Cuando un plato se rompe, por mucho que intentes pegarlo nunca volverá a su estado original. Porque aquello que se rompe es esa primera e inocente confianza. A lo largo de nuestra vida nos van a romper un millón de veces. Y en otras tantas seremos nosotros los que lo hagamos. Por eso es errónea la idea de que el mundo siempre nos va a partir, nos va a hacer daño porque quien rompe esa confianza con aquellas personas que nunca se la merecieron. Realmente deberíamos cambiar de filosofía porque y si en vez de ser platos o figuritas que estamos rotas por todas partes, comenzamos a hacer vasos? A ser transparentes y como a mínimo vernos medio llenos, sabiendo que por mucho que pase NADIE nos va a romper nunca, porque somos invencibles. Y el ser invencible significa que por muchos golpes que nos den, nadie jamás nos podrá definir con solo una palabra.