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«Tengo miedo de mi más grande tormento, tengo miedo de que tú también me dejes al final

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«Tengo miedo de mi más grande tormento, tengo miedo de que tú también me dejes al final.»

Entre la multitud, entre humanos me encontraba, y miedo era el que encarcelaba a mi mente

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Entre la multitud, entre humanos me encontraba, y miedo era el que encarcelaba a mi mente. Quizás mi decisión había sido muy apresurada, y quizás yo no estaba listo para ir a verte... pero en este preciso momento mi mente y mi corazón luchaban, y opté por escuchar a la voz de mi corazón, y silenciar la voz de mi conciencia. Porque el corazón no opta por la razón o los grandes riesgos que puedan dañarme, él escucha el anhelo, y el grande amor que siento por ti.

Nervios, los nervios recorrían mi cuerpo.

Anhelo verte, después de tanto tiempo, poder contemplar tu belleza de cerca, presenciar tu actitud con los niños pequeños y el pueblo entero, mirar nuevamente tus felinos ojos que me atraparon desde que era un niño, Kim Jennie, nunca te di el permiso de que con tus encantos pudieras robar mi corazón. Sin embargo lo hiciste, y mírame, aquí estoy, esperando poder tomar tu mano, y esta noche bailar contigo.

—¡Princesa!, ¡oh, hermosa princesa, elígeme, elígeme!

Una particular voz grave llamó mi atención, haciendo que alzara la vista y mirara hacia al frente. Un chico quería de tu atención, de pronto, esos gritos se convirtieron en más, alborotándose así toda la multitud por tu llegada.

Lucías increíble, un largo vestido negro era el que llevabas puesto, un listón del mismo color en tu cabello el cual tenía lindas ondas las cuales llegaban más abajo de tu pequeña cintura. Diversas joyas doradas, una telaraña dibujada en tu ojo derecho, y tu rostro siendo el protagonista de la noche, tan hermoso como siempre.

—Espero que estén teniendo una hermosa velada —fue lo primero que dijiste al llegar finalmente al lugar que tenían apartado para ti—. Permítanme decirles que todos se ven geniales esta noche, no importa a quién sea el que elija, cada uno de ustedes tiene su propia esencia y su manera de brillar.

Sonreíste, sentí los latidos de mi corazón acelerarse cada vez más por cada segundo que pasaba.

Miraste a toda la multitud, al parecer, el baile junto a ti era la apertura de una increíble fiesta, y sin duda de una increíble noche. Me quedé estático cuando tus ojos llegaron a mí, no supe qué hacer. Viste a todo la multitud, y de entre todos ellos, volteaste nuevamente a mirarme. Sonreíste, y me llamaste.

—Usted, el de la máscara dorada, ¿cuál es su nombre?

Sentí temor y felicidad a la vez. Temor por pensar que podría decepcionarte, y felicidad porque pensé que tenía una oportunidad de volver a nuestra antigua cercanía.

—M-mi nombre es Kim... Kim Taehyung —tu sonrisa se hizo más grande, ¿debería asustarme o emocionarme?

—Kim Taehyung, quiero bailar contigo esta noche.

Una sonrisa al instante se dibujó en mis labios, salí de entre la multitud y me dirigí hacia ti, hacia mi princesa que hace años anhelaba volver a ver de cerca.

Música fue la que inundó mis oídos, posé una mano en tu pequeña cintura, y con la otra tomé tu mano. Fuego recorrió mi corazón, finalmente después de años, mi última esperanza no había sido en vano, y estaba bailando un vals, bajo la luz de la luna, junto a ti.

Sentía la mirada de todo el pueblo en nosotros, y yo no podía estar más feliz de sentir nuevamente mi corazón latir con intensidad por el amor que te tengo. Durante todo el vals, tu mirada no se alejó de mis ojos, ni la mía tampoco de los tuyos, pues mi corazón esperó años este momento, el momento de nuestro reencuentro aunque sea por una simple noche, para mí, sería la mejor noche de mi vida.

La música terminó, y nuestras miradas seguían conectadas como si estuviéramos en nuestro propio mundo, en nuestro propio espacio, apartado de la opinión de los demás. Como si mi máscara no existiera, y como si tus ojos me miraran con amor por quien soy.

Pero caí nuevamente en la realidad.

Y quizás mi máscara era la que me armaba de valor y seguridad, porque muy en el fondo sabía, que aún ante los aplausos, la atención, las rosas y el amor de todo el pueblo... yo seguía siendo un monstruo, y eso ni mi máscara lo podía cambiar.

 yo seguía siendo un monstruo, y eso ni mi máscara lo podía cambiar

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The king of masked | TaennieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora