Querían hablar, pero no pudieron; había lagrimas en sus ojos. Ambos estaban pálidos y delgados; pero aquellos rostros pálidos estaban iluminados con el amanecer de un nuevo futuro.
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Frases de libros y más
CasualeAveces somos tan egoístas que pensamos que nuestro dolor es lo único que importa.
Crimen y castigo
Querían hablar, pero no pudieron; había lagrimas en sus ojos. Ambos estaban pálidos y delgados; pero aquellos rostros pálidos estaban iluminados con el amanecer de un nuevo futuro.