déjame ir ||Joerick||

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-te amo mucho, Er. -dijo el rizado, acariciando el cabello del azabache, quien estaba recostado en su pecho.

-yo también te amo. -respondió Erick sonriendo.

Pasar el rato, acostado en su cama y Erick recostado en él, era lo que más le gustaba hacer en la vida.

-oye Joey.

-¿Sí?

-eemm... Chris me invitó al café mañana por la tarde, tú crees que ¿Puedo ir?

-¿Y cómo por qué Christopher te invitó al café? -pregunto parándose de la cama de golpe.

-pues... Somos amigos desde la secundaria, ya lo sabes, tiene mucho que no lo veo.

-pues no, no puedes ir, sabes perfectamente que me cae muy mal. -alzó la voz. -pareciera que le gustas. -dijo colocándose el pantalón, se había enojado con el ojiverde.

-sólo somos amigos. -respondió girando los ojos.

-tú y yo también éramos sólo amigos.

-no es lo mismo, Joel. -dijo tomándolo del brazo para evitar que se fuera, se había enfadado y sabía perfectamente que iría al bar con Zabdiel, no regresaría hasta tarde.

-¡Suéltame! -ordeno gritando.

-Joel, no te vayas. -agarró las llaves del auto y bajó rápido las escaleras hasta llegar a la puerta principal.

El rizado abrió la puerta, y antes de salir dijo:

-y cuando quieras un café, pídeme lo a mi y yo te llevo, no tienes porque quedarte de ver con Christopher.

Salió de la casa y se subió al auto, conduciendo a toda velocidad al bar.

Lo que más odiaba en la vida es que alguien más mire a Erick, su Erick, que alguien más que no sea él le hable, que lo toquen, todo le molesta, es su esposo; suyo.

Erick se quedó ahí parado y sintió su corazón quebrarse, odia que Joel se comporte de esa manera, no puede hacer o decir nada porque todo le molesta, se enoja y se va, incluso a veces lo golpea; pero lo ama.

Subió rápido las escaleras y cuando llegó a su habitación, tomó su teléfono.

-Chris. -dijo cuando escucho ruido de la otra línea.

-hola, Erick.

-perdón, pero mañana no puedo ir al café contigo, es que ya había quedado de acompañar a Joel a otro lugar, lo siento de verdad.

-¡Oh! Bueno, no te preocupes, podemos ir otro día.

-sí, será otro día, nos vemos; adiós. -dijo colgando el teléfono sin darle tiempo a Christopher de despedirse.

Una vez colgó, intentó llamarle a Joel, varias veces, pero éste no contesto, mandaba a buzón directo. El rizado había apagado su teléfono.

Le estubo llamando al menos dos horas, aún sabiendo que iba a mandar a buzón, pero quería intentarlo, tal vez tenía suerte y en alguna de éstas contestaba. Pero no fue así.

Se cansó de llamarle y se acostó en la cama hasta que se quedó dormido.

~~~

Eran aproximadamente las dos cincuenta de la mañana y Erick escucho la puerta principal, no sé alarmó, sabía que era Joel.

Al principio no escuchó más ruido, pero después escucho algunas cosas caerse y pasos fuertes en las escaleras.

En definitivo, era Joel. Y estaba borracho, bastante.

Abrió la puerta de la habitación tan fuerte, que casí se cae.

-Erick. -dijo hipando.

No respondió.

-Erick... Mi amor ¿Estás... despierto? -pregunto acercándose a la cama tambaleándose, y descubriendo el cuerpo de Erick.

-sí. -dijo volteando su rostro para que el aliento alcoholisado de su esposo, no le diera en la cara.

-estoy c-aliente. -confesó a su esposo, bajando su mano hasta el miembro de Erick.

-yo no. -respondió molesto, apartándose de Joel y volviendo a cubrir su cuerpo con la frazada.

-no me importa. -alzó la voz. -tú vas a tener s-sexo conmigo cuando yo quiera.

-Joel, no, por favor. -suplicó el azabache, pero parecía que Joel no lo escuchaba.

-vas a tener sexo conmigo todos los días que yo quiera, a la hora que quiera. -repitió hipando por la cantidad de alcohol que había ingerido. -¿Escuchaste?

Erick asintió.

-no te escuché. -dijo golpeando su rostro.

-sí. -respondió soltando algunas lágrimas, cuando Joel se ponía así, le daba mucho miedo.

Joel se rió y atacó sus labios bruscamente, él creía que le gustaba, pero la realidad era que le daba mucho miedo.

Lo empujó bien en la cama, acomodandolo de tal manera que tuviera espacio entre las piernas del ojiverde.

Bajo su pantalón de pijama bruscamente.

-Joel, por favor. -pedía llorando.

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