Sinopsis:

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A Asher no le importaba en absoluto que los niños ricos le temieran y se apartaran de él como si fuera trasmisor de la peste.

Lo que pensaran esos niños mimados de él le sudaba. El solo estaba ahí por las oportunidades que le daría el título.

Hubo un alboroto y los demás olvidaron el medio que le tenían para abrir paso a quien sea que venía. Asher pensó que debía ser alguno hijo de un actor o algo por el estilo, a él no le interesaba nada de eso, pero la curiosidad le gano y volteo a ver.

Eran dos chicas, la primera era una rubia muy alta y Asher juraba que parecía ser una Barbie humanizada, tenía una gran belleza que hasta abrumaba. La segunda chica era igual de alta, cabello negro demasiado largo y unos grandes ojos color miel, poseía grandes caderas y piernas carnosas, su rostro parecía haber sido pincelado por ángeles y no llevaba tanto maquillaje como la rubia, parecía tener una belleza sencilla a la par de su compañera, pero Asher no podía aparta los ojos de ella.

En sus ojos había un brillo de calidad y sus labios pintados con brillo mostraban una sonrisa divertida, caminaba con seguridad con sus tacones, como si estuviera dispuesta a comerse el mundo entero.

La chica apresuro el paso y se lanzó a los brazos de un chico alto y con el uniforme de algún equipo deportivo.

Asher gruño y se obligó a volver su vista a su casillero. No se iba dejar engañar por una bonita imagen. Por mucho que la chica parecía un ángel caído del cielo, lo más seguro es que venía de las profundidades del infierno. Lo más seguro es que esa chica estaba ahí gracias al dinero de sus padres y la única razón por la que lograba pasar las clases con favores de otros.

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Asher odiaba, detestaba a los niños ricos. En especial a esos que se creen dueños del mundo. Ganas de hacerlos aterrizar en el mundo real no le faltaban.

Pero ese odio no se comparó con el que sintió por ese chico. Ni siquiera sabía el nombre y ya lo quería mandar a la chingada.

El tipo no se miraba que hiciera deportes, era tan flaco como un palo de escoba, con unos dientes de conejo y llevaba puestos unos lentes más grandes que su cabeza. El chico no era la gran cosa y se creía el rey de todo por ser un disque un genio y venir de familia adinerada. Tenía todo para que Asher ya lo detestara, pero lo peor y lo que hiso que se ganara su odio, fue que el chico hiso unos comentarios de él. Aunque ese no era el problema, el problema fue cuando el tipo empezó hablar de cosas muy personales de él, el nerd ese había revisado sus redes solo para burlarse de el en persona.

A lo mejor el puñetazo de Asher le reparo al fin los dientes, pero peor no se podían poner.

El esperaba al menos una suspensión de al menos un mes. Pero para su sorpresa, luego de descubrir que el chico había estado rebuscando información de él. A quien le dieron la suspensión fue al chico con dientes de conejo, incluso la madre del chico llego a disculparse en nombre de él. A el apenas le dieron un regaño y un castigo por un día por a ver recurrido a la violencia.

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A pesar de que a los de primer ingreso no les permitían ingresar a las clases avanzadas, Asher había logrado obtener tanto puntaje que hicieron la excepción con él y la mitad de sus clases eran avanzadas, aun con todo los problemas que el tuviera. Tendría que hacer un mayor esfuerzo para que todas sus clases fueran avanzadas, así podían ganas más puntos y apuntar a una universidad más grande.

Debería apuntarse en algún club para aumentar su currículo.

- ¡Cleo Aquí!-

¿Qué hacen esas chicas ahí?

Las dos chicas que parecían ser las reinas del instituto. Era algo bizarro verlas ahí, hablando de moda en el salón de una clase súper avanzada, no se habían equivocado de salón por como los demás actuaban normales alrededor de ellas. Cualquier duda fue resolvía cuando un chico con bastante acné y lentes pasados de moda, se sentó a lado de ellas y hablaban entre ellos como si fueran los mejores amigos.

Están usando al pobre chico, tiene lógica que estén aquí.

Bueno eso no es mi problema.

Como era de esperarse de uno de los institutos más exigentes, habían empezado con un tema muy difícil y que se le estaba complicando a Asher a pesar de la explicación que dio la maestra.

- Lo termine-

Impactado era la palabra que representaba a Asher en ese momento mientras la chica de cabello negro pasaba al frente a resolver el ejercicio.

Casi de inmediato volteo a ver al nerd que se sentaba a lado de ella. El chico parecía derrotado borrando lo que sea que estuviera escribiendo en su cuaderno y luego miraba y copiaba todo lo que escribía la chica en la pizarra.

La forma en como lo explicaba y como se movía enfrente de todos parecía como si ella estuviera en su elemento. La chica parecía saberse la tabla periódica de memoria porque no había tartamudeado ni dudado al nombrado algún elemento de la tabla.

- Muy bien Cleopatra-le felicito la docente.

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Asher frunció su entrecejo. Por alguna razón la situación le estaba molestando demasiado de lo normal.

Las salas especiales estaban en segundo nivel de la biblioteca, desde la mesa donde estaba Asher podía ver a Cleopatra. A pesar de que no quería evitar saber de ella, su nombre estaba en boca de todos. Al menos una vez al día sus compañeros de equipo de basquetbol hacían algún comentario sobre ella.

Aunque todos ellos hablaban de lo perfecta y lo que deseaban ser su pareja, nadie hacia ninguno movimiento con ella. Si a todo caso le hablan y se portaban bien, pero todos respetaban la relación que ella y el capitán de futbol tenían.

Lástima que capitán no respetaba su propia relación y estaba muy pendiente de su compañera de trabajo que de su novia.

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Asher se preguntaba hasta donde iba aguantar esa chica una infidelidad tan descarada. Si en alguno momento pensó que ella era inteligente lo descarto luego de ver que deja que un imbécil como ese haga lo que quiera con ella.

- ¡León! ¿Pero que tiene ella de buena?-exclamo Dara haciendo una escena con León, el capitán del equipo de Futbol y novio de la proclamada princesa del instituto. Ninguno de los dos se había dado cuenta que Asher se encontraba ahí guardando sus útiles.

León no le respondió a Dara y Asher se sintió ofendido de pertenecer al mismo género que eso.

- ¡León!-

Vaya momento de aparecer princesa.

Asher se apresuró en guardar sus cosas he irse de ahí. No quería ser envuelto en esa estupidez.

- Enserio-dijo viendo con incredulidad a León- piensas cambiarme por una igualada como esta-

La chica por fin se había puesto la falda y había encarado a su novio. Un repentino interés de quedarse y ver el drama digno de una telenovela le orillo a quedarse.

Cleopatra miraba fijamente a su novio ignorando la presencia de la otra, sus ojos estaban lloroso, sus brazos y sus uñas se clavaban con furia en sus palmas. Pero su mirada no se doblegaba y seguía firme, algo que admiro y se preguntó cuánto estaba ocultando.

Y por alguna razón sintió el impulso de ir atomarla de la mano y consolarla como lo hacía como lo hacía con su hermana.

No te guies de las AparienciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora