capitulo 1.

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Gritos, eso era lo unico que se escuchaba en aquella extraña cabina, ademas del rojo sangre que se filtraba por el desague y solo me paralizaba mas, no sabia si estaba gritando, tal vez mi garganta lo hacia tan fuerte que llego el momento que solo era un seco sumbido, pero en mi cabeza todo pasaba de forma tan lenta y silenciosa mientras mis ojos estaban inundados por las lagrimas, aquellas extrañas cosas me agarraban por las manos y yo forsejeaba para salir de su control y ayudar a mi familia de este aquerozo final, logre soltarme y golpear el vidrio que me separaba de mi familia usando tanta fuerza que mis manos ensuciaron el vidrio que separabaa los corrales, dejandolo con el mismo tono que el blanco piso manchado de sangre poseia ahora, sin embargo toda aquella lucha no habia logrado nada, lo sabia, pero mi corazon solo dolia si sabia que no podia hacer nada.

Fueron separados en pequeñas cabinas que solo tenia una cortina trasparente que las separaba, arriba de ellos se encontraba una llave de regadera, de esta empezo a salir agua que gracias a su reaccion supe que estaba helada, luego cada uno de ellos agarro un baston del cual salian chispas, los iban a electrocutar y con lo mojados que estaba el dolor hiba a ser mil veces mas fuerte, esto logro que mis padres y mi hermano se desmayaran, despues cada uno fue amarrado con cuerdas de metal en los tobillos, las cuerdas los alzaron dejandolos boca abajo, inconsientes y sin saber lo que se aproximaba, por ultimo paso lo pensable impensable, lo que menos queria que sucediera, los fueron degoyando a cada uno aprecie como pasaban filosas cuchillas por su garganta, la sangre salia de a gotas y luego se intensifico y cambio de gotas a chorros de sangre, sus cabezas colgaban gracias a la espina dorsal o al menos ese fue el caso de mis padres, la cabeza de mi hermano callo con un sordo sonido al piso, luego las cuerdas los llevaron automaticamente a un lugar que yo desconocia, dejando con ellos un camino de sangre y salpicando sobre los corrales mas cercanos.

Era muy obvio cual hiba a ser mi destino, al ser todavia algo pequeña ellos me dejaron vivir, eramos ganado, criados y alimentados para luego servir de alimento, el cual ellos ni siquiera comian.

Asi era la historia, el 5 de Mayo del 2021 justo antes de que pudiera presentar mis pruebas para la universidad unas enormes luces se presentaron en el cielo, sonidos de alarmas aturdieron a todos en la ciudad y creo que en el mundo, todos fuimos llevados con nuestras familias y  hubicados en refugios bajo tierra, los cuales se suponian que estaba refojados y cuidados las 24 horas, pero nunca fue asi, los refigios fueron usurpados una semana despues de que la alerta empezara, ya que nadie sabia que era lo que estaba sucediendo y al ver de lo que se trataba el panico surgio. Esto ayudo a que fuera mas facil atraparnos.

Fuimos llevados a unas enormes naves, ahi nos dimos cuenta de que aquello que nos atacaba no era de este mundo y mi preocupacion aumento, se suponia que los aliens no existian y de ser asi no tendrian algun interes en nosotros, veia como los ojos de mi madre empezaban a aguarse, mi hermanos y yo nos miramos preocupados asi que cada uno agarro una de sus manos, las apretamos con fuerza cuando vimos que a ellos no les gustaba mucho aquel sonido. Entramos en sus naves y en fila cada uno dejo sus cosas de lado, dejamos nuestra ropa y cosas, gracias a una maquina tatuaron numeros en nuestros brazos, y no voy a mentir, si no fuera por que tenia que ser fuerte en aquel momento por mi madre es seguro que abria llorado de el inmenso dolor que aquella cosa probocaba.

Sabia que por aquellas filas no era buena idea escapar, la seguridad era enorme y cada vez que alguien se salia de la fila ellos activaban sus armas, luego la desafortunada persona empezaba a agujereandose, al comienzo eran pequeños agujeros que terminaba siendo del tamaño de pelotas de basketball en el estomago, ahi dieron las primeras señales de las condiciones en las que viviriamos, la gente empezaba a vomitar y ellos lo permitian, desmayarse no era una escusa, eso solo te llevaba de primero a la fila donde el dolor de la marca te hacia despertar.

Alerta 51Donde viven las historias. Descúbrelo ahora