo hiciera destacar.
Pero lo que el mundo desconocía es que Gabriel, era todo lo contrario era una persona con unos ojos muy especiales, no por lo su color o su belleza, si no por lo que sus ojos son capaces de ver.
Desde que tenía uso de razón Gabriel los había visto, su vida era un va y ven de hilos rojos, con el tiempo aprendió a interpretar esos hilos, en ellos Gabriel podía ver, el alma gemela de las personas, su vitalidad y la bondad de las personas, varias veces Gabriel se la pasaba buscando su hilo, nunca había visto un hilo rojo unido a el, lo cual era raro pues Gabriel nunca había visto a nadie sin ese hilo el era el único sin hilo.
Pero esa mañana todo cambió pues ahí estaba el hilo más raro que había visto y estaba atado a su mano, un hilo lleno de vitalidad, de bondad pero... ¿roto? Tal vez seguía soñando, no, Gabriel sabía que no era un sueño aquello que veía era real, pero algo atravesó su mente de golpe–Las siete de la mañana– no había tiempo de pensar en el hilo en estos momentos, ya era hora de trabajar Gabriel pensaría en el hilo que colgaba de su mano más tarde ahora se debía apurar.
Gabriel se ducho y se vistió con unos jeans desgastados una playera lisa color blanco y unos converse viejos en color negro, se quitó el pelo de la cara y bajo las escaleras directo a su cocina para tomar una fruta para el camino, La cocina era pequeña pero tenía todo lo necesario, estufa, refrigerador una barra y un fregadero y un pequeño lavavajillas, Gabriel vivía solo pero a pesar de esos la casa no era un desastre todo estaba en el lugar que debía estar, todo limpio y con buen olor.
–Veamos ¿Manzana o Naranja?–se pregunto Gabriel observando las dos únicas frutas que tenía en el frutero, tomó la manzana y la mordió–Si, manzana será.
Volteo a ver un reloj de pared que tenía en la cocina,7:40 –Mierda voy tarde–Gabriel salió corriendo por la puerta común de su casa común.

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