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"Y me apoye en la barandilla del balcón, sabiendo que, esta vez, el no vendría por detrás y me abrazaría, que no me susurraría "es preciosa" pensando que se refería a las vistas que se veían desde allí sin saber que mientras lo decía me miraba a mi. Esta vez no sentiría el roce de su nariz por mi mejilla erizando mi piel a su paso, ni tampoco su respiración a escasos centímetros de mi oreja haciendo que mi pulso superase el limite de velocidad y le estuviesen a punto de poner una multa por superar lo permitido , por quererte a toda velocidad y sin frenos sabiendo que por esa sonrisa estaba dispuesta a estrellarme contra cualquier muro sin saber que, al final, solo acabaría estrellándome contra la realidad y ahí estaría,sola, mirando las vistas, pensando en que no eran tan preciosas como el decía, y que yo; me convertía en mas bonita si era él el que me miraba y me lo decía"

Pedazos de algo nuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora