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Min SoAhra :; Inicio

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Temprano por la mañana en donde los rallos del sol daban justo un brillo casi angelical, Gi se encontraba ese Sábado como muchos otros en el parque que poseía un pequeño monte y en su colina el harbo que le daba mas paz en esa zona, donde no demasiado lejos o demasiado cerca, estaba situada su casa, ese sábado, el cual consideraba afortunado y tranquilo de poder estar con su monotonía y rutinaria actividad de sentarse a los pies de aquel bello frondoso ser natural, para leer, era uno de los mas bellos... hasta que...

-Gi! Cariño! Ven a casa! Yaa!.- la señora Min SoAhra acababa de recibir , para ella una grandiosa noticia, en demasía era feliz, se necesitaba el celebrar tal echo, pero claro compartir lo con su amado hijo era todo para que el bello momento fuera ideal.

No era de sorprenderse que a esas horas  de la mañana, si, las 7 y media, se escuchara la aguda, dulce y clara voz de su madre, a pesar de vivir cerca muy cerca de la cuidad, ya era otro municipio, lo que le permitía aun mas gozar de tranquilidad, y ¿por que un chico de casi 20 años de edad etaria despierto fuera de cama a esa hora? ¿por el sábado?, bueno, simple, sus insoportables primos eran eso, insoportables, aunque su tía era bastante amable y buena como su misma madre, el estar despierto tan temprano y solo, era lo mejor de ese echo... Bufo un poco con desilusión y entre las paginas de su lectura, colocar una de las ojas verde de aquel hermoso árbol de avellanas, si, no era un cerezo, tenia la fortuna de mirar esa bellas flore en primavera, tan parecido al cerezo, pero tan diferente y único, disperso sus pensamientos de tener que dejar el lugar con leve prisa, a pesar de ser distante y frio YoonGi era un muchacho bastante obediente, solo cuestionaba a los demás en su mente, todo lo guardaba para si mismo.

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-¿Madre por que tan temprano debes hacer un alboroto?, mañana el fastidioso vecino de la cuarta sección vendrá a hacer su drama de señor viejo una vez mas...-. el  chico de cabellos claros casi blancos, naturalmente nacido así y sus ojos raros.. eso decían los demás, de coloro purpura medio lilas combinados con el halo gris que se mesclaba de manera hipnótica y sus agregadas y marcadas facciones felinas, se quejaba ante su progenitora, la cual poseía una radiante sonrisa.

Min ladeo su cabeza cual gatito curioso como era de costumbre cuando ante su voz baja y algo rasposa, por que ya su adolescencia casi terminaba, casi, ya había recibido su voz adulta, la miro de ese modo disconforme con que no le hiera caso alguna, debido a que la mujer algo joven para tener un hijo de esa edad, se balanceaba ensoñada por las noticias de esa mañana... para colmo, su querida tía estaba igual, se recargo esperando algo de atención en el umbral de la cocina, don de el bullicio era insoportable y los sonidos de comida y cubiertos siendo chocados con descaro y molestia se hacían mas intensos por su par de primos que eran tan infantiles y mal educados a sus ojos... las dos mujeres radiantes de felicidad preparaban demasiadas cosa extras, claramente espéciale, eso le dio una leve idea de lo que le debía decir su madre... suspiro con pesadez y decidió ser de ayuda, al menos si debía soportar el ruido, también seria parte de este.

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El día estaba llegando a su fin casi, para Gi, claro, era un chico que sin titubeos o tardanzas su sueño sagrado y reparador daba inicio mas tardar las 10.30 pm, así que asumió que solo querían su ayuda para hacer lo que sea que tramaban, casi estaba por retirar se a su habitación ya que en reloj de la pared en la sala daban las nueve y un cuarto, debía darse un baño y dormir, camino tranquilo como de costumbre a su respectiva puerta, pero no noto que la radiante mujer de voz dulce lo seguía, entrando tras de el, el sonido que no llego de la puerta haciendo "clic", fue lo primero que lo hizo voltear.-¿Madre? ¿Ahora si vas a decirme por que tu sonrisa de esta mañana?.- Finalmente su madre tomo a su hijo de las manos y lo sentó en su cama, sin dejar de emanar esa emoción e todo su cuerpo y nique decir de su rostro.

-Hijo mío...- y con esas palabras claves YoonGi supo que allí venia un capricho que debía cumplir, pero estaba dispuesta a que esta vez fuera algo fácil, de lo contrario se negaría. -Mi mejor amiga de la escuela se va a mudar a nuestro vecindario y tiene un hijo, así que te pido, le ayudes a...-La madre fue interrumpida por el "no" seco y grave de la vos de Gi. - No madre, sabes que hago todo lo que me pidas pero no voy a involucrar me con un chico y fingir ser amable eso es demasiado.- Pocas y muy pocas veces, YoonGi se oponía a los encargos de su madre, pero sus instintos de chico, algo en su interior, le reclamo una angustia como una inquietud que se desarrollaban y lo que mas odiaba Gi era sentirse así. - Vamos cielo, el chico es muy bueno, es amable y dulce, solo es un año menor a ti, además, necesitas amigos, HoSeok es buen chico pero no es suficiente y SunJim es mi mejor a miga de siempre me haría tan feliz que ustedes se llevaran tan bien como nosotras, ellos pasaron hace dos años por la partida de su esposo, sabes Gi, mi pequeño y lindo Gi, que en el fondo sabes lo que se siente y yo también, anda seamos buenos y ayudemos a que se sientan en casa.- Mientras le decía todo aquello la bella mujer con los ojos acanelados, con sutiles caricias en sus manos y su rostro acomodando el casi blanco cabello de su hijo, sabia que sus encantos maternales y la calidez de estos le ablandarían a YoonGi en cuestión de segundos, aunque el no era afectivo, ciertamente amaba a su madre sobre todo y también le encantaba recibir afecto, que por o se, el no daba.

- Y si lo haces me conformare con que el hijo de Sunie y HoSeok sean tus únicos amigos no molestare mas,  vamos Ginie di que si.- y allí estaba el "si" que destruiría su interior y provocaría que su semblante inerte, se desplomara en aquellas cuatro paredes de su habitación, en un futuro. - SI.- Respondió el chico de apariencia extraña y distinta a pesar de ser algo coreano, puesto que realmente nadie sabe y nadie supo por que du su complexión tan distintiva, sellando finalmente su sentencia, que con fervor había muy duramente tratado de evitar.

-Bueno, ahora date un baño y vístete de manera apropiada y linda, pues hoy llegan y cenaran en cas, también se quedaran a dormir, ya que su casero llega has mañana aunque su mudanza ya fue dejada.- La mujer salió presurosa a hacer lo mismo que le ordeno al chico, dejando lo en blanco con los labios entre abiertos, un deje de incomodidad y nerviosismo brillar en sus ojos felinos y la mano estirada con los dedos extendidos, en dirección a esa puerta blanquecina que ya había sido cerrada, bufo fuete mente con demasiada frustración y cansancio, dejando se caer de manera dramática en su cómoda y grande cama de tamaño matrimonial, cubriendo se con su almohada, sacando un grito de incomodidad en esta, suspirando finalmente cuando logro calmarse un poco y finalmente resignar se a que le habían manipulado con maestría a decir que si, sin posibilidad de oponerse o argumentar en contra, sacudiendo su cabello con frustración usando sus pálidas y delgadas manos, ni siquiera a JunKook y a SeokJin que eran sus primos les había permitido si quiera acercar se al umbral  de su santuario, ahora debía compartir lo con un extraño incomodo, aun mas por que el mismísimo mejor amigo de si, tampoco lo había echo.

