Vino de uvas

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POV. T/N
Pasaron las horas y YoonGi no se molestó en tomarse la tarea de no dejarme tan siquiera una media hora de tranquilidad... Si no era alguno de sus caprichos, era el volúmen de la música a todo dar en el departamento o si no sus quejidos de lo mucho que trabajaba.
Por otro lado Jin también estaba harto al igual que yo, tanto que estábamos opcionando por dejarlo sólo e irnos pero recordamos que es fin de semana, las calles estarán repletas de personas, incluyendo paparazzis con su irritante presencia a todo momento con la esperanza de captar algo que sirva de bullicio en la farándula coreana.

Jin: Y... ¿Ya intentaste decirle que se fuera?

T/n: cuatro veces y siempre me sale con la respuesta de: "Soy tu oppa y tienes que respetarme ¿o vas a negarme la entrada a tu casa ahora?" -imité su voz lo más que pude ganandome una risa de Jin. Bufé ya algo desesperada- Vamos! -lo tomé por la mano imprevistamente provocándole un claro tono carmesí en sus orejas-

Jin: ¿A-a donde?

-No le respondí hasta que llegamos al dichoso balcón del que tanto a Nayeon y a mí nos gustó cuando compramos el departamento, hice que se sentara en el gran sillón y le dije que esperara a que volviera con un poco de comida que había preparado gracias a YoonGi y por supuesto, algo de soju y snacks; perfecto para pasar el resto de la tarde. Cerré la puerta de la terraza a la cual pertenecía el espacio para evitar interrupciones-

T/n: Ahora sí! -solté satisfecha después de dejar en la mesita del medio lo que traía conmigo y me senté a su lado-

Jin: Yah~ esto huele delicioso!

T/n: Gracias, pero deberías darle créditos a mi "ami-enemigo" -dije entre comillas-

Jin: ¿Porqué? -cuestionó mientras se servía un vaso de soju. Su tono despreocupado me sorprendió pero sé que aún así sus celos seguían presentes-

T/n: Verás, te contaré: Mi puesto no lo obtuve así de fácil con sólo un diploma como parece. Sinceramente, pasé decenas de dificultades que no mencionaré, algunas tolerables y otras no tantas. Pero una de las que sí pude disfrutar fue competir con el hijo de mi actual jefe... -pude notar como Jin abrió sus ojos sorprendidos, pues no es algo que se oye normalmente- sí, así como oíste -solté un suspiro- quién diría que el famoso y cotizado Chris Dior, hijo del actual dueño de la famosa marca en toda América estaría compitiendo con una simple e insignificante extranjera por un puesto que su padre simplemente podría dárselo, pero no fue así.. -lo miré con una cara intrigante para darle emoción al relato y tomé la copa de soju que me ofreció y acabé al instante- Él mismo padre dijo: "No pienso pasarle el puesto a cualquiera que se aparezca sólo con un cara linda diciéndome que la única experiencia que tuvo en la industria fue leer porquerías en la universidad que no se comparan con la verdadera práctica, tampoco pienso dárselo a los vejetes de aquí por más años de experiencia que tengan. Quiero a alguien sediento de éxito verdadero en la industria, dispuesto a dar todo de sí mismo por obtener lo que desea... Dispuesto a tomar los riesgos y aguantar todo el proceso necesario con tal de llegar a la cima, e ir por más y sobre todo, lleno de pasión por esta carrera. Tampoco quiero robots, quiero a alguien con una mente contemporánea y fresca!" -repetí monótona aquellas palabras que nunca se fueron de mi cabeza y que hasta la fecha sigo recordando sin parafrasear-

Jin: Sigue contando. Está interesante -me hizo señas con las manos para que prosiga y tomó uno de los platos con comida y se los llevaba a la boca sin dejar de prestarme atención-

T/n: Y ese fue el día en donde realmente ambos empezamos a sentir el verdadero cansancio mental, y no hablo con respecto a sentimientos, si no un poco más físico. Días en vela, constantes viajes imprevistos, Jetlag, lidiar con los deberes que se acumulaban por faltar seguidamente a clases etcétera, etcétera. Lo gracioso de todo es que después era un tipo de enemistad porque fuera del área laboral nos llevábamos súper bien, nos ayudabamos mutuamente, ya fuera él a mí en la cocina o yo a él con los temas del colegio o la universidad. Pero cuando entrábamos por las puertas de la empresa éramos otros, nos olvidabamos de todo y cada uno se centraba en las tareas que nos dejaba el sr. Dior o en el caso de él: su padre. Nuestro ego fue creciendo que prácticamente sólo sabíamos mirarnos retóricamente y burlarnos con un claro humor dentro de los laboratorios o estudios de la empresa.

You [Jin Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora