La Casa Del Alfa - 1

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- Entonces, ¿viviremos en tu casa? - preguntó dudoso el genio.
- Sí, según lo dispuesto por la DDPF, es así hasta que encontremos un lugar en común - respondió el rubio, mirando por la ventana.
- No te preocupes, no alcanzaremos a tanto. Mi staff de abogados harán su trabajo y espero que en menos de una semana se aclare este mal entendido.

Tony, para ser sincero, recién se percataba del alfa que tenía a su lado. Era uno corpulento, alto por lo que apreció antes, rubio claro y ojos celestes. Los ojos claros siempre habían sido su debilidad.

- Anthony, no quiero ser grosero pero creo que debemos mantener nuestro contacto al mínimo. Ambos sabemos que esto es un tremendo mal entendido y que nuestras vidas seguirán su curso normal cuando todo se aclare.

El rubio se veía resuelto. No tenía lugar a dudas sobre el destino de ambos.

Tony se dedicó a mirar por la ventana el resto del viaje. Sintiendo un poco de incomodidad ante la presencia de Steve.
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Llegaron a la mansión del castaño, este se bajó y trajo consigo una gran maleta y un carro de arrastre para conectar al vehículo de la DDPF.

- Señor Stark, debe llevar solamente lo esencial - dijo el inspector que los acompañaba al ver la cantidad de cosas que este pretendía subir al vehículo.
- Dijeron que debo vivir con el señor aquí presente - dijo señalando a Steve - Y esto es lo básico y esencial que necesito.
- Señor, no quiero ser majadero, pero debe tener en cuenta de que va a una casa que no es la suya y...
- No se preocupe, señor inspector - interrumpió el rubio - Si eso es lo que el señor Stark necesita llevar consigo, que lo haga. Tengo espacio en mi casa.
- De... De acuerdo, señor Rogers.

Dicho esto, el inspector dio la orden al conductor para seguir con el camino hacia la residencia del alfa.

Tony sonrió internamente, definitivamente ese rubio tenía un "no se qué" imposible de ignorar.
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- ¡Vaya! - dijo asombrado el castaño - Para ser un militar vives bastante bien.
- Ser un capitán de la nación hace las cosas un poco más fáciles - respondió sin darle mayor importancia - Tengo un cuarto en la planta de arriba, al lado del mío, que es lo suficientemente cómodo para tu estadía aquí. El garage está prácticamente vacío, tengo sólo mi moto y puedes acomodar las cosas de tu laboratorio en él.
- ¿Cómo sabes que traje cosas de mi laboratorio?
- Eres Tony Stark, no es difícil saberlo - respondió guiñando un ojo, lo cual casi parecía un coqueteo. Tony prefirió sacudir esa idea de su cabeza.

El inspector les pasó un formulario para completar, sobre la convivencia y que certificaba que ambos ya estaban cumpliendo con la ley vigente.

A los minutos de la retirada del sujeto, Stark llamó a uno de sus abogados para contarles de la situación y ver cómo iban a sacarlo de ese embrollo.
Aunque, si era sincero y en otras circunstancias, no le hubiera molestado ser la pareja de ese alfa tan atractivo.
Definitivamente necesitaba descansar, ya estaba alucinando con todo eso.

Subió al segundo piso y se acomodó lo mejor posible en aquel acogedor cuarto. Era pequeño, si, pero tenía un aura cálida que le gustó. Era mejor incluso que su propia habitación en la mansión. Cuando ya se sentó en la cama, pensó en toda la locura que estaba viviendo.

Estaba casado, legalmente casado, con un completo (y muy atractivo) desconocido y desde ahora, hasta que sus abogados lo saquen de ahí y de ese nefasto estado, sería el señor Rogers.

Sintió hambre, así que bajó las escaleras y se dirigió a la sala de estar, iba a pedir algo para comer hasta que se percató de que no tenía idea de dónde se encontraba parado.

Wait... We are married?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora