Kill the alpha. [hyunmin]

03.

Una leve capa de sudor cubre la piel del mayor. Sus mejillas sonrojadas y su expresión de dolor insaciable, pero con un matiz de terror.

— Me olerá. — gimoteo con miedo.

El pelinegro no sabía que hacer; no quiere dejar al castaño solo ni un minuto en su primer celo, pero inevitablemente su olor lo está llevando a perder el control.

—No le contestare y se ira. Es lo que haré. — le explico.

Hyunjin se quitó la ropa en un intento de persuadir el olor del omega que en su bañera estaba, sufriendo un dolor agonizante.

—Me duele Hyunjin...

Las lágrimas comenzaron a caer por su rostro.

— Shhh. Cálmate. Yo-yo te ayudare, ¿Aceptas? — pregunto con cierto temor.

No sabía ni qué respuesta quería escuchar. Ambas le daban temor. Temor de lo que sucedía lugar. Lo que sentiría...

El castaño aceptó sin dudarlo

Quería salir de ese dolor, sentía ahogarse, quemare. Como si sus pulmones se oprimieran y la única manera era liberarlos entre gemidos de placer y lujuria.

Los golpes se habían cesado hasta no escucharse más, pero aún el pelinegro percibía el olor de su padre, aunque no tanto como antes.

—Un omega de veintitrés años y su primer celo... — Hablo el castaño tratando de olvidar el dolor.

El pelinegro se metió en la bañera y quito las últimas prendas del castaño, observo su piel tatuada.

Sonrió, hace una semana ni lo conocía y ahora le ayudaría con su celo.

—Me dices que pare si no quieres. No haré nada que no quieras, ¿Lo harás?

Seungmin asintió. — Hazlo... me duele.

El pelinegro le callo con un beso para evitar lágrimas. Su lobo aulló con el contacto, sintió que poco a poco se apoderaba de él, pero lucharía por no perder el control.

Seungmin, abrió la boca dándole acceso al pelinegro.

Una mirada llena de placer y lujuria. El lobo del castaño aúlla en desesperación; queriendo y necesitando más.

Dolor.

—D-duele.

Mencionó en el beso. Hyunjin deslizo sus manos por los muslos de su mayor y se encontró con lubricante natural del omega y agua. Su ser se cubrió de la excitación, más de la que poseía.

Seungmin, noto los ojos negros cambiar a un amarillo brillante. No tuvo miedo, su lobo interno quería eso. Es junto lo que necesitaba.

Hyunjin se puso de pie y arrastro al omega hasta la cama. La respiración de este se entrecortada y su pecho sube y baja.

Lo que hubiera sido una caminata sin fin, lo llevo hasta la boca del lobo, literalmente. Había terminado desnudo y entre las sabanas del pelinegro, junto su piel con la piel de Hyunjin. Ver los cabellos negros mojados pegados a su rostro le hacía preguntarse cómo puede haber alguien tan hermoso en la tierra.

— Respira, Minnie. — murmuró Hyunjin.

Abrió las piernas del mismo. Beso sus muslos y poco a poco fue introduciendo un dedo.

—Ay Dios Mío. — gimió el castaño.

Hyunjin, cerró los ojos tratando de contenerse. Poco a poco penetro oro dedo más.

—Hyunjin... más.

Hyunjin movió los dedos más deprisa, pero, sin embargo, el castaño seguía con la expresión de dolor.

—¿Sigue el dolor? — dijo con cautela.

— Quema. No respiro. Duele. Oh Dios. Gusta.

El alfa añadió otro dedo más, con la respiración agitada.

—No. Para. Así no.

Hyunjin lo miro confuso.

—Quiero a ti. Hazlo tú.

El lobo interno se acumuló luego de dar un brinco de excitación y pasión. Dudó por unos segundos. Quería hacerlo, lo deseaba.

— No me harás daño, lo sé.

Sintió escalofríos por la conexión. Es como si seungmin entendiera lo que pasaba por su mente.

Hyunjin, asintió y se acomodó entre las piernas mejor. Cerró los ojos luego de darle un beso al castaño y lo penetro.

Por fin se sintió lleno, liberado. El castaño enterró sus uñas en la espalda del pelinegro sin vergüenza. Ese acto hizo que Hyunjin perdiera por completo el control, su lobo esta fuera, domando la situación con naturaleza. Con su naturaleza.

La naturaleza de una alfa.

Seungmin, vio sus ojos cubrirse completamente de color amarillo, los gruñidos salieron fuertes y dominantes, casi sintió temor, pero él estaba siendo lleno, apartando el dolor que sentía por la bestia. Por fin el alfa. Por Hyunjin.

En su mente no existía las dudas de como haría para matarle. Lo tenía entre sus piernas y le estaba dando placer. Mucho placer.

El pelinegro se movía bruscamente, soltando leves gruñidos cargado de excitación y por breves momentos los ojos se opacaban con su color negro, pero no duraba no una fracción de segundo.

El omega aullaba y gemía de excitación y liberación, tenía lo que deseaba. Había esperado ver a el alfa desde hace una semana, extraño su olor y ahora estaría impregnado de él. Su esencia.

El pelinegro olisqueó el cuello del castaño, sus movimientos estaban siendo fuertes y duros, estaba llegando y el castaño junto a él. Pero, la boca de Hyunjin en su cuello le hacía tensarse, lo aparto sin brusquedad dándole un beso en los labios al pelinegro para desaparecer cualquier duda de el castaño.

Entonces vio sus colmillos casi desgarrando su piel y sintió pánico, por leves momentos.

Él no quería ser marcado.

Él no quería ser un omega más.

Quería ser un alfa y para eso mataría a Hwang Hyunjin, sin importar que o como.

El pelinegro arrullo su nariz con la del castaño y cerró los ojos cuando gruño llegando a un potente orgasmo. Se hizo grande, quedando atrapado dentro del castaño.

Se recostó a su lado abriendo los ojos, que indicaban que volvía a ser él. Su respiración desigual y sus músculos tensos.

Seungmin suspiro y hundió su cabeza en la almohada. Quería llorar, gritar de impotencia, por más que huyera, seguiría siendo un puto omega.

El alfa le sonrió y beso la mejilla del castaño. — No te preocupes... — susurro. — No debes estar comprometido o algo así. Yo no lo estoy.

Mintió. De nada había servido huir, no querer tener su olor cerca.

Su olor, ahora, estaba en su cuerpo. Su esencia estaba dentro el castaño, y su lobo gruñía insatisfecho.

No podía olvidar y aunque hayan pasado unos segundos repetía cada escena en su mente.

Quería morderlo, marcarlo. Hacerlo suyo y muy dentro después del maratón de emociones, quería correr, no quería saber qué es exactamente que sentía.