Había pasado un tiempo desde que Liliana y yo comenzamos nuestra aventura por Asber y que habíamos dejado Salvación y San Mercedes, ciudades pertenecientes a uno de los tantos virreinatos de Estanca, mas en concreto en la isla mediana conocida como la Estancana, y ahora estábamos en Nueva Estanca indagando mas sobre el aeroplano y el león demoniaco Fartur, mientras aprovechábamos para averiguar mas sobre el Imperio Mhexca, y las demás civilizaciones nativas del lugar, haciendo este viaje mas ameno y divertido en general. Durante ese tiempo, conocimos a un elfo del bosque llamado Filbo, quien era un experto en fusiles de disparo rápido y también tenia conocimientos varios en distintas ciencias y profesiones, así como también en la magia elfica y antigua, por lo que se unió a nosotros en el viaje y los tres juntos continuamos nuestra travesía por Nueva Estanca.
Tras muchos días de viaje, llegamos al sur del territorio estancano y nos adentramos en la húmeda selva Chipanaca, lugar donde habitan jaguares, monos, serpientes, y un sin fin de animales endémicos de este lugar, además de muchas criaturas mágicas salvajes e inteligentes, y una que otra ciudad nativa también estaba ahí. Nosotros seguimos nuestro camino en el carruaje que antaño había comprado y que yo mismo manejaba, mientras pensábamos como convencer al resto del mundo para combatir unidos a esta gran amenaza que representaba ese aterrador ser.
Luego de un largo recorrido que duro toda la mañana, decidimos detener el vehículo a un costado de una cueva y descansar un momento del viaje, así que bajamos del carruaje luego de eso, alimentamos a los caballos y nos metimos a la cueva para poder comer y descansar, sacamos la comida del equipaje y la degustamos a placer mientras platicabamos de todo lo que habíamos vivido hasta ese momento y también lo que haríamos después de salvar al mundo, además de contar una que otra cosa de nuestro pasado y chistes varios bastante graciosos, pero toda la tarde se nos fue en eso y comenzaba a oscurecer, de modo que prendimos una fogata en la entrada de la cueva para alejar peligros y nos metimos dentro de la misma para por fin descansar con tranquilidad tras varias batallas y preocupaciones sufridas a lo largo de este viaje tan largo e importante. Sin embargo la paz duro poco, ya que dentro de la oscuridad de la cueva escuche un rugido aterrador que no parecía pertenecer a ningún animal o ser conocido, por lo que me levante lo mas rápido que pude y agarre mi mosquete con cautela y lentamente apunte hacia la oscuridad del lugar, mientras deslizaba el martillo hacia atrás para poder disparar, a la vez que trataba de despertar a mis acompañantes para que me apoyasen en esto, y todo eso sin dejar de apuntar a la oscuridad frente a mi. Los minutos pasaban y el rugido se escuchaba cada vez mas cerca de mi posición y la de mis compañeros, por lo que agudice los sentidos y mantuve el pulso firme para atacar a lo que sea que nos estuviera acechando, y la verdad me quede paralizado al verla frente a mi luego de diez minutos de incomodo silencio. Frente a mi se encontraba un jaguar gigante de color amarillo mostaza, el cual tenia dientes afilados como cuchillos y emitía un rugido ensordecedor y horrible, el cual vivía y no parecía muy agusto con nuestra presencia, por lo que no lo pensé dos veces y apunte a su cabeza mientras el vigilaba mis movimientos y yo los de él, y mis compañeros apenas se levantaban del piso, pero el sueño desapareció al ver al animal y tomar sus armas lo mas rápido que pudieron y apuntarle al animal con ellas, siendo lo mas cautelosos posible y agudizando sus sentidos como yo, mismo momento que el jaguar aprovecho para abalanzarse sobre nosotros y ser atravesado por tres balas en la cabeza al momento de saltar, cayendo muerto al instante y comenzando a desangrarse a los pocos minutos, mientras nosotros apuntábamos a la oscuridad en caso de encontrar más de ellos en el lugar, pero luego confirmamos que no había mas y suspiramos aliviados, dejamos las armas a un lado nuestro y nos volvimos a acostar, durmiendonos después de un rato y por fin estando en paz. Después de amanecer, nos levantamos y recogimos nuestras cosas, apagamos la fogata y nos marchamos de la cueva llevándonos al jaguar muerto con nosotros, nos subimos al carruaje y seguimos nuestro camino hacia la cueva donde habitaba Fartur, para saber que hacer respecto a él.
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El destino de Asen
FantasyAsen Antonov junto con su hermano Anastas relatan su aventura por el basto mundo de Galan, mientras se enfrenta a diversos peligros y hace un descubrimiento que cambiara el mundo.