Comediante | Sabriel | AU

CAPÍTULO 3

Sam siguió a Gabriel fuera del edificio de departamentos, apenas estaba por terminar atardecer para dar paso a la fría noche, el clima seguía cómodo a pesar de la brisa constante que seguía dando guerra incluso a principios de primavera. Ninguno de los dos habló sino hasta que dieron varios pasos lejos del edificio, como si temieran que sus hermanos pudieran escucharlos.

- Dean dijo que estudiabas para abogado.

- Sí. - Respondió Sam un tanto cortante, pero se arrepintió al instante y trató de corregir su respuesta. - Quiero decir, sí, soy estudiante de derecho, voy a mitad de la carrera. Escuché que habías dicho que eras comediante, ¿es cierto?

- Es cierto, pero no esperes la gran cosa, cómo dije antes sólo soy un pequeño éxito local.

- ¿Y qué clase de comediante eres?

- Un poco de todo... No puedo quedarme estancado en un sólo estilo porque me termina por fastidiar, así que siempre tengo algo diferente. O eso intentaba hacer.

- ¿La mala racha?

- La mala racha. Pero ya llegará mi momento de nuevo, sólo necesito un poco de acción en mi vida. Y un nuevo hermano.

- ¿Te refieres a Castiel?

- No, no, Cassie no, él es genial. Me refiero al otro, al mayor. Miguel. Nunca estuvo de acuerdo con mi decisión de ser comediante y nunca se molestó en ocultarlo.

- ¿Tan malo fue?

- Tuve.... Bastantes decaídas por su culpa, desde que era menor. Cada cosa infantil que hacía en mi vida me la echaba en cara, y sus insultos siguieron avanzando hasta hoy en día, y no sé porqué te cuento esto, seguro que estarás fastidiado de un loco hablando de problemas tan banales.

- No me molesta. Supongo que no tendrás muchas personas con las cuales hablar.

- Al contrario, tengo demasiadas personas con las cuales podría hablar, pero no quiero. Y a pesar de que odio compartir mi vida sin más, contigo definitivamente es distinto, me das realmente esa confianza...

- Bueno... No tengo mucho para hacer con esa información y sólo estaré aquí por cinco semanas antes de volver a la universidad. No tenía idea de quién eras, y me gusta creer que genero ese ambiente de confianza.

- Yo creo que no, seguro tendrás un suero de la verdad o algo.

- ¿Cómo obtendría yo eso?

- No lo sé. Pero lo tienes.

- ¿Y por qué crees que tengo un suero de la verdad? - Sonrió divertido por semejante idea.

- Porque no quiero ocultarte nada. - La sonrisa de Gabriel, a diferencia de Sam fue totalmente sugestiva y acompañada de un guiño coqueto. La respuesta del menor fue un poema que fue escrito en su rostro, pues tuvo un sonrojo y ya no sabia donde meter la cabeza, estaba muy avergonzado. - Tranquila, Samantha, estoy bromeando... ¿O no?

- Estás loco. - Sam ya no sabía qué decir.

- Perdona, pero hay cosas que no puedo evitar y una de esas es avergonzar a los hombres con un coqueteo sugestivo.

- Pues lo haces de maravilla.

- Gracias. Tengo años de práctica. - Y todo desde que por error su familia pensaba que era gay, pero vaya sorpresa se llevaron cuando Gabriel había negado toda teoría sobre su supuesta homosexualidad, pues realmente tenía una tendencia pansexual aún más marcada, y una así, sentía que ni eso lo representaba. - ¿Y qué me cuentas tú? ¿Hay algún gusto culposo?

- No muchos realmente, a veces como cosas no tan saludables... - Ante su declaración Gabriel no pudo aguantar soltar una carcajada que seguro había escuchado toda la cuadra.