E S P E R A N Z A

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Me encotraba atrapada en una flébil Soledad, en la que no encontraba equidad.
Tenia la vista nublada, atrapada estaba, nefelibata andaba.
Mis deseos se volvían un raque de lo que habían sido, llegaba el jaque sin mi mate.
Aprendí a jugar a solas, a escuchar escuchar el lampo incluso bajo el sol y ver mi corazón hecho mármol.
Que fácil es ver observar en gris los colores del arcoíris y entregarte al miedo que supone leer tu letra ilegible, entregar un verso sin que lo lleguen a entender, intentar emprender, sorprender, enorgullecer (se)...
El cielo está en calma, y me cala el Alma.
El sol sale solo para hacer más gris éste pesar de estar condenada a un vacío que mantiene mi ojienjunto, cada conjunto, cada flor, cada pensamiento, cada sonata, cada tocata, cada escapada, cada mirada... cada vacío lleno de sueños, cada refugio en aquella película de amor del siglo XX, que observo con esperanzas rotas y no encuentro más que un ente careciente de sentir.
Mi ventrículo le pide una razón para bombear a mi corazón, mi corazón le pide a cada uno de los nervios cubriéndolo que no lo ahogen cuando la angustia se esparza.
Las hojas van cayendo, el calor va muriendo, el invierno desterra los capullos de la primavera anterior.
Los sueños surgen a partir de un miedo por la búsqueda de felicidad.
Tengo una yactura en el alma, una razón que alarma.
La constante búsqueda de llenar un vacío se volvió una adicción casi una religión.
Cada legión de mi ser cada escuadrón que manejé, cada mensaje que envié, cada "te amo" que pronuncié, todas las veces que callé. Todo lo que cuestioné la noche anterior, todo lo que hoy carcome mi cerebro, que está más cargando de pensamientos que de carne, me lleva a éste dolor que arde.
Tengo dos opciones de camino, tentador se ve el pecaminoso encaprichado, oscuro y sin ser descifrado... Tentador se ve lo desconocido, tentador es dar su merecido.
Pero si algo he aprendido es que florecer a partir de marchitar es una ley antinatural.
Llenar, he buscado llenar... más que amar, más que abrazar, más que sanar. He buscado la felicidad en la enfermedad, la bondad en la falsedad, he buscado ojos sin tempestad, estaciones sin donde parar.
He estado buscando, lentamente me he estado matando.
He estado tratando, he estado mirando, he estado como espectador intermitente. He estado esperando desde mi ventana el Rayo de tu estrella y su luz bella.

Amalia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora