02.

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Es fin de semana y Seungmin sigue cuestionandose el por qué Hyunjin, le había cancelado. Se había sentido decepcionado y su lobo aulló con tristeza escondiendo la cabeza.

No lo había visto, siquiera, en la universidad. Le preocupaba, pero él no sería quien enviará un mensaje o algo, después de todo él fue quien invitó y quien canceló.

—El padre de Hyunjin está en la ciudad. — dijo Felix bajito.

— ¿Y? — dijo Seungmin. — Debe ser bueno.

Felix negó con la cabeza y frunció el ceño. – No lo es, Minnie.

— ¿Por qué? — dijo el castaño confundido.

— Jinyoung, el padre de Hyunjin, fue uno de los alfas mas codiciados de todo Seúl... — intento explicar.

El castaño seguía confundido.

— Hyunjin debe tener muchas chicas también detrás, no creo que por eso deba ser malo que su padre lo visite.

Felix abrió los ojos sorprendidos.

—No te enteras de nada, ¿verdad? — dijo Felix.

—Por algo Hyunjin vive solo, no es como que todos su posición lo haga. Es un tipo multimillonario, pero se fue dejando eso de lado.

—El dinero no lo es todo.

Felix asintió dándole la razón.

Seungmin, sentía un mareo insoportable y su lobo buscaba algo... un olor en particular. Uno que había extrañado casi por una semana. Sin embargo, esta vez era diferente... con necesidad. Como si le jalaran.

— El problema no era eso, su padre siendo rico y codiciado, tenia las mejores omegas, antes e incluso ahora, tenia las mejores opciones para Hyunjin.

—No entiendo Felix y me estoy impacientando. — murmuró desesperado.

— Que Hyunjin no las quería. Nunca. Nunca ha tenido una omega, nunca.

Seungmin abrió los ojos sorprendido. Sintió desbalancearse y se hubiera caído a no ser por el frío césped bajo él. – ¿Por qué no?

—Ugh. — rodó los ojos. — Es gay. Seungmin.

Seungmin sintió una enorme necesidad de correr. Se sentía acalorado y encerrado, aun estando a las afueras de la universidad. Sentía algo insaciable dentro de él. Su lobo gemía débil.

—¿Minnie estás bien? Pareces...

El castaño corrió sin terminar de escuchar a su amigo. Las piernas se sentían débiles y varias veces le fallaron en su maratón. Corrió sin rumbo, luego de lo que parecieron horas, choco contra un cuerpo. Cayendo al suelo. Alzó la mirada para encontrarse con unos ojos y unos labios rosados.

—¿Seungmin? — se detuvo. — Oh Dios mío. — murmuró.

Seungmin noto como sus ojos de repente cambiaron de color, por breves momentos se pusieron amarillos casi quemándole la mirada.

— ¿Qué? — dijo Seungmin. Sentía sus mejillas calientes y su cuerpo sudar.

Hyunjin dio pasos atrás, pero Seungmin solo quería olisquearlo. Se había sentido tremendamente bien cuando por fin, obtuvo ese olor a fresas, flores y mentas. Irremediablemente bien.

—Seungmin... tienes que irte. — murmuró Hyunjin.

— ¿Por qué? ¿Qué pasa? ¿Qué tengo? — dijo confundido.

El pelinegro frunció el ceño.

—Estas ... casi, ¡Dios! Casi estas en celo, ¿Cómo no lo notas?

Seungmin se paralizó. Sintió unas arcadas, pero valientemente las ignoro. Tenia un celo. Su primer celo.

Se aguanto la cabeza por los mareos, la sensación de calor y frio a la vez. Quería gritar, sentía ahogarse. No sentía aire.

—Hyunjin... — dijo sin aire. — Yo nunca he...

Eso basto para el pelinegro, entendió completamente la situación. Lo cargo en sus brazos, controlándose de los impulsos de su alfa interior, que gruñía y brincaba de exitacion. El olor quemaba los adentros de Hyunjin.

Hyunjin llevo dentro de su casa a Seungmin. Rápido lo metió en la bañera y abrió la llave dejando caer sobre el pequeño el agua fría.

— Seungmin... — lo llamo. — ¿Puedes quitarte la ropa?

Él asintió levemente y así lo hizo. Quedo en bóxer frente a Hyunjin.

El pelinegro noto su erección y contuvo un gruñido, no quería asustarlo.

— Hyunjin, me-me duele.

Hyunjin asintió.

— ¿Sabes como calmarlo? — pregunto el pelinegro.

Negó con la cabeza.

Eso no puede estar pasando, pensó el pelinegro.

Huyó casi una semana de él. No quería tener la necesidad de olisquearlo cada vez que pidiera. De gruñir a cualquier idiota que le mirase. Huyó de su instinto de protegerlo. De su lobo queriendo morder y marcar su cuerpo. De estar a su lado, pero mayormente por la vista de su padre.

Y ahora él esta en su casa. Con su primer celo y necesitado de su ayuda.

Aunque el menor no lo entendiera del todo, sabia que solo tenia una solución.

Tener sexo con Hyunjin.

A quien deseaba matar, para ser un alfa.

¿Cómo es que había dado con él en un desespero de huir de las sensaciones que lo invaden?

Su lobo le indico el camino, él lo sabia. Ya no podía negárselo mas.

— Seungmin, el dolor se va... cuando sientes.

El pequeño de estatura asintió.

— Hazlo. — lloriqueo. — Duele, duele. — Repitió.

Entonces el timbre sonó. El sonido invadió sus oídos y vio el pánico en el rostro del omega.

—No no no, no te tocaran. ¿Estas bien? — aseguro el alfa.

El castaño lo miraba dudoso casi con lagrimas en los ojos.

—Alfa... Hyunjin, lo huelo de aquí. Fuerte. — dijo en un sollozo.

Él sabía. Conocía perfectamente la peste a alfa fuerte, tabaco y líder.

El olor de alfa de su padre.











Kill the alpha. [hyunmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora