No lo dejaras, ¿verdad?-preguntó con la mirada cristalizada.
-No voy a hacer eso.
Estoy obligada a vivir con él, de por vida.- pensé.
-Gracias.-sonrió con melancolía.
Tenía unos hermosos ojos para dejarla que derramara alguna lagrima. La atrajé a mi con uno de mis brazos y la estreché en mis brazos.
-No es tu culpa que esas chicas hallan sido así.-le dije. Me observó atentamente.- Ellas han sido unas tontas.-añadí y rió levemente.- Y tienes que valorar que Justin ha sido el mejor hermano del mundo por no dejarte a ti y dejarlas a todas ellas.
-Tienes razón.-me sonrió.- Louis es el mejor.
-Y no voy a dejar de quererte.-le dije. Sequé una pequeña lagrima que había caído y la volví a observar con detenimiento.- Pero si voy a decirte una cosa…-dije, se asustó algo.- cuando vuelva de Paris, quiero conocerte mejor. Creo que podemos llevarnos muy bien.-le sonreí.
-Eres lo máximo ______.-gritó y me abrazó muy fuerte.
-¡_______! Te busqué hasta en el baño.-dijo saliendo de la carpa.- ¿Qué hacen mis dos mujeres favoritas?-añadió y Jaxon de su mano secó sus lágrimas, lo sentó al lado de Daisy.
-Hablábamos.-le dije a Louis, quien se sentó a mi lado y miró a sus dos hermanos que se abrazaban.
-Jaxon, ya no llores.-le dijo algo sonriente.- La hemos encontrado y está bien.-añadió. Reí.- ¿De que hablaban?
-Cosas que tú no puedes saber.-lo señaló con su pequeño y fino dedo. Sonreí.
-¿Y yo?-preguntó Jaxon con una tierna voz.
-No Jaxon, tú tampoco, son cosas de mujeres, sobre ______ y yo.-me miró y sonrió.
Reímos un rato hasta que decidimos entrar para que los niños no se enfermaran. Justin me tomaba de la mano mientras caminábamos hacía adentro y Daisy junto con Jaxon, corrían gritando y cantando la canción a todo volumen que los demás bailaban.
-¿Te has llevado bien con Daisy?-me gritó al oído. A causa de la música no se oía bien lo que Louis hablaba.
-Si, muy bien. Es una niña muy buena.-le sonreí.
-Lo sabía. Aunque debo admitir que tenía miedo que no le cayeras o ella no te cayera a ti y en ese caso tendría que separarlas.-admitió rascándose la nuca.
-No vas a tener que hacerlo, me ha caído muy bien y supongo que yo a ella también.-sonreí. Me devolvió el gesto y me hizo dar una vuelta sobre mis talones.
-¿Bailas?-preguntó posando una de sus manos sobre mi cintura.- No hemos bailado juntos en toda la noche.-me susurró al oido.
-Claro que bailo contigo, Tommo.-dije y sonreí sin que él lo notara.
Con una mano sobre mi cintura y la otra entrelazada con mi mano, Louis comenzó a moverse al ritmo de la música, llevándome junto con él, a un clima de diversión. Sonreí, mi vida, después de todo, no era del todo mala. Tenía sus partes lindas, o por lo menos, estar con Louis me parecía lindo. No cuando él se volvía violeto o me trataba mal, pero si cuando le gustaba divertirse, me tomaba de la cintura y me besaba.
Bailamos juntos alrededor de dos horas seguidas. Hacíamos pequeños descansos para tomar alguna que otra bebida y seguíamos entretenidos en el baile movido. Louis, ya un poco contento por el alcohol, comenzó a murmurar barbaridades en mi oido y luego reía.
-Ya que se vayan todos.-dijo besando mi cuello.
-No seas grosero.-lo alejé un poco de mí.- Ya te dije, no vamos a echar a nadie de la fiesta.