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Finalmente Gi ya estaba listo, era como siempre cool, elegante, sobrio y llamativo, con cansancio en sus orbes violetas, miraba la puerta principal desde su sillón favorito, que era el mas alejado de toda la sala y que también era el que podía mirar todas las partes de la parte baja de esa cas de mejor manera, gracias al salario de ambas mujeres, ni el ni sus primos, padecían ningún tipo de carencia, de echo YoonGi llegaba a notar que vivía algo mejor que incluso su mejor amigo HoSeok, el reloj repico con su peculiar sonido que eran las diez en punto, y solo unos segundos después de ese puntero, el timbre como la puerta sonaron y adivinen que...

-Ginie! Cariño! abre por favor quieres, dile a SunJim que pase a la cocina...- el mencionado dejo su cómodo lugar con pasos moderados, dando los últimos toques e alisado a sus ropas de colores entre grises blancos y negros, tan monocromático, como si mismo, con mucha inquietud que esto le molestaba, abrió la puerta y lo primero que vio fue a una mujer hermosa y joven como su madre, muy bien vestida, clásica y elegante, quedo asombrado de lo muy similar que era a las otras dos mujeres en esa casa, no olvidando sus modales se hizo aun lado , tomo sus maletas, como el abrigo lo acomodo y fingiendo tranquilidad y devoción, hablo para estas. - Por favor pase a la cocina mi Madre la espera junto con mi Tía  allí, yo me are cargo de lo demás.- La apariencia de Yoon, dejo encantada a la mujer que no se limito en demostrar su aprobación por el chico, como su euforia y lo abrazo con calidez y algo de frenesí, que dejo algo duro eh incomodo al que resabia tales afectos. -Gracias dulzura, que lindo te has vuelto YoonYoon, eras tan pequeño la ultima vez que te vi, ya estas casi por completo desarrollado, que te ayude MinMin, yo paso antes.- y con eso la despampánate mujer se fue dejando aun aturdido y pensativo Gi con las cosas en la puerta, procesando el como lo había llamado, alagado y dejado en tan solo segundos, la miro hasta paredes su silueta entre las paredes y final mente reaccionar en silencio al ultimo en la puerta.

- Lamento eso... mi.. mi madre suele ser demasiado incomoda en ocasiones, se que eso no te gusto y no creo que fuera apropiado tampoco, me disculpo en su lugar.- una voz fina y dulce casi como la de su madre, pero esta tenia un terciopelo y gravedad en las notas mas bajas, casi como una pieza musical, YoonGi, si admitir lo quedo encantado con esa voz, que no era chillona ni molesta como la de sus primos y también estaba agradecido de que alguien notara su incomodidad eh inconforme situación, el chico dueño de esa voz dejo de hacer la venia de 45 grados y le miro con una apenada eh incomoda sonrisa pequeña, que provocaba sus ojos se cerraban levemente a esta acción. - Mi nombre es Park JiMin es un placer conocer al hijo de Noona-Ahra.- YoonGi guardo silencio unos segundos en lo que observaba al chico de cabellos castaños casi dorados y facciones esponjosas, ciertamente, poseía el encanto de su madre y por ende su belleza, una vez lo tuvieron todo dentro y acomodado, Min decidió hablar y usar sus modales.

- Soy Min YoonGi, como también es un placer conocer al hijo  de Noona-Sun.- copio casi cada palabra del contrario mientras le señalaba cual mayordomo de los 50,tas el camino a la ruidosa cocina, donde ya una bienvenida calurosa y llena de amor y encuentro esperaba por los dos jóvenes anfitriones.

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Bueno por allí vi que hay algunos propósitos de año nuevo que es actualizar historias votadas de hace años, así que hare eso mismo, tratare de actualizar mis historias y como dije en el primer capitulo, alguien dejo un boto no se quien pero gracias a ese alguien acá dejo este cap.

es un placer volver y simas por ahora.

Mikaell Fuera.