CAPÍTULO 2

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A la mañana siguiente Sam despertó temprano y encontró a Gabriel tumbado en el sofá con un par de revistas de porno, una sábana cubriendo su cuerpo y la mano situada en una dudosa ubicación. Trató de ignorar la situación y se dirigió a la cocina, preparó lo que encontró que parecía comestible y después de haber terminado  Gabriel seguía dormido y ahora con un sugerente bulto debajo de las mantas. Sin querer detalló más la escena y encontró la ropa de Gabriel que llevaba puesta el día anterior en el suelo,

— Dios, no. — Dejó que una mueca de asco dominara su rostro y se dirigió a la puerta principal, salir de ahí en cuanto antes sería una buena idea.

Caminó por la calle hasta casa de Dean y Castiel, estaba seguro de que podría quedarse en la casa de su hermano aunque se muriera de hambre, el hermano de su cuñado era bastante... Peculiar. Llevaba menos de un día ahí y sentía que podía afirmar que prefería la inanición, así que contó sus pensamientos con Dean, quien sólo permaneció en silencio mientras hablaba y al final sólo podía escuchar su risa. No era burla por él, o por Gabriel, pero a Dean le pareció divertido que la depresión de Gabriel siempre termina en masturbación, porno o gula, o todas las anteriores.

— Es un psicópata. — Determinó Sam.

— No... No lo es. Sólo está triste.

— Un psicópata triste. No importa, lo es.

— Sólo será mientras estés aquí, ni siquiera tienes que estar todo el día con él, sólo estás durmiendo ahí, pasa el resto del día conmigo y Cas.

— No dormiré en paz después de hoy.

— Sé que es un idiota, que es capaz de humillarse sin intentarlo y apesta, no sólo por como ha estado tomando sus problemas, pero Cas me enseñó a valorar a ese extraño ser, así como Golum, una extraña criatura que sufrió mucho.

— Espero que no estés hablando en serio.

— Hoy en la noche la familia de Cas hará una cena, no es formal, pero podrías acompañarnos y conocerlo un poco más.

— Estaré fuera de lugar.

— Yo estoy fuera de lugar cada vez que hago enojar al hermano mayor de Castiel, tú las tienes de ganar a diferencia de mí. ¿Hecho?

— Bien, pero ¿Por qué llevarme bien con él?

— No tengo buena relación con Gabriel, nos agradamos, pero no somos los grandes amigos, tal vez tú... ya sabes, pueden ser amigos.

— ¿Amigos?

— No estoy diciendo que te comprometas o lo que sea. Se supone que de los dos, tú eres el comprensivo.

— ¿Y sólo es una mala racha?

— Oye, incluso en los buenos momentos, a mí me saca de quicio, es un idiota sin vergüenza e irreverente, pero muy, pero muy dentro de él, es una buena persona.

— Que ánimos, Dean.

— ¿Entonces te vemos en la cena?

— Eso creo.

— Excelente, Sammy. — Dean golpeó su hombro y dió por terminado el tema.

Ese día más tarde cuando Sam regresó al departamento de Gabriel, todo estaba en orden, limpio y el aroma era agradable. Lo único que casi estaba igual era Gabriel, que seguía acostado en el sofá, pero esta vez con ropa encima, su imagen era menos patética y no había nada "sospechoso". Claro que el más bajo estaba dormido, usualmente lo estaba aunque Sam no estuviera al tanto de esa mala costumbre, pero por ahora no sabía que pensar. 

Comediante | Sabriel | AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora