Lo contundente de los errores. |LayHo/SuLay|

01.

YIXING POV'S.
Observaba a niños pequeños correr de un lado a otro muy animados jugueteando a atraparse. Su inocencia es más como un prestigio que la gente a veces quisiera volver a tener para poder olvidar todas las penas y seguir sonriente en una gran ignorancia. Yo era así incluso cuando tenía 17 años, mis padres se esforzaron en mantener una inocencia genuina en mi forma de pensar. Realmente se los agradezco en parte pero por otra creo que cometieron el peor error al querer criarme con ignorancia de la maldad y la hipocresía de la humanidad.

Parpadeo varias veces al notar que volví a sumergirme en mis pensamientos. Tal vez sea por esa razón por la que la gente suele llamarme "despistado" o que estoy en mi propio planeta. Puede que sí pero yo preferiría llamarme "pensador", pienso demasiado las cosas y por eso también me llaman "tonto" porque llego a conclusiones basándome demasiado en mis pensamientos. Creo que eso jamás se me va a quitar pues hasta la fecha, cuando ya dejé de ser un niño estúpido e ignorante, la gente cree que sigo siendo el mismo porque sigo siendo "tonto" y "despistado".

Empecé a caminar con mis manos dentro de los bolsillos de mi pantalón azul oscuro. Metería mis manos en mi chamarra gris pero prefiero en mis bolsillos. Como es invierno la gente va pasando con bufandas, gorras y guantes. Yo no soy la excepción; traigo una bufanda negra con rayas blancas que detesto. Y la detesto porque me la obsequió el peor ser del universo, el cual no voy a nombrar. Pero aún no tiro esta mierda porque es estúpidamente abrigadora y me encanta el diseño. Ese hijo de puta tenía un buen sentido de la moda, aún si tenía su cabeza vacía y llena de puro dinero sabía mi estilo de ropa.

Algo me vuelve a sacar de mis pensamientos y es que escucho como algo se cae y volteo rápidamente encontrándome con un chico y una chica, ambos en el piso con ropa encima. ¿Olvidé mencionar que estaba en un bazar? Pues bien, lo estoy. ¿También olvidé mencionar que me llaman olvidadizo aparte de distraído y tonto? Mierda, en verdad soy un puto olvidadizo. El asunto es que ese chico y esa chica tiraron la mitad de un puesto de ropa y ahora ambos se encontraban en el piso algo desconcertados y rodeados de personas preguntándoles si se encontraban bien. Al ver que estaban bien, decidí dejar de voltear y seguir con mi camino.

Pero algo debía de pasar o no sería un día normal para mí. Choqué con alguien que también iba en las nubes como yo, pero como iba con el paso más indeciso que yo, se tambaleó aún más que yo. Yo logré poner mis pies firmes en el piso antes de caer, pero el otro chico, sip, ya vi que es un chico aunque sólo lo vi a medias, sí que perdió el equilibrio empezando a caer de espalda al piso. Pero si de algo me sirvió hacer artes marciales fue que pude atraparlo antes de que cayera tomándolo con su cintura y su brazo.

Lo miré fijamente a la vez que él a mí. Hubo silencio por unos minutos mientras toda mi mente entraba en una gran inestabilidad. Era él, por supuesto que lo era. Esos ojos oscuros y brillantes, esas mejillas sonrosadas y tersas, esos labios rosados y delgados, esas cejas gruesas y pobladas, ese cabello castaño lacio, esa piel lechosa. Kim JunMyeon. Aún no puedo creer que se vea exactamente igual a hace 5 años. Bueno, ahora sus mejillas son un poco menos gorditas que antes y se ve un tanto más fuerte físicamente que la última vez que lo vi. Pero su rostro es igual de hermoso. Sólo que me invaden los recuerdos de lo que me hizo hace cinco años. Él fue quien me arruinó la vida. Él es a quien tanto yo odio con todo mi ser. Me dan ganas de golpearlo pero siempre las retengo pues sería poco profesional y civilizado de mi parte.

—¿Yixing? —él inicia hablando con su hermosa voz pero que debajo de esa bella apariencia se oculta un verdadero hijo de puta. Uno que puede arruinar una vida sin resentimientos y quitarte lo que más amas. Me trago todo mi odio para poder actuar bien en frente de él. Algo que le agradezco de todo corazón es que me abrió los ojos a un mundo real, no al fantástico en el que yo creía vivir. Ahora sé identificar a la gente que es de fiar y los que no, he probado las delicias del humano y ya no soy un simple estúpido.