The Losers | NCT DREAM

3. Mentiroso.

Mentiroso.

Para todos RenJun era un falso mentiroso que no le gustaba el contacto físico, por lo que para separarse era muy bruto.

RenJun quería amigos, pues no tenía. Pero cada vez que se acercaba a alguien, esa persona quería abrazarlo.

Y RenJun tiene un horrible problema con el contacto físico.

Desde pequeño fue enseñado a respetar a los mayores, obedecer las órdenes y ser callado en toda ocasión.
Así le enseñaron unos hombres, los cuales aún les recordaba el rostro.

Todo empezó cuando RenJun fue salvado de aquel secuestro tan horrible y silencioso.

Al inicio querían dejarlo en un orfanato, para que lo adoptase una familia. Pero entonces un psicólogo le dijo a aquellas personas que lo salvaron que el niño necesitaba terapia para arreglar ciertas cosas.

RenJun tenía siete años cuando un psicólogo comenzó a hacerle preguntas de cómo se sentía, que era y por qué nunca hablaba.

A RenJun cuando era niño le enseñaron, aquellos hombres, que no debía decir nada a nadie, porque si él hablaba o lo tocaban podía propagarse el virus feo que le enseñaron.

Amor.

RenJun tenía mucho miedo de hablar. Sentía que si hablaba se le entraría el virus y los hombres vendrían a golpearlo como cuando era pequeño, y nadie lo ayudaría. Cómo su madre, quién vió cuando aquellos secuestradores lo sacaron de su habitación y se lo llevaron.

Por eso a sus siete años RenJun apenas podía expresar su hambre, sus ganas de hacer cosas por miedo a enfermarse.

Tan solo podía decir cinco palabras, cinco palabras que casi nunca usaba con la gente. Cinco simples palabras que su psicólogo le dijo que dijiera. Su psicólogo, quién lo cuidaba y lo mantenía en su hogar.

Adiós.
Gracias.
Hola.
Si.
No.

Cinco simples cosas que casi nunca decía.

Cuando a RenJun alguien lo tocaba, en ejemplo, el brazo. RenJun empujaba a las personas y, aunque no tuviera nada de fuerza, a la gente no le gustaba eso y se lo devolvía.

Suspiró mientras tapaba sus ojos de toda la luz de la tarde.

Estaba hambriento y su psicólogo fue a una entrevista con una joven, por lo que se quedó en casa solo. Caminó hasta la cocina y masticó una manzana, caminando ahora hacia su habitación.

Apenas recostó el trasero contra el suave colchón, recordó que tenía que asistir a un club al que lo inscribió su psicólogo. Club pingüino, un grupo de fútbol.

Volvió a suspirar y empezó a vestirse.

Una polera morada con el nombre “Huang” grabado por todos lados. Un short del mismo color que la polera, corto hasta las rodillas. Unas calcetas blancas con dos líneas moradas al inicio, con ambas al nivel de bajo la rodilla. Y los creativos zapatos de fútbol, morados.

Satisfecho por como estaba vestido salió de la habitación y tomó su mochila, sacando dos manzanas más y echándolas dentro.

Caminaba con tranquilidad por la calle, viendo como el viento movia su fleco al ritmo de las hojas de los árboles.
Y ahí fue cuando su celular vibró.

—¿Hola?.— preguntó por el celular.

—RenJun, ¿Vas a el club?.— era su psicólogo.

—Si.

—Muy bien, espero que hagas muchos amigos.— la risita del hombre calmó a RenJun.

—Gracias.— respondió.

—Bueno, me debo ir. Ten cuidado con los extraños y, tú sabes, nada de que te golpeén.

—Si.

—Adiós.

—Adiós.— RenJun guardó el celular en su bolsillo y caminó más rápido a la cancha de fútbol.

Pronto estaba sentado en una banca frente al pasto muy bonito y florecido.