kiss me now!

what do you doing?

Mierda, mierda, mierda.
Logramos escapar, sí. Y ahora nos estábamos acercando a su moto.

¿Por qué carajos le pedí que me besara? 

Porque nos iban a atrapar, cierto. Pero eso no tapaba el hecho de que era una desconocida.
Una desconocida que se me ocurrió ayudar, porque mágicamente escuché la voz de mi madre diciéndome "Ayuda a alguien que lo necesite, en especial si realmente se encuentra en problemas, pregunta y ayúdale." y sin pensarlo más, lo hice.

Ahora, no sabía si realmente había hecho algo o no, le pregunté, pero la mayoría miente.

 Entonces...

La empujé contra la pared acorralándola y interrogándola.

- ¡Ouch! 

Puede ser que hice que se golpeara la cabeza sin querer, bueno, no calculo todo.

- Ahora ya que estamos, decime ¿robaste algo? ¿Que? - pregunté, dudando.

- Sabías que tranquilamente te puedo empujar y golpearte, ¿no? - me respondió ella.

Si, tenía razón, además era más alta que yo y tenía...bueno se podía notar que hacía actividad física.

- Probablemente, pero ya lo hubieras hecho, así que respóndeme.

- Ya, no, no hice nada. Estaba intentando frenar a un chico que sí se estaba robando algo pero él se escapó y no lo vieron, en cambio, a mi sí. - me explicó.

- ¿Pero qué tenías que ver? ¿Qué intentaste?

- Nada, sólo quise agarrar al chico así que corrí, pero supongo que soy más sospechosa, mírame. - se ríe sarcásticamente.

- Si, tenés la pinta. - le dije, a todo esto todavía la seguía teniendo acorralada.

- Y ya, después cuando estaba por salir del local me choqué con vos, y bueno ya sabes lo que sigue...

No estaba muy segura, así que le dije que me mostrara si tenía algo por su campera o su jean, o bajo su remera.

- Me vas a tener que mostrar si tenés algo o no. - dios, ni siquiera sabía que estaba haciendo.

- Oh dios ¿es en serio? No. ¿Sabes qué? Está bien, mira.

Se sacó la campera, la sacudió, nada.

Se dio vuelta mostrándome la parte trasera de su pantalón, que cu-digo nada.

Se levantó la remera fácilmente para mostrarme que no tenía nada, y así era, sólo tenía... abdominales.

Y la vi sonreír, ni siquiera sabía por qué sonreía.

- ¿Qué? - le dije.

- ¿Ves? No tengo nada. - me contesta mirándome.

- Si, ya, perdón, tenía que ver si no estaba siendo estúpida y ayudando a alguien que en realidad no debería.

- Por cierto, gracias, sinceramente creo que ya estaría detenida y teniendo que llamar a mi madre. - me dijo riendo.

- ¿Tu madre? ¿Cuántos años tenés? - le pregunté por curiosidad.

- Bueno, tengo 19 recién cumplidos, pero con más razón dudo que me dejen salir fácilmente...

- Ah, sí, es verdad.

¿Ella apenas tenía 19? ¿Me estaba jodiendo? ¿Tenía 19 y se veía así?
Yo era un desastre a su edad, aunque solo hayan pasado dos años, había cambiado mucho.

- Tu cara dice que no me crees. ¿Por qué? ¿Y vos? - me pregunta.

- No es que... yo qué? 

- ¿Cuántos tenés?

- Casi 21. - le respondí, ni siquiera sé porqué.

- ¡Es mucho, uf! — dice con sarcasmo. — Y entonces ¿por qué no me crees?

- Bueno, yo a tu edad, apestaba. - le dije riéndome.

- ¿A qué te refieres?

- Que la pubertad no me pegó a los 15 ni 19, recién a los 20 empecé a ser alguien decente si se puede decir así.

- Ah, ya. Pero se me hace raro que digas eso si sinceramente, sos preciosa.

Yo levanté una ceja... ¿ella estaba..?

- Bueno, no sé qué ves pero gracias. - es todo lo que le dije.

- Sabes, me di cuenta que no sé tu nombre. - y la vi fruncir el ceño sonriéndome.

- ¿Y por qué deberías? - la molesté.

- No sé, pero, yo soy Kara. - se presenta agarrándome la mano.

- Lena. - le dije.

- En ese caso, un placer. - me dio un beso en la mano haciendo gestos en broma como si estuviéramos en los años 70.

Yo me reí.

- Bien, creo que deberías irte, ni siquiera salimos del estacionamiento.

- Cierto, bueno, me das tu número? - me preguntó Kara, de repente.

- ¿Eh? No. - negué.

- ¿Pero por qué? - me preguntó extrañada.

- No sé, si me querés ver... quizá me veas en otro lugar, cosas del destino y blablabla. - le dije molestándola de nuevo.

Y me fui.