T1 Caputulo 5=Lo Que Nos Une

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Relato de Thiago:
Ya an pasado varios días desde que me fui con Haniel. El me ha mostrado cosas de la vida que yo no sabía y que por algunas cosas entro en discusión con el, y el sabe que mi parte mundana me hace sensible a las cosas intenta tranquilizarme, sabiendo de que tendré que vivir como un Ángel al sacar mi parte humana, lo que según el hará más fácil las cosas, ya que las comprendere mejor y deberé cumplir con la voluntad de Dios, quien por el momento no he sabido nada de él.
Ahora estamos llendo hacia el centro de todo, en donde no se con lo que me voy a encontrar y eso me preocupa ya que no voy a tener el beneficio de la duda.
Thiago: !¿Cuanto más falta?¡.
Haniel: !No mucho¡.
Thiago: !¿Porque no me dices adónde estamos llendo?¡.
Hanie: !Para no ponerte nervioso, tienes que estar lo más relajado posible¡.
Thiago: !Ya no estoy relajado¡.
Después de unos minutos llegamos a una pequeña isla en medio del océano, en medio de la nada, no sabía cuanta energía me quedaba y tampoco conocía mi límite todavía así que no tenía oportunidad de volver atrás.
Thiago: ¿Este es el centro de todo?.
Haniel: El centro de la tierra, exacto.
Thiago: ¿Y para qué estamos aquí?.
Haniel: Para finalmente ir a donde debemos ir.
Haniel llegó al centro de la isla y subió a una piedra gigante que parecía una plataforma, comenzó a limpiar el moho en ella y pude observar los símbolos antiguos en ella.
Thiago: Esto es un portal ¿Verdad?.
Haniel: Si, el mismo que está en la iglesia judía.
Thiago: Es por eso que el hombre ascendió al cielo porque entró al portal.
Haniel: Si pero era otra roca y en otro punto, ahora lo haremos nosotros... ven sube.
Me subí a la roca y Haniel empezó a decir unas palabras en un lenguaje que yo desconocía. Y comencé a escuchar un montón de voces sonando en mi cabeza haciendo que me provoque un terrible dolor y luego una luz Blanca cayó sobre la roca y ya no seguí viendo la isla, por unos segundos no veía nada más que blanco, hasta que finalmente pude ver en donde estaba.

Me encontraba en mi casa, la casa de mi infancia en donde crecí, no sabía por qué de repente aparecí ahí y tampoco sabía dónde estaba Haniel quien se suponía que debía guiarme. Sabia que debía volver con el y cuando comencé a buscar la puerta de salida de mi casa, solo me encontré con mi familia a quienes extrañaba.
Mama: Hola hijo, ven a merendar.
Thiago: ¿Ma?.
Hermano: !Thiago¡.
Abracé a mi hermano y luego a mis padres, mi papá estaba confundido al igual que mi mamá.
Papa: ¿Estas bien Thiago?.
Thiago: Lo estoy ahora.
Escuché que alguien acababa la puerta de la casa y pensé de que era un demonio o algo parecido.
Thiago: !¿Que fue eso?¡.
Mama: ah seguro que es el perro.
Thiago: ¿Panchito?.
Corrí hacia la puerta y la abrí pero cuando lo hice me encontraba fuera de mi casa, estaba en medio de la calle y mi perro me saltó encima.
Thiago: !Hey Panchis ¿Como estás amigo?¡.
Mi perro tenía la Correa puesta y estaba con migo en medio de la calle.
Thiago: ¿Espera te estoy sacando a pasear? ¿O es un día en que lo hice?.
Mi perro solo estaba feliz de verme pero yo estaba confundido por lo que estaba pasando, no sabía si lo que estaba viviendo era Real o solo una ilusión de algo que ya había vivido.
Thiago: Ven amigo, vamos a correr.
Mi perro amaba correr conmigo y yo lo sacaba cada vez que salía a correr, pero esta vez debía hacerlo para averiguar en donde estaba. Corrimos por las calles y descubrí que estaba en mi viejo vecindario y por cada calle que pasábamos recordaba los momentos que había vivido.
Thiago: ¿A dónde debo ir?.
Mi perro comenzó a correr por sí solo y como no sabía a dónde ir dejé que el me llevara, seguimos corriendo por la calle hasta terminar en un parque, en donde estaba la iglesia en donde me bautizaron y donde tomé la comunión.
Thiago: Ahí debe estar Haniel, gracias amigo... Ven entremos.
Entramos y no había nadie, empecé a observar por los alrededores pero era inútil.
Thiago: !¿Hay alguien aqui?¡.
Mi perro comenzó a ladrar y luego yo a buscar, buscaba algún indicio de que haya alguien en el lugar, pero no había nada, seguí buscando y encontré algo que era mío, una pulsera de metal que estaba tirada en el suelo. Revise mi muñeca y noté que no la tenía puesta, la tenía puesta desde hace seis años y nunca me la saqué.
Thiago: ¿Que hace esto aquí?.
Mi perro comenzó a llorar y lamerme la cara, el sabía algo que yo no.
Thiago: ¿Crees que me va a pasar algo si la tomo?.
El solo me miraba y yo no entendía que quería decirme, pero algo me decía que debía arriesgarme y tomarla.
Thiago: Que bueno fue verte amigo.
Lo abracé y luego dudando tomé la pulsera y un destello blanco salió de ella.

The Human AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora