• Prólogo •

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«¿Cómo describiría la guerra entre Humanos y Monstruos?»

«...»

«Como Sangre, polvo y fuegos de artificio»

Eran horas largas de charlas diplomáticas que decidirían el destino de muchos.

Aquellos que debemos callar para escuchar simples palabras de simples Humanos que temen que su sucia alma sea tomada por un Monstruo.

Los Humanos se levantan y toman sus decisiones.

La guerra es inevitable.

Los representantes de nuestras familias firmaron nuestra condena a una lucha por una causa que no nos pertenece, pero que no tenemos más opciones. Somos sólo simples herramientas para proteger el ego humano y su miedo a todo lo que sea diferente a ellos.

Nos debemos preparar para pelear.

Tome mi bolsa y puedo ver como me desaparezco por un momento, al menos mi amado está a mi lado en mis peores, en mis descensos.

Fuimos al campo de batalla donde otros magos y humanos se dirigieron a su posible muerte. Mi mandíbula iba apretada todo el camino dentro del carruaje, me dolía el pecho, la guerra siempre ha estado presente en mi mente, pero ahora que estaba ahí rozando mi nuca puede ver que esto solo era contraproducente...

Solo la gente en el poder gana y los civiles pierden sin importar el bando.

Al llegar al territorio de los Monstruos el comandante dio la orden de atacar.

Luces blancas inundaron el lugar, los magos debíamos atacar y estar en la primera línea mientras los humanos a punta de espadas se dirigían a asesinar a todo monstruo de la zona.

Escuche a los primeros caídos y a su polvo esparciéndose por nuestro camino. Es tan desagradable y triste, pero debía seguir. Soy una herramienta, le pertenezco a los humanos, a los Hastur-

Mis compañeros también fueron cayendo, su luz era cegadora al momento de morir... eran como estrellas explotando en una supernova.

Ya me dolía el cuerpo de tanto pelear y aunque no pudieron contra mí, yo me sentía cada vez más vacío. Los monstruos eran capaces de dar buena pelea. lamentablemente. nada de eso importa ya.

«¡Los hemos hecho alejarse lo suficiente! »

Eso dijo el capitán de mi división viendo la retirada de los Monstruos por sus grandes bajas. Tenía una mirada altanera que me ponía molesto, quería quitarle aquella expresión de un solo puñetazo.

Al llegar la noche me recosté sobre una casucha de madera donde pude sentir la cabeza de Yan sobre mi hombro derecho. Mi amado, mi querido Yan... siempre le amare por estar a mi lado, por soportar esta tortura.

En ese momento podía sentir como nuestras almas estaban en sintonía, nuestros corazones al mismo ritmo y nuestras respiraciones sincronizadas.

Siempre me sentí seguro a su lado, lo que nunca esperé fue que me sentiría cómodo en esta situación... él realmente tiene un poder en mi.

Pasaron unas semanas y... aun tengo su polvo en mis ropas.

Él era mi amigo, él... yo le atravesé con mi guadaña y él simplemente cayo.

Él, uno de los hijos del Rey de la montaña Astar Dreemurr.

Cuando lo hice la guerra terminó con la rendición de los Monstruos.

Yo fui condecorado por mi participación en la guerra.

Tengo el título de « Gran Mago Hastur » pero eso ¿de que me servirá?

Es un gran honor, supongo, seré recordado en la historia como un asesino y verdugo.

Nada más.

Cuando la guerra terminó el Rey Ebott hablo con las familias de los magos más destacados durante la batalla. Ordenó que se hiciera una barrera mágica la cual mantendrían a los Monstruos que siguieran a los Dreemurr dentro y en exilio.

Yo estaba ahí junto con padre-

Él estaba con la cara seria y sin trabarse en ningún momento aceptó.

También tenía mucho que perder si se negaba esta vez y por alguna razón lo dije nada.

Mis puños estaban apretados, mi garganta seca.

Lo odie, lo odie, pero al final del día se me fue encargado el plan de como debía ser la barrera y como esta debería ser colocada para mayor efectividad, claramente sin esas palabras porque el ser es un ignorante de mierda y sus ordenes fueron vagas, pero lo suficiente como para que no pudiera salirme con la mía haciendo un mal trabajo.

Al terminar la junta los magos nos tuvimos que arrodillar al rey, las rodillas sobre el piso, los brazos atrás y la mirada abajo.

Siempre he odiado esa posición.

Preparando la barrera note que no sobreviviría a su creación. Seríamos otros seis Magos quienes haríamos la prisión, pero mi cuerpo no iba a resistir...

Supongo que así es lo mejor, morirme será un premio.

Morir me hará libre...

Pero Yan... mi amor, tendré que irme sin ti.

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Marcas de lágrimas quedaron marcadas en la fina hoja de papel.

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Hoy es el día.

Espero que algún día mi voz sea vista... Espero que algún día los Magos sean libres y espero que algún día y dentro de la nada, pueda darle el último adiós a mi querido Leif... Un último beso a Yan.

Adiós Diana, Adiós Madre.

Escribiendo por última vez

Nine Hastur.

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Al leer por última vez las últimas memorias del Gran Mago, sintió su propio dolor. Mia Hastur quinientos años después ha tomado sus cosas se dirigió al Monté Ebott para cumplir con lo que definiría su destino mágico. Cumpliría y sería todo lo que Nine Hastur no pudo ser, todo lo que enfrentará lo superará y llenándose de valor y fuerza vio el Monte a la distancia mientras su cabello era movido por el suave viento..

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M!Tale [Undertale AU ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora