Consequences [KOOKMIN FEM]

I

[...] Amarte fue vivir la juventud, fue salvaje y fue libre. Lo más libre que me sentí en mi vida entera. Amarte fue genial, y caliente y tibio, fue dulce. Amarte fue un rayo de luz, sentirme en casa. Cómoda, segura. Fue donde baje mis defensas por primera vez... Pero tuvo consecuencias, supongo.

Escribió ella.

El viento volando el cabello a su alrededor. Sus dedos temblando de los nervios y del frío. Su falda blanca recortandose contra las estrellas en cada sacudida.

Nadie la ve.

Ya no soportaba un mundo sin ella.

Y no iba a culparla, era simplemente que su forma de amar era especial, le gustaba pensar, y era eterna. Y hay personas que no estan hechas para ser amadas eternamente. No lo aguantan, es demasiado peso.

Piensa que es comprensible.

No sabe si alguien la entenderá alguna vez.

Cuando ve el en línea es cuando decide que es suficiente.

Sabe que la leerá.

No quiere que su último recuerdo esté embargado por su odio. Así que deja el celular boca abajo, en el suelo lleno de piedritas de la azotea. Lo deja con cuidado junto a sus zapatillas negras de plataforma, llenas de barro y recuerdos. No quiere llevarlas.

Dentro de ellas dejó su identificación, y doblada en seis una carta.

Para su madre. Para sus mejores amigas. De disculpas. De explicaciones. De dolor. De pedidos.

Para ella dejó un blog entero, y el link anotado por ahí con el pedido de que se lo pasen luego.

El celular vibraba sobre las piedras cuando ella sonrió.

Le gustó por un segundo fingir que ella sabía lo que estaba por hacer. Fingir que trataba de detenerla (como una vez hace mucho tiempo atrás). Fingió que acababa de leer un "Te amo", pero no toco el celular.

Mirando los edificios, las estrellas y luego a sus pies descalzos, fingió que ella entraba por la puerta a la azotea. Que se disponía a detenerla.

Pero, obviamente, la puerta no se abrió.

Nadie sabía que estaba ahí.

Se giró, terminando de mirar todo a su alcance. Canciones vinieron a su mente y la adormecieron.

El mundo... Siempre supo que no pertenecía a él. Siempre sintió que su historia iba a terminar así.

El aire seco sus últimas lágrimas antes de que ella se dejase caer.

Su mente se apagó veloz.